Lana Del Rey es una de las artistas más singulares del pop contemporáneo, capaz de conjugar glamour, tristeza, deseo y vacío en sus creaciones. Desde su irrupción internacional con el álbum “Born to Die” en 2012, Elizabeth Woolridge Grant —su nombre real— construyó una narrativa musical y estética en la que conviven la dulzura y la destrucción.
Pero, la canción que mejor encapsula el universo de Lana Del Rey, según la artista, es “Ultraviolence”, tema central de su tercer disco de estudio.
El significado de “Ultraviolence”
Lanzada en 2014, “Ultraviolence” se transformó en uno de los mayores emblemas de Lana Del Rey. Su letra, polémica y sugerente, incluye el verso: “He hit me and it felt like a kiss” (“Me golpeó y se sintió como un beso”). La frase condensa la ambigüedad emocional que recorre toda la obra de la cantante y, para muchos, es la síntesis de su estilo provocador.
La génesis de “Ultraviolence” se remonta a una experiencia personal que marcó a Del Rey. “Solía pertenecer a una secta clandestina liderada por un gurú. Se rodeaba de chicas jóvenes y tenía un carisma irresistible. Así que entré en esta, digamos, secta, porque anhelaba amor y seguridad. Pero luego descubrí que este gurú no era bueno. Pensaba que primero tenía que destruir a la gente antes de poder reconstruirla. Al final, dejé la secta”, explicó Lana Del Rey. Este testimonio revela la profundidad y el riesgo emocional que sustentan su música.

“Ese ha sido el tema de mi carrera”
En una entrevista que dio a Scott Simon en 2014, la artista se refirió al polémico verso de “Ultraviolence”, y fue tajante: “Ese ha sido el tema de mi carrera. Lo que pasa conmigo es que, viniendo de la música alternativa y cantando durante nueve años, siendo prácticamente invisible, estoy muy acostumbrada a escribir para mí misma, y al final del día lo hago porque siento que debo hacerlo. Cuando grabo o escribo, no pienso en otras personas. No siempre me resulta cómodo, pero no me callo lo que quiero decir”, afirmó Del Rey.
Esta confesión refuerza la percepción de que la honestidad brutal y la vulnerabilidad son marcas indelebles en la trayectoria de la cantautora. La huella de sus propias vivencias —a menudo amarga o conflictiva— aparece sin filtros en sus letras, dotándolas de una potencia emocional que la diferencia de otras figuras del mainstream.

Más allá de una canción
Aunque “Ultraviolence” sea la pista que mejor define a Lana Del Rey, su discografía se despliega en álbumes y canciones que exploran las contradicciones del amor, la fama y la existencia. Desde “Video Games” hasta “Summertime Sadness”, pasando por los paisajes crepusculares de “Norman Fucking Rockwell!”, su carrera acumula nueve discos de estudio y un caudal de sencillos en los que se cruzan la nostalgia del Hollywood clásico y el drama de la juventud desencantada.
La combinación de referencias literarias, guiños al cine y una producción musical envolvente consolidaron a Del Rey como una voz imprescindible en la música de la última década. Su estética visual y sonora abraza la melancolía como sello, y su capacidad para desafiar los límites del pop la ha convertido en influencia para nuevas generaciones de artistas.
Por todo ello, “Ultraviolence” representa mucho más que un éxito aislado. Es el punto de encuentro entre la historia personal de Lana Del Rey y una propuesta artística única, tejida con luces y sombras. La crudeza de sus palabras, unida a su honestidad en el relato de sus propias experiencias, permite al público comprender por qué esta canción, por encima de todas, simboliza el corazón de su carrera.
