
El sistema escolar de Estados Unidos afronta una caída histórica en la inscripción de estudiantes inmigrantes, obligando a distritos como Miami-Dade o Albertville, en Alabama, a ajustar presupuestos y reducir personal docente, según reportó CBS News. La tendencia, visible desde Florida hasta California, refleja el impacto de las políticas migratorias y el endurecimiento del control fronterizo.
En las Escuelas Públicas del Condado de Miami-Dade, la llegada de alumnos extranjeros bajó de más de 20.000 a solo 2.550 en el último año escolar. “La tendencia es una realidad triste“, afirmó Luisa Santos, miembro de la junta escolar y exalumna inmigrante, en declaraciones recogidas por CBS News. El distrito perdió cerca de 70 millones de dólares en financiamiento anual, una cifra que obligó a recortar recursos y buscar alternativas para cubrir el déficit.
Situaciones similares se observan en otras áreas. En Albertville, Bart Reeves, superintendente de las escuelas locales, explicó que su distrito, con un 60% de población estudiantil hispana, no ha recibido nuevos alumnos internacionales después del cierre de la frontera. Reeves adelantó que el descenso de matrícula podría traducirse en la eliminación de 12 puestos docentes.

La incertidumbre de los controles migratorios
La reducción de nuevos estudiantes inmigrantes ha cortado una de las principales fuentes de revitalización en escuelas públicas, donde el descenso demográfico y la migración hacia modelos como la educación privada o en casa ya implicaban desafíos.
Según CBS News, la baja de inscripciones afecta también a distritos en Denver, Chicago, Houston y el área de Boston. El distrito de Waukegan, cerca de Chicago, anotó 100 inscripciones menos de alumnos extranjeros respecto al año anterior. En Houston, la escuela Las Américas cerró por falta de estudiantes, pasando de 111 inscritos en 2022 a solo 21 en 2023.
La realidad detrás de las cifras incluye historias familiares marcadas por la incertidumbre. En Florida, una madre guatemalteca fue detenida por autoridades migratorias y sus siete hijos, bajo la custodia temporal de su amiga Edna, terminaron volviendo a Guatemala unos meses después. “Mi casa se siente como un jardín sin flores. Todos se han marchado”, transmitió Edna a CBS News.

En Chelsea, Massachusetts, el director del centro informativo para padres, Daniel Mojica, describió el ambiente: “se percibe el miedo en el aire”. Este distrito, que solía sumar cerca de 600 nuevos alumnos extranjeros cada verano, ahora solo recibió 152.
La disminución de inscripciones de inmigrantes también golpea la vida cotidiana escolar. Fernando Hernández, director de la escuela Perkins K-8 en San Diego, narró que este año no se matriculó ni un solo alumno extranjero, a diferencia de los años anteriores. “Esto se parece a un repetido de la pandemia. Los niños están aislados, sin socializar”, alertó.
El fenómeno ha llevado a muchas familias a vivir con temor y bajo perfil. Natasha, madre venezolana radicada en California, describió: “me encomiendo a Dios”, mientras organiza su día para evitar riesgos al llevar a sus hijas a la escuela.
Para miles de estudiantes y familias, la combinación de políticas migratorias estrictas y ambiente de vigilancia afecta tanto la continuidad educativa como la vida comunitaria, señalan especialistas consultados por CBS News.
