El Departamento de Estado de Estados Unidos negó este sábado las acusaciones de que el plan de 28 puntos para resolver el conflicto en Ucrania constituya una “lista de deseos” del Kremlin, como sostuvieron algunos senadores del país norteamericano tras una comunicación con el secretario de Estado, Marco Rubio.
Ante estas críticas, el portavoz del Departamento, Tommy Pigott, afirmó en X: “Esto es descaradamente falso”. En ese sentido, añadió que, de acuerdo con la postura mantenida tanto por el secretario Rubio como por la administración del presidente Donald Trump, el plan fue diseñado por Estados Unidos con la participación de representantes rusos y ucranianos.
Rubio sostuvo que la propuesta “fue redactada por Estados Unidos”. “Se ofrece un marco sólido para las negociaciones en curso. Se basa en las aportaciones de la parte rusa. Pero también en las aportaciones previas y actuales de Ucrania”, agregó en declaraciones este sábado.
Por su parte Trump, aclaró este sábado que el acuerdo de paz presentado por su administración para resolver la guerra en Ucrania no constituye la “última oferta” de Washington, aunque fijó para el 27 de noviembre la fecha límite para la respuesta de Kiev.
“No, no es mi última oferta”, respondió Trump al ser consultado por medios frente a la Casa Blanca sobre si el documento de 28 puntos dirigido al gobierno de Volodimir Zelensky es la propuesta definitiva, en medio de las objeciones ucranianas por el carácter desfavorable de algunos puntos del acuerdo.
“Nos gustaría alcanzar la paz. Debería haber sucedido hace tiempo. La guerra entre Rusia y Ucrania no debería haber sucedido. Si yo hubiera sido presidente, nunca habría sucedido. Estamos intentando ponerle fin. De una manera o de otra, tenemos que ponerle fin”, afirmó Trump antes de retirarse rumbo a la base aérea Andrews para cumplir con actividades privadas.
El vicepresidente estadounidense, JD Vance, precisó el viernes pasado que cualquier acuerdo de paz para Ucrania deberá contar con la aprobación tanto del gobierno ruso como de las autoridades ucranianas.
A través de una publicación en la red social X, Vance marcó que el objetivo central de toda iniciativa debe ser detener el derramamiento de sangre y al mismo tiempo preservar la soberanía de Ucrania. “Cualquier plan de paz entre Ucrania y Rusia debe: 1) Detener los asesinatos y preservar la soberanía ucraniana. 2) Ser aceptable tanto para Rusia como para Ucrania. 3) Maximizar las posibilidades de que la guerra no se reanude”, manifestó.
Los representantes estadounidenses a escala internacional, Marco Rubio y Steve Witkoff, se sumarán al secretario del Ejército estadounidense, Dan Driscoll, para conversar con la delegación ucraniana este domingo en Suiza.
Se prevé que se sumen también funcionarios de los principales países europeos para dialogar sobre la hoja de ruta impulsada por la Casa Blanca, la cual varios actores internacionales consideran inclinada hacia los intereses de Moscú.

El secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Rustem Umerov, confirmó el inicio de las conversaciones entre Washington y Kiev, que se llevarán a cabo en Suiza. “En los próximos días iniciaremos en Suiza consultas entre altos responsables ucranianos y estadounidenses sobre los posibles parámetros de un futuro acuerdo de paz”, indicó Umerov en Facebook.
Desde Europa, los jefes de gobierno de Dinamarca, Estonia, Finlandia, Islandia, Letonia, Lituania, Noruega y Suecia reafirmaron este sábado su compromiso de continuar con el apoyo militar a Ucrania en pleno conflicto bélico con Rusia, tras comunicarse directamente con el presidente Zelensky.
En una declaración conjunta, los líderes señalaron que «Rusia no se ha comprometido hasta ahora a un alto el fuego ni a ningún paso que conduzca a la paz“. Además, subrayaron que su respaldo se mantendrá enfocado en soluciones alineadas con “el respeto a la soberanía de Ucrania” y que contribuyan a la seguridad y estabilidad tanto de Ucrania como de Europa.
El comunicado publicado por los ocho países también expresó su apoyo a la imposición de nuevas sanciones y medidas económicas dirigidas a presionar a Moscú mientras persistan las operaciones militares rusas, alineándose con la estrategia internacional actualmente predominante, según informó Reuters.
(Con información de AFP)