
El ministro de Exteriores de Alemania, Johann Wadephul, destacó la necesidad de introducir “reformas coherentes y verificables dentro de la UNRWA” y reclamó “cambios significativos” en el funcionamiento de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos antes de respaldar una nueva extensión de su mandato. Durante sus declaraciones en Berlín, reconoció que la UNRWA provee ayuda esencial a cerca de seis millones de personas en Cisjordania, la Franja de Gaza, Líbano, Jordania y Siria. Sin embargo, el representante del ejecutivo germano subrayó que la posición adoptada en la Asamblea General de la ONU responde a un consenso dentro de la coalición gobernante. De acuerdo con el medio que reportó la noticia, Alemania se abstuvo en la votación preliminar destinada a extender el mandato de la UNRWA hasta 2029, una decisión que marca el primer retiro de apoyo alemán a la prórroga de esta misión.
Según informó la agencia, la votación tuvo lugar este miércoles en la Asamblea General de Naciones Unidas y resultó en una resolución aprobada con 144 votos a favor, once en contra y dieciséis abstenciones, entre ellas la de Alemania y otros quince países. Está previsto que la decisión final respecto a la prórroga se tome en diciembre, ya que el actual mandato de la UNRWA expira en junio de 2026, con la posible ampliación propuesta por tres años más.
Tal como detalló la fuente original, la abstención alemana se produce en un contexto marcado por el escrutinio internacional sobre la UNRWA y cuestionamientos relacionados con su gestión y vínculos de algunos empleados. Wadephul justificó la medida aludiendo a “algunos casos” en los que existieron presuntas colaboraciones entre personal de la UNRWA y grupos considerados hostiles hacia Israel. El Gobierno de Benjamin Netanyahu acusó públicamente a decenas de trabajadores de la agencia de mantener nexos con el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás); no obstante, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) indicó en octubre que hasta ese momento no existía evidencia suficiente que respaldara estas alegaciones.
De acuerdo con lo consignado por la fuente, el anuncio del jefe de la diplomacia alemana subraya la importancia que Berlín otorga a la transparencia y la rendición de cuentas dentro de las agencias de Naciones Unidas. Wadephul insistió en que “hemos asumido las consecuencias y esperamos que este mensaje se entienda y que las reformas necesarias se implementen finalmente”. La abstención representa un cambio relevante en la postura alemana, considerando que históricamente el país había respaldado tanto la ayuda internacional como la continuación del mandato de la UNRWA, en reconocimiento de la magnitud de la crisis humanitaria que afecta a la población palestina refugiada.
La propuesta para renovar el mandato de la UNRWA hasta 2029 surgió como respuesta al vencimiento programado para junio de 2026. Según publicó el medio citado, el procedimiento habitual de Naciones Unidas contempla una votación final en el mes de diciembre para ratificar o modificar la decisión adoptada en la sesión preliminar. El respaldo a la UNRWA sigue situándose en cifras mayoritarias en la Asamblea General, aunque las objeciones y reservas de algunos miembros han hecho visibles las divisiones entre los Estados respecto al manejo y la supervisión de la agencia.
El papel de la UNRWA ha sido objeto de intensos debates desde el surgimiento de denuncias sobre posibles infiltraciones y la supuesta connivencia de personal con organizaciones armadas, lo que derivó en presiones internas y externas para una revisión a fondo de los procesos internos de la agencia. Pese a las controversias, según consigna la misma fuente, seis millones de palestinos dependen de su trabajo para obtener asistencia alimentaria, sanitaria y educativa, así como para acceder a otros servicios básicos en distintas zonas de Oriente Próximo.
La decisión adoptada por el Gobierno alemán se enmarca en las expectativas de mayores controles y medidas de transparencia en el funcionamiento de las agencias humanitarias internacionales. Wadephul recalcó la urgencia de que “las reformas necesarias se implementen finalmente”, dando así paso a una nueva etapa en las relaciones entre Alemania y la UNRWA, en la que el apoyo financiero y diplomático estará supeditado al cumplimiento de estándares reforzados y verificables.
