Lanús armó un festejo y jugó con el corazón, pero el último pasaje para los cuartos de final lo sacó Tigre

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Con el fútbol argentino en estado de ebullición tras el escándalo y las derivaciones del pasillo-gate. Con clubes intentando despegarse del acto en Puerto Madero que coronó a Rosario Central campeón de la Copa de Liga 2025 y otros lanzando comunicados en apoyo a la gestión del presidente Claudio Chiqui Tapia al frente de la Asociación del Fútbol Argentino. Con un manifiesto tinte político en la puja que sostiene Juan Sebastián Verón, presidente de Estudiantes y principal opositor, con el respaldo del Gobierno Nacional, frente a la gestión Tapia… La Fortaleza granate se alejó de los múltiples conflictos, se vistió de fiesta y fue el escenario del último acto de los octavos de final del torneo Clausura, con el que se completó los casilleros de clasificados de los playoffs.

Lanús sigue de caravana, esa celebración que empezó el sábado en Asunción, con la conquista de la Copa Sudamericana, aunque Tigre le puso un freno a tanta algarabía y con el triunfo por 1 a 0 se adueñó del pasaje para los cuartos de final.

El pasillo de los jugadores de Tigre a los futbolistas de Lanús, campeones de la Copa Sudamericana 2025; fiesta en las tribunas y un justo reconocimiento entre colegas en la cancha

Antes y después, un festival de láser, fuegos de artificios y los hinchas con sus celulares capturando cada segundo de una jornada inolvidable; también un show de Los del Fuego, el grupo musical de cumbia que hizo su actuación en la final en el estadio de los Defensores del Chaco, y cuatro días más tarde acompañó a la multitud en Arias y Guidi.

La bandera con la frase Dueños de Sudamérica y las dos copas –la primera fue en 2013-, exhibida en la popular sur, la que ocupa La 14, los hinchas caracterizados; porque Lanús jugará la Recopa con el ganador de Flamengo y Palmeiras, finalistas de la Copa Libertadores y que se medirán el sábado, en Lima.

La gloria no tiene precio, aunque el título provocó un ingreso acumulado de 9.845.000 dólares a la tesorería. En el campo de juego, en las tribunas, no hay dinero que pueda comprar tanta pasión. El reconocimiento con aplausos y ovaciones: el héroe Nahuel Losada, que atajó tres penales; el capitán Carlos Izquierdoz, que estuvo en las dos conquistas; el paraguayo José María Canale, que revirtió las miradas de desconfianza para ganarse el cariño del público; un producto del trabajo en las divisiones inferiores como Eduardo Toto Salvio; el titiritero Marcelino Moreno… Uno a uno, los jugadores recibieron la gratitud de los simpatizantes.

Rodrigo Castillo aguanta la marca de Tomás Cardona: el delantero anotó, pero el árbitro Leandro Rey Hilfier anuló la conquista, tras revisión del VAR, por mano

Diez días de descanso contra los cuatro que dispuso el Granate, un duelo entre el vigor físico que podía exhibir Tigre y la fortaleza mental de un plantel que llegó envuelto por la gloria, como Lanús. El director técnico Mauricio Pellegrino no pudo repetir la alineación de la conquista: Agustín Medina –molestia en el isquiotibial izquierdo- dejó su lugar en la formación a Franco Watson, el cordobés que convirtió el último remate en la definición por penales frente a Atlético Mineiro.

Llegó este año, desde Gimnasia y Esgrima La Plata, por una cifra de 1.700.000 dólares por el 80% del pase. Rodrigo Castillo es un jugador de área que también sabe generarse los espacios para que sus compañeros lo habiliten: diez goles en 26 partidos, la estadística del atacante que nació hace 26 años en Venado Tuerto. Con un par de remates de cabeza exigió al arquero Felipe Zenobio, enseñando su peligrosidad ante una defensa que no contó con su líder, Joaquín Laso.

Salvio fue el mejor argumento en el comienzo, explotando el sector derecho. Pero la intermitencia fue el sello de una formación que demostró que algunas piezas estaban tocadas desde lo físico, aunque estaban dispuestas a sacrificarse por el objetivo.

Lucha entre Ramón Arias y Rodrigo Castillo; un duelo que se repitió en la Fortaleza, donde Lanús cayó 1 a 0 con Tigre

Lanús terminó en el segundo puesto de la Zona B, la que ganó Rosario Central y la que solo logró clasificar a Gimnasia y Esgrima La Plata para los cuartos de final. Tigre, que llegó séptimo en la Zona A, fue un equipo conservador, que en el primer episodio dispuso de un remate de media distancia de Sebastián Medina –tras un rebote de un tiro libre-, que pegó en el poste derecho, ante la mirada de Losada, que parecía controlar con la vista el recorrido de la pelota.

Esa acción fue una muestra de cómo podía lastimar el conjunto de Victoria, que abrió el marcador en los primeros compases del segundo tiempo: de un despeje de un tiro de esquina, el balón regresó al área lanzado por Ignacio Russo y el correntino José Romero corrigió la trayectoria de la pelota anticipando a Canale para romper el marcador.

El resumen del triunfo de Tigre

Respondió Lanús al golpe con una jugada elaborada, de modo paciente, sin desesperarse, combinando por el sector derecho Gonzalo Pérez-Salvio y Moreno, que habilitó a Sasha Marcich; el lateral izquierdo definió de cabeza, aunque controló Zenobio. Una mano de inmediatez o proximidad, después de la revisión del VAR –Fabrizio Llobet llamó al árbitro Leandro Rey Hilfer-, anuló un gol a Castillo.

Se lanzó con fútbol y orgullo en ofensiva Lanús, ante un rival que se agrupó cerca del área para resistir y especular con los espacios que dejaba Lanús con el adelantamiento de sus líneas: los laterales Armando Méndez y Marcich eran casi extremos; Dylan Aquino le ofreció frescura a los ataques y Gustavo Bou, una pieza más para acompañar al infatigable Castillo. El Granate apuraba con cinco futbolistas de corte ofensivo.

El público de Lanús respondió y una multitud se sumó a la fiesta para celebrar el título de la Copa Sudamericana; en la cancha, Tigre se quedó con el último pasaje para los cuartos de final del torneo Clausura

Con menos fuerzas, con más impaciencia, con mucho espíritu y alguna dosis de fútbol, Lanús se jugó las últimas cartas. El reconocimiento con el “dale campeón” se mezclaba con el “vamos Grana, vamos”; Alexis Segovia, otro juvenil, sacó el látigo y la pelota explotó en la cara posterior de la red.

En el banco de los suplentes sufría Lautaro Laucha Acosta, que a fin de año le pone punto final a su extensa carrera… Tigre, que llevaba tres partidos fuera de Victoria sin éxitos, soportó con Zenobio como estandarte aquella estocada que lanzó Romero. Sin un juego vistoso, pero con el compromiso y el esfuerzo colectivo, cumplió con la meta y el lunes visitará a Racing para intentar dar un nuevo zarpazo en el torneo Clausura.

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