
La reciente exclusión arancelaria para importaciones de frutas tropicales, café, carne y otros alimentos también contempla fertilizantes adicionales utilizados en la agricultura estadounidense, según detalló la Casa Blanca. Este ajuste arancelario forma parte de los acuerdos cerrados este viernes con Suiza y con Argentina, Guatemala, Ecuador y El Salvador, en el marco de una estrategia más amplia para modificar los gravámenes recíprocos y responder a la inquietud interna sobre el coste de los alimentos. Según consignó la agencia Bloomberg, la decisión representa un intento de aliviar la presión sobre los consumidores ante las recientes manifestaciones de descontento por el costo de la vida, especialmente después de las recientes elecciones en las que la economía y la asequibilidad alimentaria ocuparon el centro del debate público.
De acuerdo con Bloomberg, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el viernes una orden ejecutiva que elimina o reduce aranceles a importaciones seleccionadas de alimentos básicos. El Gobierno señaló que los productos alcanzados por la medida son aquellos que no se producen en suficiente cantidad en territorio nacional, una justificación explicitada por la Casa Blanca en un comunicado. Entre los artículos afectados se encuentran productos agrícolas clave como el café, el té, frutas tropicales (incluyendo el coco, el mango, la piña y la papaya), plátanos, naranjas, tomates, frutos secos, cacao, especias, carne de vacuno y ciertos fertilizantes. Esta política modifica el régimen arancelario sobre productos en cuya oferta el mercado interno no cubre la demanda, otorgando exenciones con base en los acuerdos comerciales más recientes.
La orden ejecutiva surge ante un contexto de presiones electorales y económicas. En los últimos comicios, los votantes estadounidenses manifestaron inquietud por la evolución de la economía y se inclinaron hacia partidos y candidatos que centraron sus campañas en los programas sociales y la asequibilidad de los alimentos. Bloomberg reportó que los demócratas conquistaron cargos clave, como las gobernaciones de Virginia y Nueva Jersey y la Alcaldía de Nueva York, movilizando a un electorado particularmente sensible al acceso a productos alimenticios a precios razonables. Este panorama político ha focalizado la atención de la actual administración en el coste de la canasta básica y en medidas que puedan contrarrestar la percepción pública de precios elevados.
La Casa Blanca comunicó que los nuevos acuerdos comerciales han sido determinantes para viabilizar la reducción de aranceles. Por una parte, Estados Unidos y Suiza alcanzaron un nuevo entendimiento por el cual el arancel sobre productos suizos baja a un máximo del 15 por ciento, cuando el techo anterior ascendía al 39 por ciento. A cambio, Suiza también rebajará gravámenes a importaciones de origen estadounidense, en el marco de una relación comercial recíproca revisada que abarca más de un sector económico, explicó Bloomberg.
Simultáneamente, la administración Trump completó negociaciones con un bloque de países de relevancia para las importaciones agrícolas: Argentina, Guatemala, Ecuador y El Salvador. Los convenios permiten la rebaja de aranceles para productos provenientes de estas naciones, fundamentalmente en los sectores agrícola y textil. El acuerdo implica asimismo que estos mercados latinoamericanos se comprometen a facilitar el acceso de productos estadounidenses, ampliando la apertura de sus economías, según reportó Bloomberg.
El documento oficial de la Casa Blanca subraya que los productos seleccionados para la desgravación arancelaria cumplen criterios de baja o nula producción local, justificando así su inclusión en la orden ejecutiva. La medida busca también proteger a los consumidores de subidas de precios en productos que tienen alta demanda interna y donde el arancel representa un peso relevante en la estructura de costes, detalló el mismo comunicado. Bloomberg añadió que la estrategia responde a la presión ejercida por empresarios agrícolas estadounidenses, quienes han advertido sobre la amenaza que los aranceles representan para su competitividad y producción en un contexto de demanda robusta y mercados internacionales abiertos.
Respecto a la reacción del sector productor, Bloomberg informó que la presión sobre los precios mediante la imposición de aranceles había generado preocupación entre los agricultores estadounidenses, dado que la demanda interna de estos mismos productos no podía ser cubierta con la oferta nacional, poniendo en riesgo volúmenes y márgenes en sus operaciones.
La secuencia de acuerdos comerciales previos ha establecido el terreno para el anuncio realizado el viernes. El fundamento de la reforma arancelaria, según recogió Bloomberg, reside en los pactos de reciprocidad obtenidos con los países firmantes. Por ejemplo, en el caso del convenio con Suiza, la rebaja de aranceles estadounidenses se ve correspondida con compromisos de menor protección aduanera por parte del país europeo hacia exportaciones agrícolas y de otro tipo de Estados Unidos.
En lo que se refiere a Latinoamérica, Bloomberg especificó que Argentina, Guatemala, Ecuador y El Salvador representan mercados prioritarios para la provisión de bienes incluidos en el listado de reducción arancelaria. El volumen de importaciones desde estas naciones, predominando café, frutas y textiles, con frecuencia responde a lagunas de oferta interna en Estados Unidos. En compensación, estos países abren sus fronteras a la entrada de mercancías estadounidenses en términos pactados, reconfigurando así flujos comerciales aproximados a los intereses de ambos lados.
La política adoptada responde también al análisis que manejó la administración Trump sobre el impacto que los precios de los alimentos tienen en la percepción pública y en la conducta del consumidor estadounidense. Bloomberg destacó que la Casa Blanca optó por implementar medidas que tuvieran efectos inmediatos en los precios minoristas de artículos de consumo básico, buscando mejorar la imagen del Ejecutivo tras las elecciones y mitigar el descontento ciudadano ante el costo de la vida.
La reducción o eliminación de aranceles para productos agroalimentarios importados, incluyendo carne de vacuno, café, té, cacao, frutos secos y diversas frutas, permite la entrada de estos bienes con una carga fiscal menor, lo cual facilita que los precios finales en supermercados y comercios resulten más accesibles para el público. A su vez, la inclusión de fertilizantes entre los artículos exentos busca beneficiar a la cadena productiva local ante los desafíos de costo y abastecimiento.
El anuncio se insertó en una serie de decisiones recientes para favorecer la asequibilidad de los alimentos en Estados Unidos, según reportó Bloomberg. Las autoridades federales han argumentado que la desgravación temporal o permanente de ciertos artículos importados, especialmente aquellos en los que la capacidad productiva nacional no basta, constituye una medida pragmática ante la presión inflacionaria y las necesidades del consumidor promedio.
Los acuerdos alcanzados reflejan la importancia de los socios comerciales seleccionados para la seguridad alimentaria de Estados Unidos. El Gobierno ha destacado la relevancia de mantener canales abiertos con regiones productoras de café, carne, cacao y frutas tropicales, elementos básicos de la dieta estadounidense que complementan la producción local. De acuerdo con lo informado por Bloomberg, las negociaciones permitirán un abastecimiento más fluido y, según las autoridades, contribuirán a reducir las tensiones derivadas de la volatilidad de precios.
Finalmente, el contexto posterior a las elecciones subraya la urgencia de la administración Trump por demostrar agilidad en la respuesta a las principales demandas económicas del electorado. Bloomberg subrayó que la combinación de reducción arancelaria y renegociación de acuerdos comerciales con socios estratégicos busca influir directamente en la asequibilidad de productos esenciales y proteger tanto a los consumidores como a los sectores productivos estadounidenses.
