La ropa blanca es un básico en cualquier armario, pero también es una de las prendas que más cuidados necesita, pues con el paso del tiempo es común que las camisetas, toallas o sábanas comiencen a adquirir un tono amarillento, lo cual no solo afecta su apariencia, sino que además da sensación de suciedad.
Afortunadamente, existe un truco eficaz y económico que puede ayudarte a mantener tus prendas impecables por más tiempo. Aquí te explicamos por qué ocurre este problema y cómo evitarlo.
Uno de los métodos más recomendados para conservar el blanco radiante de tus prendas es utilizar una mezcla natural de bicarbonato de sodio y vinagre blanco, ambos ingredientes tienen propiedades limpiadoras, desodorantes y blanqueadoras que eliminan residuos sin dañar los tejidos, solo debes utilizarlo de la siguiente forma.

- Llená el lavarropas como de costumbre con tus prendas blancas.
- Agregá ½ taza de bicarbonato de sodio directamente, este actuará como limpiador profundo y neutralizador de olores.
- En el compartimento del suavizante, añadí ½ taza de vinagre blanco (no te preocupes por el olor, desaparece por completo al secarse la ropa).
- Programá un ciclo de lavado con agua fría o tibia. Al terminar, tendé las prendas a la sombra, ya que el sol puede generar el efecto contrario.
¿Por qué la ropa blanca se pone amarilla?
Antes de aplicar cualquier método, es importante entender por qué la ropa blanca puede cambiar de color. Las causas más frecuentes son las siguientes:
- Acumulación de sudor y desodorante: especialmente en zonas como axilas o cuello.
- Uso excesivo de detergente: que deja residuos en las fibras y provoca manchas amarillas.
- Lavado con agua muy caliente: que fija la suciedad y acelera el amarillamiento.
- Almacenamiento en espacios húmedos: donde las prendas “envejecen” más rápido.
- Exposición prolongada al sol: porque oxida las fibras naturales.
*Por Dann Silva
