La sección 1 de la Audiencia Provincial de Palencia ha condenado con penas que suman 30,5 años de prisión a dos hermanos que violaron, secuestraron, amenazaron con un cuchillo de grandes dimensiones y una motosierra y robaron a una mujer en marzo de 2024.
En concreto, la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press a través del departamento de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, condena a 18,5 años a uno de los hermanos por un delito de agresión con acceso carnal y empleo de violencia (8 años); otro contra la integridad moral (18 meses de prisión); un delito de detención ilegal (cinco años de prisión); otro de robo con violencia e intimidación con uso de medio peligroso (3,5 millones) y otro de negativa a someterse a la prueba de detección de alcohol en sangre (seis meses de prisión).
El segundo de los condenados suma 12 años de prisión por un delito de agresión sexual en circunstancia denigrantes y vejatorias (3,5 años); otro de detención ilegal (5 años de prisión) y un delito de robo con violencia e intimidación con uso de medio peligroso (3,5 años).
Los hechos se remontan a la noche del 9 de marzo de 2024 cuando uno de los agresores concertó una cita con la víctima. Ambos habían iniciado una relación a través de la red social Instagram a finales de febrero.
Una vez en Palencia, los dos se fueron a una vivienda propiedad del padrastro del condenado donde ambos, acordaron mantener relaciones sexuales si bien la mujer condicionó las mismas a que él utilizara preservativo, algo a lo que se negó el agresor que por la fuerza penetró por vía vaginal a la víctima.
La mujer pasó la noche en la habitación, sin atreverse a salir ante el temor que le había provocado la situación y la reacción de él que se quedó durmiendo en un sofá del salón. Por la el varón volvió a obligar a la víctima a mantener relaciones sexuales sin protección por vía vaginal y bucal, e incluso intentó penetrarla por vía anal, sin llegar a conseguirlo ante la resistencia que ofreció la mujer.
Tras ello, el agresor llamó por teléfono con su hermano Julio, para que se reuniera con ellos en la vivienda, además de enviarle imágenes de la mujer de carácter sexual, a las que ella se sometió por temor y ante actitud agresiva del varón, que además cogió un cuchillo grande de cocina que clavó varias veces en el colchón y le dijo: «bueno, ya está bien, esto es un secuestro».
El segundo de los agresores llegó en taxi al domicilio, después de que la mujer le hiciera un Bizum de 50 euros. Una vez juntos, los hermanos volvieron a amenazarla con el cuchillo y la abofetearon para que la víctima les hiciera sendos envíos de 700 y 100 euros, cantidad que fue restituida antes del juicio.
SECUESTRO EXPRÉS
Tras despojarle de nuevo de la ropa, le obligaron a adoptar poses de carácter sexual para llevarle con posterioridad a un gallinero anejo a la casa principal, advirtiéndola de que «iba a saber lo que era un secuestro exprés». Allí la sentaron en un sillón, y con el fin de amedrentarla, usaron una motosierra con la que realizaron varios cortes en el sillón junto a su cuerpo, dándole al mismo tiempo pequeños golpes con el dorso de un cuchillo directamente sobre su cuerpo.
Poco después los dos abandonaron la casa dejando a la mujer atada de pies y manos. Sin embargo, ella pudo escapar y llegó hasta una residencia de ancianos donde el personal le prestó auxilio y avisó a la Guardia Civil.
Mientras, los dos condenados utilizaron taxis, cuyo importe no pagaron, para dirigirse a dos clubes de la capital. Cuando salieron robaron un vehículo con el que tuvieron un accidente en un polígono.
Personados en ese lugar agentes de la Guardia Civil, y tras comprobar que ambos usuarios del vehículo carecían de permiso de conducir, se le hizo la prueba de alcohol a uno de los hermanos, si bien se negó por lo que fueron detenidos.
Los dos acusados tenían antecedentes penales por sendos delitos de malos tratos en el ámbito familiar dictados por juzgados de Madrid.
