El presidente de la República, Gustavo Petro, defendió las acciones militares de su Gobierno en relación con los bombardeos llevados a cabo por las Fuerzas Militares en diferentes regiones del país, donde han fallecido al menos 15 menores de edad, víctimas de reclutamiento forzado por estructuras armadas ilegales.
Durante la ceremonia de entrega de la Orden de Boyacá a integrantes de las Fuerzas Militares y de la Policía que participaron en la operación Perseo, el mandatario aseguró que el país no está violando el Derecho Internacional Humanitario (DIH) y responsabilizó a los grupos armados ilegales del reclutamiento y la muerte de menores.
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Pese a la polémica que desataron las bajas de menores de edad en los operativos, Petro sostuvo que mantiene vigente la orden de actuar contra cabecillas y campamentos donde exista información estratégica relevante.

Resaltó que, “en la mentalidad de los capos, más menores van a reclutar porque creen que le son funcionales. No podemos. Donde inteligencia ubique capos armados, si es necesario, se vuelve a bombardear”.
Reiteró que el Gobierno no descarta nuevas operaciones si las considera indispensables para proteger a la población y a los integrantes de la fuerza pública.
Frente a las críticas por las muertes de menores, el presidente insistió que los grupos armados desconocen el marco internacional que regula los conflictos armados y señaló que las autoridades colombianas han cumplido con lo dispuesto por el DIH en materia de menores combatientes.
“No somos nosotros los asesinos, no rompemos el derecho internacional humanitario que ha construido la categoría de menor combatiente y señala las responsabilidades nuestras hacia ellos y señala lo que tiene que hacerse en caso de una acción directa contra la nación, contra su ejército o su policía. Quienes son los asesinos son quienes los reclutan”, indicó.

El mandatario señaló que algunos grupos armados utilizan a menores como escudo, lo que no puede considerarse un argumento para restringir la capacidad operativa del Estado.
Además, advirtió que, mientras persista esa lógica en las organizaciones ilegales, continuará el riesgo de que más menores sean reclutados y expuestos a situaciones de alto peligro. “Y en esa medida, no puede servir de excusa el reclutamiento de menores en general a los capos, porque pensaron que así se iban a defender de la nación (…)”, enfatizó el presidente.
El jefe de Estado aclaró que las operaciones militares no se ejecutan indiscriminadamente y descartó que exista una política de “tierra arrasada”.
En sus palabras, “no es cualquier lugar, no es cualquier sitio, no estamos desatando una tormenta desde arriba, no, no estamos en tierra arrasada, no, sabemos que lo principal es ganarse el campesinado, ganarse el campesinado”.
Petro aseveró que los líderes de las organizaciones criminales deben ser rastreados y enfrentados sin excepción. “(…) Capo no es un campesino, capo no es un pequeño minero, capo es un gran narcotraficante, que no solamente envenena hacia afuera de Colombia, sino que nos conduce a nosotros a un inmenso peligro de destrucción de la democracia y la Constitución”.
Insistió que, sin importar dónde se encuentren, la inteligencia resultará fundamental para la efectividad de las acciones: “Donde quiera que se ubique, y espero que la inteligencia sea certera. Esto es clave en la operación, si no vamos a las ciegas, hasta nos hacen equivocar. La inteligencia certera, si indica un campo aquí en algún lugar del territorio colombiano, será perseguida por tierra, mar y aire”.
De otro lado, Petro sostuvo que acciones como la incautación de bienes, la captura de líderes criminales y la interceptación de cargamentos de cocaína representan solo una parte del esfuerzo contra el narcotráfico.
“(…) La alianza campesinado o bandera nacional es la base de una nacionalidad. De hecho, la mayoría de los soldados de base vienen del campo, de lugares excluidos, de lugares donde el olor de lo rural se hace presente, del lugar donde ha sido excluido el campo desde hace siglos. Ganarse el campesinado, por tanto, es la otra parte de la estrategia, al otro lado, donde los seres humanos ya no viven en el lujo, sino en la pobreza, en las necesidades, donde la codicia también puede hacerse soberana del corazón y del territorio”.
Destacó que, hasta 2025, se han decomisado más de 900 toneladas de cocaína en ese año y más de 3.000 toneladas durante su mandato, y subrayó que se ha logrado, por primera vez, una reducción en las hectáreas de cultivos de hoja de coca.
