
Morgan Geyser, una de las autoras del apuñalamiento conocido como el caso “Slender Man”, fue localizada y detenida tras una breve pero alarmante fuga de su residencia supervisada en Wisconsin. El episodio ocurrió después de que Geyser, de 23 años, cortara el brazalete de monitoreo que debía portar, proporcionado por el Departamento Correccional del estado.
Su desaparición ocurrió el sábado 22 de noviembre alrededor de las 20 horas, en un vecindario residencial en el oeste de Madison, cuando fue vista por última vez acompañada por un adulto conocido. La emergencia fue notificada oficialmente al Departamento de Policía de Madison la mañana del domingo 23, desatando una búsqueda a nivel nacional debido a la notoriedad del caso y a los riesgos asociados con el incumplimiento de las condiciones judiciales de Geyser.
La búsqueda concluyó de manera efectiva el domingo por la noche, cuando la policía de Posen, Illinois, a unos 32 kilómetros al sur de Chicago, informó sobre la detención de Geyser en una parada de camiones. Al momento de ser encontrada, se hallaba acompañada de otra persona, cuya identidad no fue revelada por las autoridades. La policía de Madison emitió un comunicado confirmando que Geyser estaba bajo custodia en Illinois y que ya no era necesario continuar la búsqueda. Este desenlace se produjo menos de 24 horas después de su fuga, lo que permitió evitar una escalada del caso y una posible alarma social mayor. El abogado de Geyser, Tony Cotton, instó públicamente a su clienta a entregarse, enfatizando los esfuerzos legales destinados a asegurar su reciente libertad.
El crimen de 2014 inspirado por Slender Man

El caso que condujo a la estricta supervisión de Morgan Geyser se remonta a mayo de 2014, cuando junto a su amiga, Anissa Weier, ambas de 12 años en ese entonces, planearon un brutal ataque movidas por la obsesión con “Slender Man”, un personaje ficticio nacido en foros de Internet y que se popularizó como relato de terror digital. Según relatos previos de la víctima y de las propias atacantes, Geyser y Weier creían que apuñalar a una compañera de clase les permitiría convertirse en “apoderadas” de Slender Man.
La víctima, Payton Leutner, también de 12 años, fue atraída por sus amigas al bosque de un parque en Waukesha, Wisconsin, tras asistir a una fiesta de pijamas para celebrar el cumpleaños de Geyser. Allí, fue apuñalada en 19 ocasiones, en un ataque planeado meticulosamente durante semanas. Aunque las heridas pusieron en riesgo su vida, Leutner logró arrastrarse hasta una carretera próxima, donde un ciclista la encontró y avisó a emergencias. Posteriormente, la joven pasó seis días internada y logró recuperarse de las graves lesiones.
El ataque conmocionó a todo Estados Unidos tanto por la crueldad del acto como por la temprana edad de las involucradas y las circunstancias que lo motivaron. El fenómeno de “Slender Man” se convirtió en un símbolo de los peligros de la viralidad y la influencia de relatos ficticios en menores de edad.
Consecuencias legales y tratamiento posterior

Tras ser arrestadas, Morgan Geyser y Anissa Weier fueron sometidas a procesos judiciales que resultaron en sentencias de internamiento psiquiátrico, luego de que ambas fueran declaradas no responsables penalmente por enfermedad mental. El fallo reconoció la incapacidad de ambas para comprender plenamente la gravedad de sus actos por influencia de trastornos psiquiátricos.
Geyser fue condenada inicialmente a 40 años de reclusión en una institución mental, con la posibilidad de solicitar una revisión semestral para su liberación. Pasó casi siete años en el Instituto de Salud Mental de Winnebago; durante este tiempo, en 2018 ofreció disculpas públicas a la víctima y su familia, manifestando pesar por lo ocurrido. En enero, un juez autorizó su liberación bajo estrictas condiciones, entre ellas la residencia en un hogar grupal y la utilización de un dispositivo de monitoreo electrónico.
Por su parte, Weier fue sentenciada a 25 años de internamiento psiquiátrico tras declararse culpable de intento de homicidio en segundo grado, también bajo la figura de enfermedad mental. En 2021 obtuvo la libertad a condición de vivir bajo la custodia de su padre y portar un monitor GPS. Ambas seguirían siendo supervisadas y sujetas a revisiones periódicas.
Impacto del caso y reacciones

El caso “Slender Man” tuvo una repercusión destacable tanto en la sociedad estadounidense como a nivel internacional, generando un debate sobre la influencia de contenidos digitales y la salud mental en niños y adolescentes. Las autoridades implementaron medidas estrictas para el tratamiento y supervisión de las responsables, en respuesta tanto a las recomendaciones psiquiátricas como a la presión pública. Las liberaciones condicionales y la vigilancia constante fueron diseñadas buscando equilibrio entre la rehabilitación y la seguridad comunitaria.
La cobertura mediática, desde el inicio, mantuvo el caso bajo el escrutinio público, especialmente tras los intentos de trasladar a Geyser a otros centros y la negativa de algunas instituciones a recibirla, debido al estigma y a la atención mediática. La reciente fuga de Geyser volvió a poner el caso en primer plano, provocando alarma social y reacciones inmediatas por parte de las autoridades y los defensores legales involucrados. La capacidad de las plataformas digitales de influir en la conducta de los menores permanece como una problemática vigente, reflejada en la continua vigilancia judicial y social que rodea a las protagonistas de uno de los casos criminales más inusuales en la memoria reciente de Estados Unidos.