
El primer ministro esloveno, Robert Golob, expresó que la sociedad debe garantizar la no imposición de sufrimiento insoportable ni la obligación de acabar con la vida de ninguna persona, resaltando que la reciente consulta sobre el suicidio asistido no constituye una cuestión política, sino que está directamente relacionada con la dignidad y los derechos individuales. Esta declaración tuvo lugar tras difundirse los resultados casi definitivos de la votación popular que desaprobó la iniciativa legislativa para legalizar el suicidio asistido en pacientes terminales. Según informó la agencia STA, la Comisión Electoral Estatal situó la participación electoral por debajo del 41 por ciento, con un 99,9 por ciento del escrutinio completado. El 53,43 por ciento de los votantes se manifestó en contra, mientras que el 46,57 por ciento apoyó la propuesta.
De acuerdo con ‘Delo’, la normativa rechazada había sido promovida por el Gobierno y previamente aprobada por el Congreso. El texto contemplaba la posibilidad de que pacientes con enfermedades terminales pudieran presentar una solicitud a su médico para acceder al suicidio asistido, excluyendo expresamente a personas diagnosticadas con trastornos mentales. El paciente debía ser informado sobre alternativas para aliviar su sufrimiento antes de iniciar el proceso. Posteriormente, expertos realizarían varias entrevistas y un comité especializado evaluaría el caso para decidir si se cumplían los requisitos legales para acceder a la intervención.
Tal como recogió el medio esloveno ‘Delo’, la ley establecía que la administración de la sustancia responsable del deceso debía realizarse por el propio paciente, bajo la supervisión directa en la sala de un médico y un enfermero, encargados de constatar el fallecimiento. Los profesionales sanitarios tendrían la facultad de negar su participación invocando objeción de conciencia, en cuyo caso el sistema sanitario se obligaría a asignar sustitutos para garantizar la disponibilidad del servicio.
El Movimiento por la Libertad y La Izquierda, partidos integrantes de la coalición gobernante, defendieron al respecto que el sentido de la votación se limitaba al texto propuesto y no pretendía juzgar la gestión del Ejecutivo. Las diputadas Tereza Novak y Natasa Sukic insistieron en esta interpretación, según publicó STA, enfatizando que la consulta solamente respondía al alcance específico de la iniciativa.
En contraste, la oposición atribuyó un alcance político al resultado y lo calificó como una desaprobación a la administración actual. El vicepresidente del Partido Demócrata Esloveno, Ales Hojs, calificó el referéndum como “una gran moción de censura a la coalición actual” y anticipó una posible dimisión del primer ministro. Ademáś, expresó su confianza en que su agrupación obtenga una “mayoría constitucional de razón” en futuros comicios con el objetivo de revertir medidas impulsadas por las autoridades actuales. Mojca Sojar, representante del partido democristiano Nueva Eslovenia, compartió una perspectiva similar y afirmó que “el resultado demuestra una vez más que un cambio de gobierno no solo es necesario, sino también posible”.
Diversas organizaciones y figuras públicas intervinieron en el debate posterior a la consulta. El activista político Alez Primac, reconocido opositor a la ley, celebró lo que describió como un triunfo de “la compasión, la justicia y la solidaridad”, recogiendo la valoración de que la sociedad “se ha pronunciado a favor de la vida” y que, con ello, se ha rechazado un modelo de reformas gubernamentales apoyado en la facilitación del suicidio. Por su parte, la Alianza Mi Vida, Mi Derecho sostuvo a través de un comunicado citado por STA que la reivindicación de este derecho prevalecerá, manifestando su expectativa de que la despenalización será una realidad en los próximos años. Andrej Pleterski, impulsor del texto legislativo y referente en la campaña de la alianza, reflexionó sobre las razones del rechazo, señalando la posibilidad de que ciertas soluciones planteadas por la ley no complacieron a todos los votantes. A pesar de ello, consideró que el resultado constituye un aliciente para perfeccionar la propuesta y presentó la perspectiva de que el debate se reabrirá en un breve plazo, advirtiendo: “Sin duda, se aprobará en el futuro”.
El resultado de la consulta, según consignó STA, reavivó la discusión pública y política sobre el equilibrio entre la autonomía individual, los derechos de los pacientes terminales y el papel del Estado en la regulación de prácticas relacionadas con la muerte asistida. El contexto de baja participación electoral también suscitó análisis acerca del grado de movilización ciudadana ante temas de bioética y su influencia en el desarrollo de futuras iniciativas similares.
