La Tercera Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Mendoza emitió días atrás un fallo que confirmó en su totalidad un laudo arbitral y convalidó así una condena a un grupo empresario local por incumplimiento de un contrato de venta de mosto en perjuicio de una firma española.
Los camaristas Gustavo Colotto, Claudia Ambrosini y Sebastián Márquez Lamena ratificaron una millonaria condena solidaria que el Tribunal de Arbitraje General de la Bolsa de Comercio de Mendoza impuso al grupo económico local.
La sentencia establece un precedente jurídico relevante, al negarse a revisar el fondo del conflicto comercial, consolidando de esta manera al sistema de arbitraje como vía autónoma y definitiva para resolver disputas empresariales. La Cámara dejó claro que su función no era emitir un nuevo fallo, sino garantizar que el proceso arbitral se hubiera desarrollado con las debidas garantías formales.
La parte medular del fallo de la Cámara de Apelaciones no se centró en quién tenía razón en la disputa comercial, sino en los límites de su propia intervención. El tribunal dedicó su análisis a explicar por qué no podía actuar como una “segunda instancia” para reevaluar las pruebas o la interpretación del contrato ya realizada por el Tribunal de la Bolsa de Comercio mendocina.
En una decisión unánime, la Cámara determinó que los recursos de apelación interpuestos por ambas partes fueron “mal concedidos”, ya que los laudos arbitrales de derecho son inapelables, siendo el recurso de nulidad la única vía de revisión judicial.
Con esta decisión, la Justicia de Mendoza fortalece una de las instituciones fundamentales para promover las inversiones en la Argentina: la seguridad jurídica.
