La pesadilla conservadora: un socialista musulmán gobernará Nueva York

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“Esta es una ciudad donde una de cada cuatro personas vive en la pobreza, una ciudad donde 500.000 niños se acuestan con hambre cada noche, en definitiva, es una ciudad que corre el riesgo de perder aquello que la hace tan especial”, fue el núcleo central del discurso que marcó la campaña de Zohran Mamdani, el flamante alcalde electo en Nueva York.

Militante del ala más progresista del Partido Demócrata. Mamdani le propinó una de las tres derrotas electorales a Donald Trump en este primer martes de acción electoral en Estados Unidos desde que el republicano asumió su segundo mandato: la candidata demócrata Abigail Spanberger se convertirá en la primera mujer gobernadora de Virginia, al derrotar al oficialismo republicano, mientras que los demócratas retienen Nueva Jersey con el triunfo de Mikie Sherrill. Lo que habla de un escenario político que comienza a ser desfavorable para Trump, algo que comenzó a visualizarse con las marchas de protesta contra su gobierno bajo la consigna “No Kings”, que se dieron en más de 2500 ciudades y convocaron a más de 7 millones de personas hace pocas semanas.

Pero sin dudas la elección de Nueva York fue la más significativa. Es que Zohran Mamdani tiene características que lo hacen atípico para la política estadounidense: es musulmán y se define como un socialista democrático. De hecho, abrió su discurso de celebración de su victoria, el martes por la noche, citando palabras de Eugene V. Debs, un político y sindicalista que fue candidato presidencial en Estados Unidos por el Partido Socialista a comienzos del siglo XX: “Puedo ver el amanecer de un día mejor para la humanidad”.

Para muchos analistas su triunfo debe preocupar a Donald Trump por el entusiasmo que despertó la candidatura de un hombre joven, de 34 años, que habla español, que viaja en subte y que logró hablarles llanamente a los norteamericanos. “Realmente representa la emoción que vi en las calles de toda la ciudad de Nueva York”, dijo Letitia James, fiscal general de Nueva York, que agregó: “No había visto esto desde que Barack Obama se postuló a la presidencia de Estados Unidos”. De hecho, Trump llamó enfáticamente a votar en su contra y dijo, fiel a su estilo, que “desfinanciaría a Nueva York con fondos federales si Mamdani gana”, algo parecido al mensaje, con impronta extorsiva, que recibimos los argentinos cuando dijo que “si los argentinos no votan a Milei no hay ayuda económica y nos vamos”. Esta vez no le salió bien la jugada. Para otros expertos en la vida política norteamericana, Mamdani puede ser el rival que necesita Trump para justificar su elongación hacia la extrema derecha ya que la oposición lo hace hacia la izquierda, algo que también le pone frenos a Mamdani hacia dentro del Partido Demócrata, con líderes más ubicados en el centro.

Sin dudas el punto débil del perfil de Zohran Mamdani es su posición frente a Israel. Dijo varias veces en campaña que creía que Benjamín Netanyahu debía ser arrestado por la acción en el territorio palestino, y respecto al estado de Israel señaló: “No me siento cómodo apoyando a ningún Estado que tenga una jerarquía de ciudadanía basada en la religión o en cualquier otro motivo. Creo que, tal como la tenemos en este país, la igualdad debería estar consagrada en todos los países del mundo. Esa es mi convicción”. Pero se tomó el trabajo de mostrarse como lo contrario a un antisemita, y en su campaña dejó en claro en que “no hay lugar para el antisemitismo en la ciudad de Nueva York”. Y añadió que, de ser elegido, aumentaría la financiación para combatir los delitos de odio. Esto, sumado a que su fe musulmana de por sí lo ponía en dudas frente a un electorado que no tolera el antisemitismo o la homofobia, algo que caracteriza a los musulmanes más radicalizados. Veamos, en la ciudad de Nueva York viven aproximadamente 1.400.000 judíos, lo que la convierte en la comunidad judía más grande de los Estados Unidos y la más grande del mundo fuera de Israel. Además, se estima que unas 700.000 personas que se definen como LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transgénero) viven en el área metropolitana de Nueva York y la ciudad misma alberga a más de 270.000 personas que se identifican como homosexuales y bisexuales. Esta cifra es superior a la de San Francisco y Los Ángeles juntas. Aún así, el candidato musulmán y socialista obtuvo el 52% de los votos.

Este triunfo, sin duda, está basado en su gran carisma, pero también en su pretenciosa propuesta, que ahora deberá llevar a cabo basada en estos puntos centrales: Servicio de autobús gratuito en toda la ciudad; congelamiento de alquileres y mayor responsabilidad para los propietarios negligentes de viviendas; crear una cadena de supermercados municipales centrada en los precios accesibles; abrir guarderías gratuitas para niños de entre seis semanas y 5 años de edad y, sobre todo, solucionar el problema habitacional triplicando la construcción de viviendas con alquiler estabilizado y construidas por sindicatos. Todo un desafío que generó muchas expectativas y un claro reto al corazón del “trumpismo”, ya que Mamdani insistió en la campaña en culpar a la concentración económica de capitales en la construcción de edificios de viviendas en Nueva York, algo de lo que participó el propio Trump en su actividad como inversionista privado. El punto atractivo para su electorado es el “congelamiento de alquileres”, es decir, la intervención del estado en acuerdos privados, algo que llamó la atención de varios editorialistas que señalaron como “peligroso” e “inaplicable” porque desabastecería el mercado de oferta habitacional.

Desde 1892, por primera vez Nueva York estará en manos de un hombre tan joven, musulmán, socialista democrático, nacido en Uganda, hijo de dos intelectuales, Mira Nair, una reconocida cineasta de India, y Mahmoud Mamdani, un profesor nacido en Uganda, ambos docentes de la prestigiosa Universidad de Columbia, que según Zohran “le enseñaron a convivir en la diversidad”. El nuevo alcalde tendrá que administrar bien una ciudad con muchas exigencias, con un presupuesto de 115 mil millones de dólares que no alcanzan para cubrir tantas demandas sociales generadas ahora por las propias expectativas que generó él mismo como candidato. Con un antecedente a tener en cuenta, 12 años atrás, Nueva York también realizó una apuesta “progresista” eligiendo como alcalde entre 2014 y 2022 a Bill de Blasio, también demócrata, que llegó al poder con una agenda basada en cumplir con las demandas que el electorado más radical le exigía para corregir las desigualdades sociales. Cuando dejó su cargo su imagen estaba en los niveles más bajos y, claramente, estuvo lejos de cumplir con las expectativas. Pero hay revancha y más radical aún. Ahora, un político de centroizquierda administrará Nueva York, en un país gobernado por alguien que está en las antípodas de sus ideas y que no dudará en jugar fuerte, y hasta sucio, si es necesario, para ir contra sus intereses. Sabemos que Trump no se guarda nada. Esto, aclarar su postura frente a Israel -algo que desaprueban la mayoría de los estadounidenses- y mostrar al mundo que ser musulmán no convierte a alguien en intolerante y violento serán los desafíos que deberá enfrentar. Como si estuviese siendo observado por todo el mundo dentro de un tubo de ensayos, así serán para el alcalde Zohran Mandani los próximos cuatro años de su vida política. No es para menos, se trata del primer alcalde socialista y musulmán de Nueva York. Toda una noticia.

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