
Alexander Bevz asumió la función de asesor principal en la delegación ucraniana que mantiene desde este domingo conversaciones clave en Florida, en respuesta directa a la renuncia de Andri Yermak, quien afronta acusaciones de corrupción. Este equipo negociador, liderado por Rustem Umerov, presidente del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa, busca avanzar en acuerdos de seguridad con representantes estadounidenses de alto perfil, como Jared Kushner y Steve Witkoff. Según detalló la fuente original, la composición renovada delegó en Umerov y en otras figuras como Kirill Budanov, Vadim Skibitsky, Andriy Hnatov y Oleg Ivashchenko, la responsabilidad de consolidar la postura ucraniana en un contexto internacional marcado por presión de Washington y la Unión Europea, que solicitan progresos verificables antes del Día de Acción de Gracias.
De acuerdo con el medio de origen, la reestructuración del equipo surge como estrategia para fortalecer la cohesión interna y la representación política y militar de Ucrania en las actuales negociaciones. El recién definido grupo incluye a dirigentes relevantes de organismos de defensa e inteligencia, lo cual pretende dotar a Ucrania de un enfoque técnico y estratégico robusto frente a las exigencias y demandas del entorno global. Estas medidas buscan responder tanto a la situación ocasionada por la salida de Yermak como a la necesidad de garantizar eficacia en los diálogos tanto con aliados occidentales como con la federación rusa.
El arribo de la delegación ucraniana a Estados Unidos marca una nueva etapa en la serie de negociaciones bilaterales, cuya agenda principal gira en torno a pactos de seguridad defensiva. Según el reporte de la fuente original, la administración estadounidense impulsa concesiones inmediatas en este campo, fijando plazos estrictos para el cierre de un acuerdo preliminar. Aspectos más sensibles, como el estatus territorial o las garantías de largo plazo, quedarían postergados para etapas posteriores, en línea con la estrategia de Washington de mostrar resultados tangibles coincidiendo con momentos significativos de su calendario político.
El medio consignó que los encuentros en Florida continúan las discusiones iniciadas en rondas anteriores celebradas en Suiza y Ginebra. En esas instancias, el primer borrador de acuerdo fue percibido por Kiev y por varios países europeos como excesivamente alineado con los intereses de Moscú. Tanto las objeciones ucranianas como las recomendaciones del bloque comunitario propiciaron una revisión del texto, ajustando los equilibrios para que la propuesta dejara de favorecer de manera preeminente las posiciones rusas.
La nueva arquitectura negociadora prioriza los temas de seguridad y excluye en esta fase asuntos que Ucrania considera fundamentales, como el reconocimiento de fronteras y el futuro de las regiones parcialmente ocupadas, entre ellas zonas de Donetsk. La fuente relató que el documento tratado en Florida establece que las medidas inmediatas de defensa serán el primer punto, mientras que las cuestiones de cumplimiento y mecanismos de garantía se discutirán en fases sucesivas.
En este proceso, la interlocución directa entre Kiev y Washington toma precedencia sobre la participación europea, lo que ha producido inquietud y recelos dentro de la Unión Europea. Dicha exclusión relativa, según publicó la fuente original, es observada con cautela por gobiernos del bloque, que temen quedar al margen de deliberaciones clave y perder capacidad de influencia en la configuración del acuerdo resultante.
Volodímir Zelenski, presidente ucraniano, ha puesto énfasis en el carácter constructivo de las conversaciones con Estados Unidos y expresó sus expectativas de que la delegación logre avances concretos tras la reunión celebrada este domingo. El medio reportó las palabras de Zelenski: “Ucrania continúa trabajando con Estados Unidos de la manera más constructiva posible, y esperamos que los resultados de las reuniones en Ginebra se concreten en Estados Unidos. Espero con interés el informe de nuestra delegación tras su trabajo de este domingo”.
La composición del equipo negociador subraya la influencia de los órganos de inteligencia y defensa en la representación ucraniana. Además de Bevz y Umerov, participan altos funcionarios responsables de las áreas de inteligencia militar, defensa y del Estado Mayor, lo que, según el medio, busca maximizar la capacidad analítica y de respuesta ante la presión ejercida por Estados Unidos y la falta de garantías inmediatas sobre temas territoriales.
En cuanto al contenido específico debatido en Florida, la fuente afirmó que el texto mantiene la discusión concentrada en acuerdos defensivos. Este enfoque aplaza la resolución de controversias sobre el estatus de los territorios ocupados y evita, por ahora, condiciones detalladas respecto al cumplimiento y verificación de futuras obligaciones. Ucrania ha reiterado su negativa a todas las propuestas rusas que incluyen la retirada inmediata de fuerzas ucranianas de zonas como Donetsk, defendiendo una postura inamovible respecto a ciertas líneas rojas.
Reportó la fuente que Jared Kushner y Steve Witkoff lideran la interlocución estadounidense, y se prevé que ambos participen también en futuras sesiones en territorio ruso. Esta modalidad responde al interés de la Casa Blanca de establecer canales múltiples que permitan flexibilizar la negociación y prevenir bloqueos frente a la volatilidad de la situación geopolítica.
La exclusión de representantes europeos de los canales principales durante la fase actual no ha pasado desapercibida en Bruselas. Según consignó el medio, existe preocupación dentro del bloque comunitario respecto al equilibrio de poder que podría emerger si el proceso queda definido por la agenda Washington-Kiev. Los gobiernos europeos monitorizan la eficacia del grupo dirigido por Umerov, atentos a la capacidad de sus miembros para sostener posiciones de fuerza ante sus pares estadounidenses y rusos.
El método de negociación adoptado por Estados Unidos, según la fuente, prioriza la firma segmentada de pactos: primero, cuestiones de seguridad y defensa, luego, a medida que se afianzan compromisos, la consideración de reconocimientos fronterizos, garantías de verificación y dispositivos para controlar el cumplimiento de los tratados. La delegación ucraniana transmitió reiteradamente su negativa a aceptar exigencias sobre la retirada de fuerzas de los territorios actualmente en disputa, enfocándose en resguardar la integridad territorial y preservar líneas políticas acordadas al más alto nivel.
La fuente enfatizó que la presión impuesta por la administración estadounidense para alcanzar acuerdos verificables antes de fechas simbólicas coloca al equipo ucraniano bajo un seguimiento permanente por parte de sus socios y rivales. El desempeño de la delegación se convierte en termómetro para evaluar la fortaleza de las alianzas de Ucrania y su capacidad de respuesta ante las exigencias multilaterales resultantes de las recientes modificaciones en la estructura negociadora tras la controversia relacionada con Yermak.
De acuerdo con el medio, esta ronda de negociación en Florida representa una de las principales evaluaciones para el liderazgo diplomático de Ucrania, tanto por las expectativas del entorno internacional como por la necesidad interna de asentar una nueva cohesión en la política exterior y de seguridad después de las alteraciones sufridas en el entorno gobernante en los días previos a la cita. Las gestiones encabezadas por Umerov quedan, así, sometidas a un escrutinio particularmente riguroso, mientras los actores internacionales esperan señales claras sobre la orientación futura de las políticas y alianzas de Kiev.
