Florida: el barrio tranquilo que sorprende con su variada oferta gastronómica

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Casas bajas, varias art déco, algunas de estilo inglés, chalets revestidos en piedra, casas chorizo; muchas con un jardincito y macetas con cientos de flores en la entrada. Casas llamativas y otras más humildes: un barrio con todas las letras, donde se mezclan las clases sociales y donde todos se encuentran en el café o el negocio de la esquina.

Casa Aristóbulo, restaurante pionero en el barrio de Florida

No hacen falta muchas horas para caer rendido ante la paz floridense, ese barrio particular delimitado por Maipú, Malaver, Panamericana y General Paz; tan cerca de la Capital y, a la vez, tan lejos.

Entre sus calles silenciosas, con árboles frutales y coloridos murales del grupo Presente, se fue delineando un mapa gastronómico que ofrece –a vecinos y también a los que no lo son– propuestas cada vez mejores: nuevos bodegones, bistrós, cafés de especialidad, restaurantes étnicos y espacios de cocina saludable.

Casa Aristóbulo y Enfrente

Pioneros del barrio

Cecilia Ximenes y Andrés Libedinsky están al frente de Casa Aristóbulo

Todos los señalan como los pioneros de la movida gastronómica de Florida. Cuando no había opciones en el barrio –más allá de alguna pizzería o café tradicional–, Andrés Libedinsky y Cecilia Ximenes abrieron Casa Aristóbulo en una de las esquinas más emblemáticas, donde antes había funcionado un almacén de ramos generales llamado Casa Ferrero (aún se puede leer el nombre estampado en el escalón de mármol de la entrada). El local conserva su impronta art déco, con ventanas recortadas en vidrios de colores y líneas que responden a ese estilo arquitectónico.

El restaurante funciona en un ex almacén de ramos generales y conserva su impronta art déco

“Era el far west esta zona. Habíamos tenido un bebé, me daban ganas de ponerme un vestido lindo, pintarme los labios y salir a comer por el barrio. Pero no encontrábamos nada. Así que decidimos abrir algo”, cuenta Cecilia, que es vestuarista y se dedica a la industria textil. Andy, en cambio, tiene un importante background gastronómico: arrancó a los 17 años y recorrió todo el escalafón –mozo, maestro pizzero, minutero–. Abrieron en diciembre de 2006. Casa Aristóbulo fue el primer lugar del barrio en servir un ceviche, un gazpacho, una limonada con menta y jengibre. Guiños palermitanos en pleno Florida. Y desde entonces, siempre estuvo lleno.

Ñoquis de sémola a la romana con hongos a la crema en Casa Aristóbulo

Hay algunos platos que son el corazón de la carta: los reconfortantes ñoquis de sémola a la romana con hongos a la crema, los vermicelli de mar, el goulash con spaetzle o los varenikes de boniato. Las influencias llegan desde distintos rincones del mundo: Rusia, Hungría, Lima, Italia, México, incluso Japón o China (hay un ramen de miso con hongos).

Enfrente, restaurante en Florida, Vicente LópezPiezas de cerámica hechas por la dueña, en Enfrente

Cruzando la calle tienen Enfrente, el restaurante que abrieron pospandemia, con una propuesta más rioplatense y un patio precioso lleno de plantas y una pequeña huerta. Es una propiedad antigua con varios salones de techos altos, pisos de madera y molduras originales. De nuevo, Andrés y Cecilia recorrieron depósitos, anticuarios y webs de compra-venta de muebles para ambientarlo. La carta incluye clásicos como los buñuelos de espinaca, las empanadas fritas de carne y la suprema napolitana con papas rejilla y algo de parrilla como el bife de chorizo que llega con criolla y milhojas de papas. Pensado para reincidir, apela a la simpleza y a la abundancia, a lo de todos los días.

El patio de Enfrente es ideal para una comida relajadaEnfrente funciona en una propiedad antigua con varios salones de techos altos, pisos de madera y molduras originales

Y los planes no se detienen: acaban de adquirir un galpón con vista a la cancha de Platense y a las vías del ferrocarril Mitre: un paisaje barrial y hermoso donde todavía están pensando qué hacer.

Los platos de Enfrente apuestan a la simpleza y la abundancia, con impronta rioplatenseLa preciosa esquina de Enfrente es un perfecto spot para sentir el ritmo pausado de barrio

Pasado, presente y futuro de Florida, y de dos emprendedores incansables que apostaron –y siguen apostando– por el barrio de sus amores.

