Cristina Kirchner se burla de todos

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Cualquiera que consuma redes sociales o medios de comunicación sabe que Cristina Kirchner sigue presa solo en los papeles y porque se lo recuerda la tobillera de la que pretendió desprenderse, pero le fue negado.

Por lo demás, sigue actuando como si estuviera en el Instituto Patria, donde era llevada y traída por custodios casi sin paradas en ruta. Queda claro que, salvo los actos blindados que le preparaban sus conmilitones, nunca pudo caminar libremente por la calle sin que ciudadanos de a pie la increparan a voz en cuello por las nefastas consecuencias de los gobiernos que lideró, formó parte o amparó.

Aquel mundo de burbuja obligada del Instituto Patria fue transferido a San José 1111 con otro formato. Ya no se traslada, pero tampoco se la advierte presa en el sentido estricto que impone la ley. Está atrincherada en su cosmos de resistencia política en medio de permisos y lujos que la Justicia tolera. Hace campaña, recibe gente por doquier con las que se toma fotos que luego difunde, emite “comunicados” con fuerte carga ideológica que publica por redes sociales y envía audios que, valga recordarlo, fueron hasta difundidos públicamente en la marcha convocada por sus seguidores apenas conocida la ratificación por parte de la Corte Suprema de la condena que se le impuso en la causa Vialidad a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos en el Estado.

Pasó así de un aislamiento preventivo a una obligada prisión domiciliaria que de prisión no tiene nada. Cristina Kirchner ha encontrado la forma de oxigenarse y masajear su enorme narcisismo. El balcón desde donde celebra derrotas bailoteando o desde donde saluda a masas inexistentes pasó ya a ser una anécdota frente a lo que sucede puertas adentro de esta tan evidente como provocadora unidad básica que la Justicia le consiente y donde se cocinan furibundos ataques al propio Poder Judicial.

El último de ellos ocurrió anteayer antes de comenzar la segunda audiencia en el juicio oral por la causa Cuadernos en la que está imputada de ser la jefa de una mega asociación ilícita. Con la impunidad de siempre, posteó insultos al tribunal calificando el juicio de “opereta”, insistiendo con el ficticio lawfare y tratando de hacer pasar a los “arrepentidos” como “torturados”, y a los cuadernos –de cuya autenticidad la Justicia ha dado fe- como “truchos”. Tampoco se privó de cuestionar la política económica del Gobierno, la inflación y otros asuntos sobre los que cree que se siente con autoridad moral para opinar sin más, pese a sus desastrosos gobiernos.

¿Será, como ha deslizado un colega, que Cristina Kirchner cuenta con un golden ticket judicial, un pase libre y preferencial?. De ser así sería tremendamente grave y cómplice de un accionar que parece habilitarle derechos por encima de lo que dispone la Constitución nacional en el sentido de que todos somos iguales ante la ley.

La lista es gigantesca, pero valgan como muestra apenas algunas de las últimas visitas que la expresidenta recibió en su domicilio y para las que debió pedir autorización que, a juzgar por la difusión pública que ha realizado de esos encuentros, le fue siempre concedida.

Pasaron por su flexible celda de lujo Mayra Mendoza, Juan Manuel Urtubey, Jorge Taiana, Itai Hagman, Lucía Cámpora y Mariano Recalde (candidatos estos últimos con los que salió al balcón a saludar). También fue a verla el gobernador Axel Kicillof, con quien no hubo foto, tal vez por esa máxima no escrita de que el peronismo acompaña hasta la puerta del cementerio, pero no ingresa.

Se reunió, además, con el expresidente colombiano Ernesto Samper, con la exlegisladora ecuatoriana Gabriela Rivadeneira y con el actual presidente brasileño Lula da Silva.

También la acompañaron a tomar el té el secretario general de la Internacional de la Educación, David Edwards, quien llegó escoltado por la dirigente de Ctera Sonia Alesso. Del ambiente del espectáculo la visitaron, entre otros, el cantautor cubano Silvio Rodríguez y el Indio Solari.

Cabe recordar que solo el Tribunal Oral Federal N° 2 puede autorizar esos ingresos, los que se suman a los de quienes no necesitan requerir el visto bueno: abogados, médicos, custodios y familiares..

Ya van decenas de fotos en los que la rea de San José 1111 aparece sonriente con sus invitados. Ella se ríe de todos, especialmente de la Justicia.

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