
La reciente decisión de la Corte Suprema de Justicia volvió a poner en primer plano la disputa legal sobre la finca La América, un predio ubicado en Chimichagua, Cesar, valorado en más de 11.000 millones de pesos y cuyo pasado está ligado a actividades de las antiguas Autodefensas Unidas de Colombia.
El alto tribunal determinó la nulidad de un fallo de la Sala de Justicia y Paz de Barranquilla que había revertido la transferencia del terreno a la Unidad para la Atención de Víctimas y al Fondo para la Reparación de las Víctimas, lo que generó nuevas expectativas sobre el futuro jurídico de esta propiedad. La medida mantiene el predio bajo control estatal mientras continúa el proceso en curso.
Según quedó consignado en la decisión, “las medidas cautelares impuestas sobre La América siguen vigentes”, una aclaración relevante en la medida en que el fallo anterior había ordenado dejar sin efecto la entrega del predio que en 2024 realizó el Gobierno.

En esa ocasión, el presidente Gustavo Petro y la Agencia Nacional de Tierras (ANT) entregaron formalmente el inmueble a grupos de víctimas como parte de una estrategia orientada a fortalecer los mecanismos de reparación territorial.
La Corte Suprema advirtió que el magistrado de Barranquilla incurrió en “violación al debido proceso”, lo que motivó la anulación del auto emitido en agosto de 2025.
Ese pronunciamiento había favorecido a Hugues Manuel Fuentes Rodríguez, conocido como alias Comandante Barbie, un exintegrante de estructuras paramilitares que, tras cumplir una condena en Estados Unidos, regresó al país para adelantar acciones judiciales con el fin de recuperar la finca. Su pretensión incluía la solicitud de levantamiento de medidas cautelares, la cual estuvo en el centro de la controversia que ahora deberá resolverse.
El alto tribunal precisó que la petición presentada por el subdirector de acceso a Tierra en Zonas Focalizadas de la ANT continúa sin una decisión de fondo y deberá ser estudiada nuevamente por el magistrado con funciones de control de garantías en Barranquilla.
Lo ordenado implica que la discusión deberá resolverse sin afectar el incidente de oposición que adelanta la empresa Inversiones Rodríguez Fuentes Ltda., de la cual, según el expediente, alias Barbie es socio junto a otras personas que buscan restablecer derechos sobre el predio.
La finca La América es recordada por haber sido un punto estratégico para reuniones entre comandantes de las AUC, entre ellos Rodrigo Tovar Pupo, conocido como Jorge 40.

Este contexto histórico ha sido uno de los factores que justificó las medidas cautelares, así como la intervención del Estado mediante las autoridades encargadas de la reparación integral a las víctimas del conflicto armado.
El terreno, al pasar a manos del Fondo para la Reparación de las Víctimas, había sido presentado como un avance en los compromisos de restitución impulsados a nivel nacional.
Tras conocerse la decisión de la Corte, el presidente Gustavo Petro expresó en su cuenta de X: “Bien por la Corte Suprema, ganamos la tierra del narco Barbie para el campesinado”, un mensaje que retomó el enfoque de restitución rural y la defensa de los bienes con origen ilícito o ligados a estructuras criminales.
Aunque la sentencia no resuelve definitivamente la situación jurídica, mantiene la propiedad dentro del inventario destinado a procesos de reparación mientras el magistrado competente analiza la solicitud pendiente.
El pronunciamiento del alto tribunal también pone de relieve la necesidad de fortalecer la claridad en los procedimientos relacionados con bienes afectados por medidas de extinción de dominio.
La Corte recordó que el proceso continúa vigente, lo que implica que las autoridades judiciales deberán revisar con detalle cada solicitud presentada y garantizar que las decisiones se ajusten a las garantías procesales de todas las partes involucradas.

En paralelo, se espera que el análisis en Barranquilla considere los elementos que motivaron la actuación inicial de la ANT y que han sido respaldados por la Unidad para la Atención de Víctimas.
Ambas entidades han insistido en que la destinación del predio busca cumplir con los objetivos establecidos en la política nacional de reparación integral.
El caso se mantiene como un referente dentro del manejo de bienes vinculados a redes ilegales y la forma en que estos pueden ser destinados al fortalecimiento de comunidades rurales afectadas por la violencia.
