
A dos días de haberse confirmado su muerte, nuevas revelaciones permiten comprender con mayor precisión el alcance económico, legal y emocional detrás de la decisión de Alice y Ellen Kessler. Las famosas gemelas alemanas murieron por suicidio asistido, a los 89 años, en su casa de Grünwald.
De acuerdo con la información recopilada por TMZ este jueves 20 de noviembre, las Kessler pagaron una suma significativa para llevar a cabo el procedimiento.
Wega Wetzel, portavoz de la organización German Society for Humane Dying (DGHS), explicó al medio que “el costo habitual para un suicidio asistido es de 4000 euros por persona, o 6000 euros para dos personas juntas”. La cifra conjunta asciende a aproximadamente 7000 dólares, un monto que cubre la atención completa de médicos y abogados.
Según detalló Wetzel, las gemelas se acercaron a la DGHS “más de un año atrás porque querían terminar sus vidas con dignidad el mismo día, juntas”.

Con ello, las artistas cumplieron los requisitos estrictos que pide la organización: haber sido miembro por al menos seis meses, presentar una solicitud formal, mantener múltiples reuniones con abogados, médicos y, en algunos casos, familiares, antes de recibir autorización.
El procedimiento final se realizó en la residencia que compartían en Grünwald.
Wetzel explicó que un médico llevó al domicilio “una infusión —una sobredosis de anestésico— e insertó la aguja de infusión en el paciente. Los pacientes deben abrir la infusión por sí mismos”. Una vez ocurrido el fallecimiento, DGHS se encarga de notificar a la policía, como exige la normativa alemana.
La DGHS, que medió más de 600 casos de suicidio asistido solo el año pasado, confirmó también que la voluntad de las hermanas nunca estuvo influenciada por alguna crisis emocional.

“Su deseo había sido meditado cuidadosamente, por mucho tiempo y libre de algun problema psiquiátrico”, resaltó la portavoz a CNN.
En vida, las gemelas también habían manifestado que querían partir juntas hacia la eternidad. “La idea de que una de nosotras se vaya primero es muy difícil de soportar”, dijeron Alice y Ellen al diario italiano Corriere della Sera.
La unidad que profesaban en el escenario era reflejo de su propia vida personal. Eran inseparables. Vivían en dos apartamentos espejos conectados y se reunían todos los días al mediodía para almorzar.
Asimismo, se sabía que su último deseo era que ambas fueran enterradas en la misma urna, junto a su madre Elsa y su perro Yello.
Luminarias de la cultura europea

Nacidas en 1936 en un pueblo que hoy forma parte de Grimma, en Sajonia, las Kessler fueron un símbolo del espectáculo europeo desde los años 50.
Comenzaron su formación en ballet clásico y en 1952 huyeron de Alemania del Este para dedicarse a la danza.
Su ascenso fue meteórico: debutaron en el Lido de París, representaron a Alemania en Eurovisión 1959 y, ya convertidas en estrellas internacionales, compartieron escena con figuras como Fred Astaire, Elvis Presley, Frank Sinatra, Dean Martin y Rock Hudson.
Su impacto cultural fue notable también en Italia, donde se convirtieron en las primeras showgirls en aparecer en la televisión del país. Su fama explotó al punto de que, cuando posaron desnudas para Playboy Italia en 1976, la revista se agotó en tres horas, según consignó Eurovision.
Incluso décadas después del auge del cabaret europeo, Alice y Ellen siguieron vigentes en teatro y televisión, protagonizando un musical que se presentó en Berlín, Múnich y Viena entre 2015 y 2016.

Tras conocerse la noticia de su fallecimiento, múltiples instituciones y figuras rindieron homenaje a las artistas. Desde Estados Unidos, The Ed Sullivan Show publicó un mensaje en redes sociales recordándolas como “estrellas deslumbrantes, verdaderas leyendas, y hermanas cuya gracia, encanto y magia brillarán para siempre”.
Por otro lado, en Italia, Radio Monte Carlo escribió: “Alice y Ellen Kessler se fueron juntas, tal como vivieron: inseparables y un símbolo absoluto del espectáculo europeo.
