
El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha reivindicado este viernes ante sus socios europeos la necesidad de contar con «un nuevo instrumento legislativo» que permita proteger de manera específica los derechos de autor de los creadores europeos en el ámbito de la Inteligencia Artificial (IA), en donde con frecuencia los modelos de lenguaje recurren a obras protegidas sin solicitar el consentimiento ni remunerar su uso.
«Es imprescindible que haya un nuevo instrumento legislativo que permita afrontar la cuestión de los derechos de autor, el despliegue del reglamento de la inteligencia artificial, porque es algo que en estos momentos no tenemos resuelto y que, desde luego, el código de conducta que se aprobó no resuelve», ha resumido el ministro, en declaraciones a la prensa a su llegada a una reunión de ministros de Cultura de la Unión Europea en Bruselas.
De este modo, el ministro ha defendido que el Gobierno asume una «pelea importante para la defensa de los derechos de los creadores» en el marco del desarrollo de la IA, en especial en lo que se refiere a los criterios de transparencia, de consentimiento y de remuneración adecuada.
«Es una cuestión para nosotros muy importante: Contar con un instrumento específico nuevo para afrontar la cuestión de la protección de los creadores, así como un sistema de licencias para ellos en el marco de la Inteligencia Artificial», ha resumido.
Así, Urtasun ha incidido en que el Código de Buenas Prácticas «no es suficiente» y ha advertido de que no sólo no ha resuelto los riesgos para los derechos de autor y la protección de los creadores, sino que en esta materia ha «diluido» el reglamento europeo para la IA.
Por ello, ha apelado a la necesidad de «reforzar» dicho marco regulatorio para garantizar que se pone coto al uso «masivo» de contenidos protegidos sin respetar los derechos de autor para entrenar los modelos de lenguaje.
«Estamos en una situación de indefensión de nuestros creadores, que están viendo cómo sus obras están siendo utilizadas para los modelos de inteligencia artificial sin los tres criterios que España defiende, que son la transparencia, la remuneración justa en el caso de que se usen obras y el consentimiento (por parte del autor)», ha remachado.