  • Casa Aristóbulo Aristóbulo del Valle 1889. Miércoles a sábados, de 8 a 23.30. Domingos, mediodía. T: (011) 4171-9697. @casaaristobulo
  • Enfrente Aristóbulo del Valle 1896. Martes a domingos, mediodía y noche.

Zana Bistró

Saludable y multiétnico

El colorido salón a pocos metros de la estación de tren

Junto a la estación de trenes de Florida y a la plaza Florida Mitre se encuentra el pequeño Zana, un particular bistró de barrio que se convirtió en un favorito de los vecinos. Sobre todo para los almuerzos de día de semana, cuando proponen tres tipos de menú –uno con tarta del día, uno veggie y uno proteico– con entrada, bebida y café por 16 mil pesos o menos. Zana es el proyecto personal de Federico Bacigalupo, un “lasellense” que se crió en el barrio y tenía como patio de juegos la plaza vecina, la Florida Mitre.

Con mesas en la vereda, proponen tres tipos de menú

“Buscaba local y cuando vi este me tocó el corazón”, dice. Tiene una experiencia de 25 años en el rubro. Fue dueño de varios emprendimientos: desde un bar de playa en el paraíso surfer Montañita (Ecuador) hasta de un restaurante en Barcelona. También fue maitre durante un tiempo de Paru en Pacheco y en Punta del Este.

Federico Bacigalupo, el dueño de Zana, se crió en el barrio Zana funciona a toda hora: abre desde la mañana hasta la noche y también como un pequeño mercado

Zana abrió hace cuatro años y medio con una propuesta de cocina saludable multiétnica y un salón para treinta cubiertos. El menú de la semana se diseña en base a lo que Federico consigue el martes en el mercado orgánico de Maschwitz o en el boliviano de Escobar. El resto de la carta se cambia dos veces al año. En la medida de lo posible intentan trabajar con proveedores del barrio o cercanías, buscando la calidad en la materia prima: carnes de pastura, pollo pastoril, quesos de cabra o búfala, la provoleta que sirven con chutney de tomates y puerros asados, a modo de entrada, es de La Delfina.

La provoleta con chutney de tomates

Entre los platos destacados está el sándwich de pastrami en focaccia con 72 horas de fermentación, con generoso pastrami, queso de cabra, cebolla asada, mostaza suave de Dijon y pepinos en vinagre. De postre, trufas de chocolate 70%, palta y aceite de coco.

Un plato que hay que pedir: el sándwich de pastrami

La mayoría de los clientes son del barrio. Un perro negro llega todas las tardes con su dueño y come un croissant. La gente se sienta al sol en la vereda, en tres o cuatro mesas junto a un plátano, o bien en la barra junto a la cocina o en el salón del primer piso, ambientado con un gran mural de colores.

Zana funciona a toda hora: abre desde la mañana hasta la noche y también como un pequeño mercado. En definitiva, un gran lugar para hacerse habitué.

  • Zana Bistró Gdor. Valentín Vergara 2386. Martes a jueves, de 9 a 23. Viernes, de 9 a 24. Sábados, de 10 a 24. Y domingos de 10 a 20. T: (011) 2801-2534.

Ñuro

Un secreto nikkei

Entrada al patio de Ñuro

Hay lugares que no se descubren: se encuentran. Ñuro es uno de ellos. Un restaurante pequeño, discreto, escondido entre las calles tranquilas de Florida, que recuerda a los huariques limeños, esas casas de barrio donde se come bien, a buen precio y sin pretensiones.

Sol, una de las dueñas del restaurante Ñuro

El chef Pedro Cruz nació en Trujillo, en el norte del Perú, una tierra que sabe de sazón. Cuando emigró a Argentina empezó a trabajar como bachero en una pizzería y después pasó por varias cocinas asiáticas donde terminó de formarse: Paru, Osaka, Akira Sushi. Su recorrido se nota: en Ñuro la cocina peruana y japonesa se cruzan con respeto.

Una de las puertas del local con una cortina japonesaRaisu, plato de arroz verde peruano aderezado con cilantro, ají amarillo, choclo, arvejas, con mero sellado en salsa anticuchera y salsa huancaina

El nombre viene de una playa del norte peruano, y algo de ese espíritu está en el aire: fotos del Pacífico en las paredes, un pequeño living a la entrada con cuatro mesas, un patio con plantas y una huerta que cuida la madre de Sol, su socia, que llegó a la Argentina a los seis años, es docente y, junto a Pedro, encontró en este proyecto una forma de volver a sus raíces.

