
El acusado del atropello mortal en Marmolejo (Jaén), en junio de 2021, de la reportera gráfica onubense, Alicia Rodríguez, de quién era pareja en el momento de los hechos, ha afirmado este viernes que no la vio «en ningún momento» cuando movió el coche, así como que en el avance del vehículo «no notó» que hubiera algún obstáculo que le impidiera el avance del vehículo más que «los típicos de terreno, ondulaciones y piedras», pero «nada fuera de lo común», toda vez que ha indicado que no escuchó «ningún pitido» de sensores, «solo el de la puerta abierta».
Así lo ha manifestado este viernes durante su declaración en el último día del juicio que se celebra esta semana en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva, en la que solo ha respondido a las preguntas del Ministerio Fiscal y de su abogado.
M.Q.S ha indicado que fueron al lugar a mantener relaciones sexuales y que él salió a orinar y cuando volvió, Alicia no estaba y decidió mover el coche antes de buscarla porque pensó que la víctima «estaba haciendo pipí» y él tuvo la inercia de colocar el coche en un lugar «donde lo dejaba siempre». Asimismo, ha explicado que el coche se encontraba «arrancado» y con «la puerta abierta».
De la misma manera, ha indicado que «cree» que estaban encendidas las luces de cruce del coche y que tras montarse hizo una maniobra «hacia adelante», toda vez que cuestionado respecto de las declaraciones que hizo ante la Guardia Civil sobre que primero dio marcha atrás ha afirmado que «estaba sugestionado» por ellos y que «por eso dijo que había dado macha atrás» pero que el movimiento fue «hacia adelante» y «no escuchó» el pitido del sensor de movimiento y que tampoco la escuchó a ella en ningún momento.
Tras ello, ha apuntado que se quedó sentado en el coche esperando a Alicia y que, al ver que no aparecía, salió a buscarla y al volver al coche la escuchó diciendo «aquí o algo así» y fue «cuando la vio» en «una posición como fetal», por lo que se puso «muy nervioso» porque «no se creía lo que estaba pasando» y, al «no encontrar» su móvil, cogió el de ella, le pidió que lo desbloqueara, y empezó a llamar a Emergencias mientras ella le decía «que quitara el coche» y que «se quejaba de la pierna».
En este sentido, ha señalado que no movió el coche porque «sabía que eso podía perjudicarle» y que cuando dio al 112 la dirección de donde estaban «no sabía explicarle la situación de lo que había pasado», toda vez que ha indicado que cuando llegó la patrulla de la Guardia Civil fueron a su coche a buscar el gato para levantar el coche pero no lo encontró porque «estaba nervioso» y que uno de los agentes cogió el del coche patrulla.
Finalmente, se ha ratificado en que no vio a Alicia «en ningún momento» cuando movió el coche y que cuando llamó al 112 «no trató de impedir» que la víctima hablara con los servicios de emergencias. El procesado ha explicado que conoció a Alicia Rodríguez por «una red de contactos» y que llevaban «casi un año».
CONCLUSIONES DE LAS PARTES
Tras la declaración del acusado, las partes han presentado sus conclusiones y alegatos finales. De este modo, el Ministerio Fiscal se ha ratificado en la calificación de homicidio imprudente, por el que pide dos años de prisión, pero ha pedido que la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotor se aumente a cuatro años –inicialmente pedía dos–, así como la defensa se mantiene en la libre absolución, pero apuntando a que subsidiariamente pudiera ser delito del homicidio imprudente.
Las acusaciones también se han ratificado en sus peticiones, tanto la acusación particular, que representa a la familia de Alicia Rodríguez, como la acusación popular del Ayuntamiento de Huelva, que piden 28 y 25 años de prisión, respectivamente, por un delito de asesinato con grado de parentesco y alegan que, además, que el procesado no tenía mermadas sus capacidades volitivas, mientras que la acusación popular de la Junta de Andalucía se ha mantenido en el homicidio doloso, pero ha añadido el agravante de parentesco.
El Ministerio Fiscal ha destacado su «convicción» de que las pruebas practicadas en sala levan a la conclusión de que «no hubo intencionalidad» de matar, pero sí que no tuvo «las mínimas precauciones» y su conducta fue «negligente». Considera la fiscal que el acusado «tenía la intención de mover el coche» pero que «no tenía la intención de matar», pero su «negligencia» causó la muerte de Alicia Rodríguez, por no comprobar donde estaba ella y coger el coche con un consumo de alcohol y drogas.
De otro lado, la acusación particular ha pedido la deducción del testimonio de la expareja de M.Q.S –a lo que se ha sumado la acusación popular de la Junta de Andalucía– al considerar que se desdijo con respecto a la declaración ante la Guardia Civil donde manifestó que «era agresivo cuando bebía» mientras que en sala «excusó» con «que el padre acababa de morir».
CONTRADICCIONES Y PRUEBAS
El abogado de la acusación particular, al igual que las acusaciones populares, han hecho hincapié en las «contradicciones» del acusado «desde el primer momento» con «distintas declaraciones» sobre lo que ocurrió la noche de los hechos, «incluso en la declaración de hoy».
También han apuntado como posible «móvil» del atropello una posible «discusión» entre la víctima y el acusado por «el constante contacto de llamadas y mensajes a lo largo de la noche» del mismo con la amiga que lo llamó a las 02,15 horas de la mañana con la que «intercambiaba vídeos, fotos y mensajes», toda vez que han puesto en duda que la relación entre ambos «fuera idílica» cuando «los amigos de él, tras un año, e ir Alicia varias veces allí no la conocieron hasta la noche de los hechos». «Alicia esta muy presente en este juicio, pero no parece que lo estuviera en Marmolejo, porque nadie la conocía», ha dicho el abogado de la acusación popular del Ayuntamiento.
La acusación particular ha señalado que la «pieza angular» de las pruebas practicadas ha sido la pericial de los agentes del Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico (ERAT) de la Guardia Civil y que incluso se ha podido ver en sala el vídeo de la reconstrucción de los hechos realizado por estos agentes, en el que «se observa que ningún elemento queda fuera del ángulo de visión» y que en la parte de reconstrucción con el maniquí «se ve incluso la parte superior».
Asimismo, ha apuntado que «queda demostrado que el terreno era llano» y que, según los forenses, «la droga consumida, MDA y MDMA, son anfetaminas y lo que hace es que despierta los sentidos», por lo que «el acusado tenía perfecto conocimiento y un espado aceptable». Por otra parte, señala que los forenses explicaron que Alicia tenía «las clavículas rotas» por lo que ha dicho «no entender cómo pudo moverse para desbloquear el móvil», así como ha apuntado a su «indefensión» ante un coche «que pesa 1.200 kilos».
El abogado de la acusación popular del Ayuntamiento de Huelva ha recordado que los agentes de la Guardia Civil y forenses que ha declarado en sala como peritos son funcionarios públicos y, «por tanto, objetivos». En este sentido, ha señalado que el acusado «primero dijo que Alicia estaba debajo del coche cuando él llegó de orinar», por lo que se ha cuestionado si esto significa «que la Guardia Civil miente» en su informe y sus testificaciones.
Por su parte, la defensa se ha ratificado en la inocencia de su cliente, así como ha manifestado que las acusaciones se basa en «algo que no dijo la ERAT» y que «son todo suposiciones» porque «el cuerpo no estaba en el mismo lugar» ya que la sacaron de debajo y se ha preguntado si esto era «la inquisición» ya que considera que hay «falta de argumentos». El lunes se entregará al jurado el objeto del veredicto para que deliberen.
