El poderío del león inglés, la kriptonita que los Pumas intentarán vulnerar en Twickenham

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La zona del Southbank, en la ribera sur del Támesis, donde está la estación de Waterloo, fue una de las más afectadas por los bombardeos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Viviendas, fábricas y depósitos fueron devastados. La famosa Lion Brewery resultó gravemente dañada. El león que resguardaba su entrada, no obstante, apenas sufrió rasguños. “Mientras el león esté, Londres permanecerá en pie”, fue el lema que adoptaron los londinenses. La presencia del felino en medio de la desolación generaba un estremecimiento profundo en los trabajadores que diariamente cruzaban el puente de Westminster. Cuando la cervecería se cerró, en 1949, el rey Jorge VI ordenó que el león fuera preservado y se decidió instalarlo en el estadio de Twickenham.

Desde entonces, el imponente león construido en piedra Coade (pesa unas 13 toneladas) y pintado de dorado en 1991 resguarda la entrada a la casa del rugby inglés. Símbolo de la resistencia, representa también desde la época de Ricardo I los valores de la nación: fuerza, tenacidad, poder y valentía. Atributos que pueden extenderse a la selección de rugby de Inglaterra, rival de los Pumas este domingo a las 13.10 en ese templo custodiado por el león.

El imponente Twickenham, donde Argentina se impuso al seleccionado de la Rosa en 2006 y 2022; ahora sin presión por el ranking, los Pumas no tienen ataduras para ir por la victoria.

La última vez que la Argentina se presentó en esa cancha se retiró gananciosa. Lo hizo por 30-29 en un dramático partido en noviembre de 2022. Aquel fue tan solo el segundo triunfo allí, luego del 25-18 de 2006. La primera vez que jugaron, de hecho, los Pumas consiguieron un heroico empate, 13-13, en 1978. Los otros 10 partidos fueron victorias del local; no es un mal registro para los visitantes. El dato que realmente asusta, en cambio, es que de los últimos 15 enfrentamientos entre ambos, independientemente del escenario, 14 terminaron en triunfos de Inglaterra.

Nadie ignora que la selección inglesa es una potencia mundial. Así y todo, sus altibajos la ubican un escalón por debajo de Nueva Zelanda y Sudáfrica, por ejemplo, equipos a los que los Pumas vencieron cuatro veces en los últimos años. Inglaterra, paradójicamente, se ha convertido en una Némesis a la que lograron derrotar una vez desde 2009.

Fraser Dingwall consigue el tercer try inglés este sábado, en el éxito del local sobre Nueva Zelanda por 33-19 en Londres.

Las razones de esta disparidad en el historial reciente responden, en buena parte, a los propios atributos que hacen honor al león. Inglaterra es un equipo que históricamente se caracteriza por su fortaleza física, su solidez en las formaciones fijas, su agresividad en defensa, su eficiencia en la utilización del pie y su efectividad en ataque. En síntesis, los fundamentos del rugby.

El éxito argentino en 2022 terminó costándole el puesto a Eddie Jones. Asumió en su lugar Steve Borthwick, que puso el énfasis en esas cuestiones básicas. Le alcanzó para conseguir algunos buenos resultados (entre ellos, el tercer puesto en Francia 2023, incluidas dos victorias sobre los Pumas) y el equipo fue afianzándose. Llega al domingo en el mejor momento de sus últimos seis años, tras el subcampeonato en el Seis Naciones (su mejor actuación desde la conquista de 2020), la serie invicta en la Argentina y el memorable triunfo contra All Blacks de este sábado. Ganó sus últimos 10 partidos y no pierde desde el 1º de febrero, ante Irlanda en Dublín, en el estreno del Seis Naciones.

Maro Itoje, el capitán, sostiene el Escudo Hillary luego del éxito contra All Blacks; Inglaterra ganó sus últimos diez compromisos.

Sin embargo, pese a que Borthwick pregona un rugby expansivo, la fórmula sigue siendo la de siempre. Inglaterra no se sale del libreto. Si hay rastros de inventiva, estos ocurren cuando la cosa está resuelta. Dinamita para un equipo argentino cuyo signo distintivo es la inconsistencia.

Para el domingo, el ex segunda línea dispuso algunos cambios que pueden ser significativos. Seis en total. Cambió la primera línea íntegra, sacó al medio-scrum Alex Mitchell (reemplazado por el no tan quirúrgico Ben Spencer) y sufrió las bajas por lesión de Ollie Lawrence y Tom Roebuck. Quien se mantiene inalterable es el apertura George Ford, verdugo de los argentinos en la gira de 2017, en el partido inaugural de Francia 2023 y en la reciente serie en el país.

Juan Manuel Leguizamón, Mario Ledesma, Patricio Albacete, Juan Martín Fernández Lobbe y compañía festejan la victoria de 2006, un inolvidable 25-18 en Twickenham.

En los dos triunfos en Twickenham, los Pumas se destacaron por la solidez antes que por un juego florido. En 2006, el único try fue producto de una intercepción de Federico Todeschini, la figura, autor de 22 puntos (el actual entrenador Felipe Contepomi hizo los otros tres). Hace tres años, los argentinos marcaron dos tries de buena factura, obra de Santiago Carreras y Emiliano Boffelli (25 tantos), pero ésos fueron momentos esporádicos. De hecho, ese día el conjunto visitante consiguió apenas dos quiebres defensivos y fue superada por el local en todas las estadísticas de ataque (por ejemplo, la diferencia fue de 427 contra 157 en metros recorridos con la pelota, de 7 a 1 en offloads y de 117 a 47 en acarreos).

Desde que asumió Michael Cheika, en 2022, y con mayor acento a partir de que Felipe Contepomi tomó la batuta, el año pasado, los Pumas crecieron notablemente en su juego de ataque. Tres de los cinco tries que le anotaron a Escocia este domingo, por caso, provinieron de jugadas que nacieron en sus propias 25 yardas, algo inusual en un partido entre equipos del Tier 1. Un atributo clave en las resonantes victorias que consiguieron a lo largo de este lapso (Nueva Zelanda, Sudáfrica, Australia, British Lions). Sin embargo, el equipo todavía muestra flaquezas en esas cuestiones en que Inglaterra se hace fuerte: la obtención (el scrum es inconsistente, el line-out está en retroceso), la defensa en los metros finales de la cancha, la ubicación de las patadas de los medio-scrums, el aprovechamiento de las aproximaciones profundas en terreno ajeno.

Juan Cruz Mallía y Santiago Carreras llegan para un entrenamiento esta semana en la capital inglesa; ganar este domingo haría cartón lleano para los Pumas en las islas británicas en 2025.

Con la clasificación como cabeza de serie para Australia 2027 asegurada, los Pumas jugarán sin presión por el resultado. Despedir un año intenso (condensado en cinco meses y medio de acción) y virtuoso, signado por el crecimiento, es una buena excusa para ir por la victoria.

En 2025, la Argentina ganó en Lansdowne Road (frente a los Lions), el Millennium y Murrayfield. Queda uno para hacer cartón lleno en las Islas Británicas. A priori es el compromiso más exigente de todos ellos. Para ganar en Twickenham hay que quebrar la resistencia del león.

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