
Los últimos meses del año son la época ideal para disfrutar de la gran variedad de cítricos que la naturaleza nos aporta. Una de estas frutas es la mandarina, que alcanza su mejor momento en esta temporada, al convertirse en un elemento muy versátil y protagonista de numerosas preparaciones familiares.
Dentro de estas preparaciones destaca el bizcocho de mandarina, una propuesta que encuentra sus raíces en la repostería mediterránea, pero que se ha popularizado recientemente por lo sencillo que resulta conseguir mandarinas durante el invierno.

Esta receta, que combina sencillez en su elaboración, practicidad en sus ingredientes y una textura esponjosa, es uno de esos clásicos de la repostería casera que despiertan recuerdos y aromas familiares. Basta imaginar una tarde lluviosa de otoño en casa, con el perfume cítrico llenando la cocina y el acompañamiento de una taza de café.
Ingredientes para la preparación del bizcocho de mandarina
Es muy común encontrar este bizcocho en reuniones familiares, ya que es suave y húmedo, y no requiere técnicas complicadas. Además, admite diversas variantes, como la adición de chispas de chocolate, frutos secos o bañarlo con un glaseado de mandarina para darle un toque aún más especial. Es perfecto para acompañar el desayuno, la merienda o como postre ligero tras una comida.
- 3 mandarinas medianas (sin semillas)
- 3 huevos
- 1 taza de azúcar (200 gramos)
- ½ taza de aceite de girasol o de oliva suave (100 mililitros)
- 1 ¾ taza de harina de trigo (220 gramos)
- 1 sobre de polvo de hornear (16 g)
- Una pizca de sal
- Como decoración, ralladura de 1 mandarina
- Azúcar glas para decorar (opcional)

Pasos para preparar bizcocho de mandarina, fresco y esponjoso
PASO 1: Lavar bien las mandarinas, rallarlas (en caso de que se desee aportar más aroma) y pelarlas. Posteriormente, quitar todas las semillas y colocar los gajos en el vaso de la batidora (usar estos gajos enteros proporciona una esponjosidad especial, por lo cual no se debe pasar por alto el triturado minucioso de ellos).
PASO 2: Agregar, de igual manera, los huevos, el azúcar y el aceite a la batidora. De esta manera, se prosigue batiendo hasta que la mezcla quede perfectamente integrada y sin grumos.
PASO 3: En un recipiente extra, se depura la harina y la levadura junto con la pizca de sal para evitar grumos y asegurar un bizcocho bien aireado.
PASO 4: Se va incorporando la mezcla líquida con los ingredientes secos poco a poco, asegurándose de remover suavemente con alguna espátula los sobrantes, hasta que la masa quede lisa.
PASO 5: Se tiene que precalentar el horno a 180℃. Para ello, será necesario untar un molde de 22 cm con mantequilla o aceite, verter la masa y alisar la superficie.
PASO 6: Se hornea durante 35 o 40 minutos, monitoreando que no se dore en exceso. Si al introducir un palillo este sale limpio, significará que ya está listo.
PASO 7: Para finalizar, se saca el bizcocho del horno y se deja enfriar lo suficiente sobre una rejilla. Cuando esté a temperatura ambiente, simplemente será necesario desmoldar y espolvorear con azúcar glas para presentar un producto más atractivo.

Así es como surge esta receta, que rinde aproximadamente entre 10 y 12 porciones. Su elaboración permite aprovechar la fruta de estación disponible y convertirla en una preparación casera apta para compartir en distintos momentos del día.
La versatilidad de los ingredientes y la sencillez de los pasos convierten a este plato en una opción práctica para seducir el paladar de propios y extraños, siempre con el atractivo especial que aportan las frutas de temporada.