Las piezas se preparan en el momento y a la vista de los comensalesSalón interior de Ñuro

Hace tres años abrieron en un local diminuto que apenas tenía lugar para una barra y en 2025 cruzaron la calle hacia la casa que hoy ocupan. “A pesar de que estaba hecha una ruina, sentí que era acá, lo soñé”, dice Sol, que está todos los días en el despacho. La restauraron con sus manos, con amor y paciencia, hasta devolverle la vida. Por el momento abren solo de noche, y casi siempre está lleno. La gente llega desde otros barrios, incluso desde Zona Oeste, atraída por una carta que combina alma peruana y precisión japonesa.

Ceviche Ñuro con mero macerado en leche de tigre y tinta de sepia, coronado con chipirones crocantes y maíz mote

Algunos platos que hay que probar: el ceviche ñuro con mero macerado en leche de tigre y tinta de sepia, coronado con chipirones crocantes y maíz mote. El costeño Raisu, un platazo de arroz verde peruano aderezado con cilantro, ají amarillo, choclo, arvejas, con mero sellado en salsa anticuchera y salsa huancaina, los nigiris brasero con pesca blanca de anzuelo nacional. También hay algunas piezas con trucha patagónica y por supuesto y a pedido del público, algo de salmón. Todo se explica, se comparte, se cuenta. “Siempre estamos en el despacho hablando con la gente, contándoles qué es cada cosa, el huacatay por ejemplo, de dónde viene cada sabor”, dice Sol. Un pedacito del norte peruano en el corazón de Florida Oeste.

  • Ñuro Santa Rosa 3299. Lunes a sábados, de 19 a 23. T: (011) 3513-4688.

La Sarita

Neobodegón De Moda

El restaurante le dio una nueva vida al barrio

Hay lugares que funcionan como una cápsula del tiempo, y La Sarita es uno de ellos. Florencia Estrella y Federico Otero se enamoraron de un café antiguo de 1934, en una esquina de Florida, que había quedado detenido en el tiempo. “Sabíamos que era para nosotros”, dicen. Lo rescataron y lo devolvieron a la vida con una puesta en escena impecable: fotos de divas e ídolos argentinos (Mirtha Legrand, Zully Moreno, Isabel Sarli, Tita Merello), música de los sesenta y mozos con impecable uniforme y moñito rosado. Todo parece salido de una película nacional, de esas donde se bailaba lento y se servía vermut con soda de sifón. La Sarita es, en cierto modo, un pasaporte a otra época de la Argentina. Desde que reabrió en 2022 se convirtió en un fenómeno.

Fotos de divas e ídolos argentinos decoran las paredesLa milanesa con ananá de La Sarita despierta controversiaLa Sarita, restaurante en Florida

La cocina también mira hacia atrás, pero sin nostalgia vacía. En la nueva carta hay revuelto gramajo con papas pay, lengua a la vinagreta, ensalada Waldorf, albóndigas con puré, lomo a la pimienta con papas fritas –una de las estrellas de la casa, sale muy jugoso, sin concesiones, igual que las pastas con frutos de mar que se sirven sin queso– y raviolones de osobuco con tuco. Hay detalles que son encantadores y para la foto: los sifones “vestidos”, la manteca en rulito, las servilletas de tela, la vajilla con el logo, se nota el gran trabajo en cuanto a hospitalidad.

El ambiente colorido y vintage del neobodegónLa Sarita, restaurante en Florida

Muchos llegan a La Sarita para probar su milanesa de nalga napolitana: cubierta de tomate, queso y jamón, tan abundante que pide ser compartida entre dos o tres. Como novedad, sumaron la milanesa hawaiana con ananá, tiene amantes y detractores. Otro plato de estación es el risotto de primavera con espárragos, arvejas, alcauciles y queso Lincoln.

Mientras suenan Sandro o Palito Ortega, los mozos jóvenes se mueven entre las mesas llenas de amigos o familia. Todo funciona con precisión y calidez: la atención, el ritmo, los sabores. La Sarita no intenta modernizar el bodegón: lo celebra, lo ilumina, lo trae al presente con respeto y alegría.

La Sarita, restaurante en Florida

Un lugar que habría que recomendarle a cualquier turista para entender, en una sola comida, qué significa ser porteño.

  • La Sarita España 506. Martes a sábados, de 20 a 24. T: (011) 7729-6159.
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