El gobierno de Bolivia anticipó formalmente el regreso de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés), después de casi dos décadas fuera del país. La llegada al poder de Rodrigo Paz a principios de noviembre reactivó las relaciones entre ambos países, abriendo el camino al regreso de la agencia antidrogas estadounidense.
El viceministro de Sustancias Controladas o zar antidrogas, Ernesto Justiniano, sostuvo que la llegada de la agencia se concretará lo antes posible. “Sin la DEA retrocedimos en la lucha, batallando con los ojos vendados. El problema del narcotráfico en Bolivia es que se producen grandes cantidades de cocaína y no se sabe cuánto, ni qué organizaciones la manejan”, dijo al explicar que el apoyo que recibirá el país del altiplano será tecnológico, logístico y de capacitación.
La DEA estuvo ausente en Bolivia desde la ruptura de las relaciones bilaterales en 2008, cuando el entonces presidente Evo Morales declaró persona no grata y expulsó al embajador estadounidense, Philip Goldberg, a quien acusaba de apoyar un movimiento de derecha que, según él, buscaba dividir al país andino.
Bolivia, según datos de las Naciones Unidas, es el tercer productor mundial de coca y cocaína, después de Colombia y Perú. Tiene, según el organismo internacional, 31.000 hectáreas cultivadas con coca, de las que solo 22.000 son reconocidas como legales. El año pasado, según datos de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (Felcn) se incautaron 66 toneladas de cocaína, lo que confirma la tendencia al alza de los últimos cinco años.
La hoja de coca, ocupa un lugar central tanto en la economía rural como en la vida cultural del país. Su cultivo, concentrado principalmente en las regiones de Yungas (La Paz) y Chapare (Cochabamba), se destina en parte al consumo tradicional -masticado, infusiones y usos rituales-, una práctica extendida entre amplios sectores de la población.
Tras los anuncios del nuevo gobierno sobre la presencia de la agencia antidroga, el expresidente de Bolivia Evo Morales dijo que la DEA no puede operar en Bolivia porque la Constitución Política del Estado (CPE) prohíbe la presencia de extranjeros armados en el país y pidió la realización de un referéndum para que el pueblo decida al respecto Como no podía ser de otra forma, los cocaleros del Chapare manifestaron su rechazo al señalar que los operativos deben limitarse al control fronterizo pero no dentro del país y cuestionaron la designación de Justiniano.
El gobierno de Paz busca imprimir un drástico giro en lo político, económico, social y diplomático a lo que se hizo en el país durante los gobiernos de los izquierdistas Morales y Luis Arce. En lo atinente al narcotráfico y crimen organizado, tendrá el enorme desafío de combatir y erradicar los cultivos ilegales, la producción de cocaína y las estructuras montadas para traficarla, para lo cual la DEA podrá brindar su apoyo tecnológico, logístico y de capacitación.
