
Con la llegada del frío, nada reconforta más que un plato caliente que combine sabor, textura y nutrición. La crema de calabaza es una de las preparaciones más populares durante el otoño e invierno, no solo por su sabor dulce y suave, sino también por su aporte de vitaminas, su bajo contenido calórico y su versatilidad en la cocina.
Prepararla en casa es sencillo y requiere pocos ingredientes, lo que la convierte en una excelente opción para cualquier día de la semana.
La calabaza es una hortaliza rica en vitamina A, betacarotenos y antioxidantes, nutrientes que fortalecen el sistema inmunológico, cuidan la piel y mejoran la salud ocular. Además, su alto contenido de agua y fibra favorece la digestión y genera una sensación de saciedad sin añadir muchas calorías.
Durante los meses fríos, cuando el cuerpo necesita energía extra, la calabaza se convierte en una aliada ideal para mantener el equilibrio nutricional.

Ingredientes básicos
Para preparar una crema de calabaza tradicional, se necesitan los siguientes ingredientes:
- 1 kilogramo de calabaza pelada y en cubos
- 1 papa mediana (para dar espesor)
- 1 zanahoria
- 1 cebolla pequeña
- 2 cucharadas de aceite de oliva o mantequilla
- 1 litro de caldo de verduras o agua
- Sal y pimienta al gusto
- (Opcional) un toque de crema o leche para suavizar la textura
Estos ingredientes se pueden adaptar fácilmente según las preferencias: agregar jengibre para un toque picante, leche de coco para una versión vegana más cremosa o curry para un sabor exótico.
Preparación paso a paso

- Sofríe los vegetales. En una olla grande, calienta el aceite o la mantequilla y añade la cebolla picada. Cocina hasta que se vuelva transparente. Luego incorpora la zanahoria, la papa y la calabaza, removiendo durante unos minutos para potenciar los sabores.
- Agrega el líquido. Vierte el caldo de verduras o el agua hasta cubrir los ingredientes. Tapa la olla y deja cocinar a fuego medio durante unos 20 o 25 minutos, o hasta que las verduras estén suaves.
- Licúa la mezcla. Retira del fuego y deja enfriar un poco antes de licuar. Puedes hacerlo en una licuadora o con una batidora de mano directamente en la olla.
- Ajusta la textura. Si la crema queda muy espesa, agrega un poco más de caldo. Si prefieres una versión más suave, añade un chorrito de crema o leche.
- Sazona al gusto. Prueba y corrige con sal, pimienta o las especias que prefieras.
Para servir, se puede decorar con semillas de calabaza tostadas, crutones o un chorrito de aceite de oliva. Acompañada con pan artesanal o una ensalada fresca, esta crema se transforma en una comida completa, nutritiva y deliciosa.
Además de su sabor reconfortante, la crema de calabaza es una receta económica y rendidora, ideal para preparar en grandes cantidades y conservar en el refrigerador por varios días. Es, sin duda, una opción perfecta para disfrutar en familia y mantener el cuerpo cálido durante los días más fríos del año.
