
A partir del 11 de noviembre, el gobierno de México aplicará nuevos aranceles de hasta 210,44% a las importaciones de azúcar, una decisión anunciada mediante un decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
La medida tiene como objetivo proteger a la agroindustria nacional frente a un entorno de sobreoferta interna y la caída de los precios internacionales.
La Secretaría de Economía, encabezada por Marcelo Ebrard, estableció que las nuevas tasas afectarán principalmente el azúcar proveniente de países miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que no mantienen acuerdos comerciales preferenciales con México.

El decreto modifica la Tarifa de la Ley de los Impuestos Generales de Importación y de Exportación: antes, se pagaba una cantidad fija por cada kilogramo importado (entre 0,338 y 0,39586 dólares por kilo, según el tipo de azúcar). Ahora, se paga un porcentaje sobre el valor total declarado de la carga en la aduana (ad valorem), lo que puede hacer que el impuesto sea mucho más alto, especialmente si el precio internacional es bajo.
¿Por qué suben los aranceles?
De acuerdo con el gobierno federal, la decisión responde a una situación de sobreoferta de azúcar en el mercado nacional. El ciclo azucarero 2024-2025 muestra una producción de 4,7 millones de toneladas, a la que se suman inventarios de 1,4 millones de toneladas y un consumo nacional estimado de 3,9 millones.
Este excedente se traduce en presiones a la baja en los precios internos y afecta los ingresos de más de 15 millones de personas en 267 municipios de 15 entidades federativas, vinculados directa o indirectamente con la industria cañera.
La Secretaría de Economía estimó que entre 2024 y 2025 la crisis del sector azucarero ha provocado pérdidas cercanas a los 14.000 millones de pesos, evidenciando el impacto económico de la sobreoferta y el descenso en los precios internacionales.

Además, la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera y organizaciones productoras han señalado el problema de importaciones irregulares y contrabando, lo que agrava la presión sobre los precios internos y la competencia desleal para los productores.
El precio promedio internacional del azúcar cruda se ubica en torno a los 410 dólares por tonelada. Antes del decreto, el arancel era de 360 dólares por tonelada, situando el precio de importación en 770 dólares por tonelada, inferior al precio doméstico de 901 dólares.
Con el nuevo arancel, ese precio se elevará a más de 1.050 dólares. Para el azúcar refinada, el costo de importación pasará de 872 a unos 1.310 dólares por tonelada, situándose por encima del promedio nacional informado por las autoridades.
El decreto subraya que el arancel previamente aplicado bajo la modalidad de “Nación Más Favorecida” no resultaba suficiente para proteger la agroindustria local de la caída global de los precios. Las autoridades sostienen que el aumento busca restablecer condiciones de competencia y garantizar un ingreso más equitativo a los productores, que hasta ahora reciben solo el 57% del valor final de la venta de azúcar.
¿A quiénes afecta la medida?

Las nuevas cuotas establecidas por la Secretaría de Economía aplican a distintas formas de azúcar y productos afines. El azúcar líquida refinada y el azúcar invertido enfrentarán la tasa más alta, de 210,44% de arancel a la importación.
El resto de las clasificaciones —azúcar de caña y remolacha, azúcares aromatizados o con colorante, chocolate con alto contenido de azúcar y jarabes aromatizados— quedarán gravados con un arancel de 156%.
A continuación, un listado de los productos específicos sujetos a los nuevos gravámenes:
- Azúcar de remolacha (1701.12.05), azúcar de caña según la Nota 2 (1701.13.01), otros azúcares de caña (1701.14.91), azúcar con adición de aromatizantes o colorantes (1701.91.04), otras formas no especificadas (1701.99.99), chocolate con alto contenido de azúcar (1806.10.01) y jarabes aromatizados o con colorantes (2106.90.05): 156% de arancel.
- Azúcar líquida refinada e invertida (1702.90.01): 210,44% de arancel.
El decreto aclara que estas fracciones están exentas del impuesto a la exportación, es decir, la medida solo impacta en la importación de azúcar y sus derivados.
La industria azucarera en México genera alrededor de 440.000 empleos directos y afecta indirectamente a 2,2 millones de personas dedicadas a actividades relacionadas como siembra, cultivo, industrialización y comercialización.
Estas acciones llegan en paralelo a la aprobación de reformas a la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que entrarán en vigor el 1 de enero de 2026 y que afectan directamente al sector de bebidas azucaradas en México.
