Al margen de sus negociados en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), Miguel Angel Calvete había montado un enorme centro cultural en el barrio de San Telmo para limpiar su imagen. Para eso, el empresario adquirió una enorme casona, en Defensa al 1400, donde iba a funcionar una sala de arte y hasta un salón para conferencias. En ese mismo lugar se reunió y grabó a Diego Spagnuolo, el extitular de la Andis. El proyecto ya tenía nombre y hasta un logo bien diseñado: “Fundación La Defensa”. “Vamos a inaugurar después de las elecciones”, prometía antes de la campaña legislativa. El escándalo de la Andis trastocó todos los planes: Calvete cambió su teléfono, tomó distancia de todos sus contactos, y terminó preso.
El misterioso “centro cultural” de Calvete se montó sobre una casona que pertenecía al artista plástico Jorge Helft. “A todos nos decía que se había quedado con esa propiedad como parte de pago por un pleito de una empresa constructora de su familia”, contó a LA NACION una de las personas que conoce la trama. Esa empresa estaría vinculada a la venta de hormigón.
¿Fue realmente así o era parte de las mentiras de Calvete? El lobbista de las droguerías también integraba una organización que se quedaba con propiedades en remates o procesos judiciales. Hay diversos expedientes civiles que prueban ese vínculo.
Una vez que se quedó con la casona de San Telmo, un terreno enorme con casi 70 metros de largo, Calvete puso en marcha una obra de refacción millonaria. La inversión sería superior a los 100 mil dólares, solo para poner a punto la propiedad, que tiene varias salas, comedores, un quincho, y hasta una pileta.


“Siempre había una docena de obreros trabajando en el lugar y había puesto a una pareja mayor como cuidadores”, cuenta uno de los testigos que frecuentaba la casona de San Telmo.
La remodelación se demoró más de lo previsto. “Un árbol rompió la propiedad lindera, donde vive un fiscal”, apuntó la misma fuente.

Mientras avanzaba el proyecto, Calvete usaba la casona como una suerte de oficina. En ese lugar recibió a Diego Spagnuolo el 13 de agosto pasado. El extitular de la Andis ingresó con una mochila negra. Por algún motivo, desconocido, Calvete sacó tres fotos de las cámaras de seguridad que había instalado y las guardó en su teléfono.

Spagnuolo y Calvete también se vieron al menos cinco veces en la casa del funcionario, en el barrio Altos de Campo Grande: dos en 2024 (20 de junio y 20 de octubre) y tres en 2025 (4 de enero, 30 de marzo y 3 de mayo).
Ornella Calvete, la hija del acusado, participa también de las maniobras de Andis, según pruebas recolectadas en la causa. Era funcionaria del Ministerio de Economía hasta el martes, cuando presentó la renuncia. En uno de los allanamientos le secuestraron 700.000 dólares en efectivo.

El centro cultural San Telmo estaba casi terminado a mitad de año. Solo faltaban detalles de pintura. Los que visitaban el lugar se sorprendían con un detalle: en un patio abierto había quedado una vieja caja fuerte. Calvete la mostraba orgulloso.

¿En ese lugar se almacenaba dinero?, se preguntan los investigadores. El lobbista de las droguerías -que se hizo lugar en los medios como representante de los supermercados chinos- había instalado un sistema de cámaras y una pantalla con clave para ingresar. “Las cámaras eran por las obras de arte que iban a traer”, advierte uno de los que conoció la casona por dentro.
Cuando estalló el escándalo de la Andis, Calvete se refugió y cambió de número de teléfono. “Vamos a parar todo”, le avisó a los interlocutores. Eso incluía la Fundación y el centro cultural. Aunque tomó algunos recaudos, dejó todas las pruebas a la vista. El 9 de octubre, la Policía encontró en esa casona un verdadero tesoro.

Una montaña de pruebas
En uno de sus cuadernos, Calvete anotaba con precisión cada una de las contrataciones en la Andis. Hay planillas con el nombre de las firmas “Expotrauma”, “Artrobone” e “IMNOVA”. El empresario distinguía entre “Costos” (con dos columnas, la primera con una cifra superior a la segunda), “Diferencia” (que es el resultado de la resta entre la primera y la segunda columna de costos), y “2/3 Partes” (con una cifra que representaría los dos tercios de la columna anterior “Diferencia”).

En otro de los cuadernos, la Policía encontró un listado de personas que formaban parte de su círculo de contactos. En ese listado aparecen empleados de la agencia de discapacidad, dueños o empleados de droguerías, y algunos allegados que formaban parte del esquema de corrupción.
Los cuadernos de Calvete tiene anotaciones inquietantes para el círculo rojo. En general, el empresario utilizaba iniciales como “ML”, “ML” o “KM” pero cada tanto se dejaba llevar y escribía.“Relacion entre ex marido de Karen (Fred Machado)”, se lee en una de las hojas.¿Qué tiene que ver el empresario detenido y extraditado a Estados Unidos con las coimas de la Andis?, se preguntan los investigadores.
