
La industria metalúrgica argentina profundizó su deterioro durante octubre. El informe de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA) indicó una caída interanual de la actividad de 4,6% en ese mes, que acompañó el ciclo recesivo del tercer trimestre.
La variación mensual fue de apenas 0,3% positiva, insuficiente para recuperar el terreno perdido desde las dos fuertes bajas anteriores. El sector se mantuvo 17,7% por debajo de los niveles máximos alcanzados a mediados de 2023 y solo acumuló un crecimiento de 0,1% en lo que va del año.
La utilización de la capacidad instalada descendió hasta uno de sus valores más bajos en registros históricos, con 44,3%, cifra similar a la observada en los meses más restrictivos de la pandemia sanitaria de 2020. En la comparación interanual, la UCI redujo 6 puntos porcentuales frente al año previo y continuó en descenso mes tras mes.
Qué pasó en cada rubro
El comportamiento por rubros mostró retrocesos casi generalizados. El segmento de Maquinaria Agrícola cayó 0,8% interanual y Carrocerías y Remolques creció 2,6%, aunque lejos del ritmo registrado tras el repunte del primer semestre. Fundición tuvo la mayor baja entre los grandes rubros, con 12,7%, mientras Bienes de Capital retrocedió 3,9%, y Autopartes perdió 2,5%. Además, se detectaron descensos de 8,6% en Equipos y Aparatos Eléctricos, 3,7% en Equipamiento Médico y 2,8% en Otros Productos de Metal.
Esta tendencia negativa se fortaleció hacia fines del trimestre y, de acuerdo con el documento, la gran mayoría de los sectores mantuvo variaciones interanuales negativas y sin señales claras de reversión.

A nivel provincial, Buenos Aires volvió a ser la jurisdicción con el resultado más adverso, marcando un descenso interanual de 7,7%. Mendoza y Córdoba también profundizaron el deterioro, con bajas de 4,4% y 3,7%, respectivamente. Santa Fe experimentó una caída de 2,2%, menos pronunciada que en septiembre, pero mantuvo la tendencia decreciente tras mostrar mejores resultados en la primera parte del año. Solo Entre Ríos presentó una variación levemente positiva, con 0,5%.
Empleo, en caída
El escenario laboral acompañó el debilitamiento. El empleo ofrecido por empresas del sector retrocedió 2,9% en comparación interanual, combinando además una variación negativa marginal de 0,1% respecto a septiembre. El informe consignó que las expectativas empresariales en relación al empleo permanecen debilitadas, con el 83,3% de las firmas sin proyección de incrementos y, en muchos casos, anticipando eventuales recortes para los próximos meses.
Las perspectivas empresarias continúan sin señales de mejora. En octubre, 67,4% de las compañías relevadas previó que el nivel de producción se mantendrá igual o bajará en el cierre del año. Esta visión abarca tanto a grandes industrias como a pymes y a las distintas regiones proveedoras de insumos y productos terminados.
La presión de la competencia importada se reflejó en los datos de septiembre, último mes disponible. Las importaciones de productos metalúrgicos ascendieron a 2.717 millones de dólares, con un avance interanual de 18,7% en dólares y de 42,6% en toneladas. Tomando como base mediados del año pasado, el ritmo de crecimiento promedio acumulado de las compras externas llega a 5,6%, con un salto de 84,7% en la comparación interanual ampliada. Esto intensificó el cuadro de presión sobre la industria nacional, especialmente en eslabones con alta exposición competitiva global.
Las exportaciones no compensaron este panorama: los envíos de bienes metalúrgicos al exterior sumaron 416 millones de dólares en el período relevado, con una retracción de 5,7% respecto al mismo mes del año anterior. El informe remarcó el bajo impacto del comercio externo como motor para el sector y la escasa vinculación de las exportaciones con la expansión de las importaciones.
En cuanto a las condiciones operativas, la cadena de pagos sufrió el impacto del retroceso de la actividad, el aumento de la importación y la baja utilización de la capacidad instalada. El informe de Adimra puntualizó que octubre profundizó todas las dificultades acumuladas. Los principales sectores arrastraron una marcada fragilidad y no aparecieron elementos que permitan prever un cambio de rumbo.
Elio Del Re, presidente de la entidad, destacó la gravedad del escenario: “La industria metalúrgica atraviesa un momento muy complejo, con niveles de actividad excepcionalmente bajos, similares a los de un año pésimo como 2024, y con importaciones que crecieron alrededor del 70% interanual”. Añadió: “Necesitamos una política industrial seria, como la que están impulsando numerosos países. Detrás de cada producto que fabricamos hay empleo, consumo local y desarrollo en nuestras comunidades. Si la producción nacional queda fuera de la agenda, todo eso se debilita. Argentina necesita más industria para recuperar dinamismo económico y poner en marcha un sendero de crecimiento sostenido”.
La curva negativa atravesó escalas empresariales y regiones. No hubo distinciones marcadas entre grandes firmas y pymes, aunque los sectores más rezagados, como Fundición y Autopartes, explicaron gran parte del pesimismo industrial. La baja utilización de la capacidad instalada, cercana a los registros mínimos de la pandemia, acentuó problemas financieros y alentó un círculo de expectativas desfavorables de cara al corto plazo.
