La investigación del homicidio de María Susana Rodríguez Iturriaga, una vecina de 81 años asesinada por la temible Banda del Millón, organización criminal que protagonizó violentos robos en San Isidro en los que golpeó y torturó a sus víctimas, derivó en las últimas horas en un allanamiento en Nordelta. Allí buscaban a un adolescente de 15 años por su presunta participación en el crimen ocurrido el 25 de octubre pasado.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales. Detectives de la Policía de la Provincia de Buenos Aires allanaron un departamento del edificio Condominios de la Bahía y una cochera, situados en el barrio Bahía Grande, en el citado complejo urbanístico de Tigre.
El sospechoso no fue ubicado, pero en el lugar fue detenido su tío, Federico B. R., de 45 años. En su poder se secuestraron 23.800 dólares, 8,2 gramos de cocaína, una pistola Glock calibre .40 y joyas. También el personal policial se incautó de una camioneta Volkswagen Amarok y un automóvil Peugeot 2008.
“Federico B. R. tiene antecedentes por causas vinculadas al negocio ilegal de las drogas. Quedó a disposición del fiscal Federico González, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) especializada en estupefacientes de Tigre”, dijeron fuentes judiciales.
El fiscal general adjunto de San Isidro, Patricio Ferrari, que investiga el homicidio de Rodríguez Iturriaga con la colaboración de detectives de la Estación de Policía Departamental (EPD) Tigre, dependiente de la Superintendencia de Seguridad AMBA Norte I de la policía bonaerense, a cargo del comisario general Lucas Borge, tiene pruebas de que el departamento allanado en Nordelta era un punto de encuentro de los integrantes de la Banda del Millón antes y después de los golpes que protagonizaban en San Isidro.

“El departamento fue localizado por las publicaciones en redes sociales que hacían los sospechosos, donde subían fotos y videos en una pileta, tomando bebidas alcohólicas”, dijeron a LA NACION fuentes judiciales.
Finalmente, el adolescente de 15 años fue ubicado y detenido en San Martín. Se le secuestraron tres teléfonos celulares. Está acusado de ser uno de los autores materiales del homicidio de Rodríguez Iturriaga.
En un primer momento, después del crimen, fueron detenidos Miguel Ángel Viera, de 47 años, y Ramiro Emiliano Julio, de 20.
Viera se negó a declarar, informaron fuentes judiciales. Julio, en cambio, decidió “colaborar con los investigadores”. Si bien su relato se mantiene bajo reserva, se supo que admitió su participación en el robo, pero negó haber participado de la feroz paliza a la víctima.
Julio, según se supo, habría hecho una clara descripción de cómo la banda llegó a la casa de Rodríguez Iturriaga, situada en Justo José de Urquiza al 1100, en Acassuso, en la zona conocida como Barrancas de San Isidro.
Además, los investigadores pudieron ver mensajes de WhatsApp que se enviaron los dos sospechosos después de haberse ido de la casa de Rodríguez Iturriaga.
“Que la matamos compa. Recién me avisó el wacho”, escribió uno de los ladrones y recibió como respuesta: “Nooo”. Después, en el siguiente chat, sin culpa, sostuvo: “Y bueno”.

También recuperaron de los teléfonos celulares mensajes de voz de WhatsApp donde los integrantes de la banda hicieron referencia a la muerte de la víctima, a los que tuvo acceso LA NACION.
“Hacela corta compa, hacela corta que estamos rejuguetes”, decía uno de los sospechosos a su interlocutor. Y recibió como respuesta: “La vieja hecha un fiambre quedó”, dijo en referencia a Rodríguez Iturriaga.
Hace un mes, como informó LA NACION, el fiscal Ferrari, que está detrás de la Banda del Millón desde mediados del año pasado, pidió que 11 de los supuestos integrantes de la banda sean juzgados por una decena de robos.
“Se dijo entonces que la presente pesquisa exhibía la existencia de una organización delictiva caracterizada por una estructura de un sinnúmero de intervinientes que se empeñaban a diario en ejecutar delitos contra la propiedad de notable impacto. Los sucesos ocurrían en horas de la madrugada en diferentes casas de San Isidro, con la peligrosidad que caracterizaba esas acciones y la reiteración que -a ese tiempo- no cesaba. Tal como se describió en los requerimientos presentados [en referencia a los pedidos de detención presentados en su momento], se había verificado que el núcleo operativo de la organización -en su mayoría con residencia en el barrio La Cava, en Beccar- había perfeccionado sus tácticas delictivas, recurriendo a tareas de inteligencia previa, análisis del entorno y selección de víctimas particularmente vulnerables, entre ellas, personas de edad avanzada”; sostuvo el representante del Ministerio Público Fiscal en el requerimiento de elevación a juicio.