El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, perdió el referéndum. Los resultados hablan por sí mismos Según los datos suministrados por la Comisión Nacional Electoral (CNE), las cuatro consultas tuvieron amplio rechazo de parte de la población. La convocatoria a una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución fue rechazada por el 61,58% de los votos. Frente al tema de la instalación de bases militares extranjeras, el “no” logró el 60,58%. La financiación estatal a los partidos políticos fue rechazada por el 58,07%, y la reducción del número actual de legisladores en la Asamblea Nacional tampoco fue aprobada por un 53,46% de los ciudadanos.
El mandatario ecuatoriano se lanzó a buscar una nueva Constitución que reemplazase la instaurada en 2008 a iniciativa del expresidente Rafael Correa (2007-2017) por considerar que el texto vigente no facilita la llegada de inversiones ni la creación de empleo, pero, sobre todo, no le permite combatir al crimen organizado con mano más dura en la guerra que declaró a inicios de 2024, en medio de una crisis de violencia sin precedentes en ese país.
En menos de una década, Ecuador pasó de ser una de las naciones más seguras de América del Sur a la más violenta, transformándose en un centro del tráfico de drogas hacia Europa. El país sufre un aumento salvaje de la inseguridad pese a las medidas de excepción implementadas por el gobierno de Noboa. Según cifras del Ministerio del Interior, hasta principios del corriente mes se registraron 6797 asesinatos y este año se perfila como el más violento desde 2021. Según Insight Crime, Ecuador atraviesa una crisis inédita de inseguridad, con la mayor tasa de homicidios de América Latina: 39 por cada 100.000 habitantes en 2024.
Los ecuatorianos también respaldaron la continuidad de la prohibición establecida en la Constitución, que impide la presencia de bases militares extranjeras en territorio nacional, pese a la cercanía demostrada por Washington, que incluso envió a su secretaria de Seguridad, Kristi Noem, a visitar posibles lugares para instalarlas.
Esta restricción es la misma que obligó a los Estados Unidos a salir en 2009 de la base de Manta, tras una permanencia de diez años allí.
El contexto en el que los ecuatorianos votaron ayuda a entender el resultado. El país llegó a este referéndum después de años de crisis política, con una sucesión de presidentes, la disolución anticipada del Congreso en 2023, una escalada de violencia criminal fuera de control, el aumento en el costo de vida y el desabastecimiento de medicamentos que alcanza al 50% de los centros médicos públicos del país.
Si bien el presidente ecuatoriano aún cuenta con altas tasas de aprobación, el resultado de la compulsa pone al descubierto el desenlace de una tensión acumulada en un electorado dividido entre el temor al crimen y el miedo a un poder sin límites. Con la legitimidad de su mandato intacta deberá seguir gobernando con las mismas reglas institucionales, con un Congreso fragmentado y con la urgencia de mostrar resultados en seguridad y economía.