
El Papa León XIV dejó abierta la puerta a una posible visita a América Latina durante 2026 o 2027. Durante un encuentro con periodistas a bordo del vuelo papal de regreso a Roma tras su visita a Líbano, El Sumo Pontífice abordó múltiples temas actuales y aclaró que, aunque el proyecto de un viaje por la región sudamericana no está decidido, existe interés y entusiasmo por concretarlo.
“La próxima etapa podría ser Argelia, los lugares que visitó San Agustín, pero hay otros destinos posibles en agenda”, afirmó el sumo pontífice según recogió La Nación. Aludió de forma particular a la expectativa que generan países como Argentina, Uruguay y Perú, y admitió el peso simbólico que tendría una visita al país andino: “En Perú, creo que también me recibirán”, expresó, alimentando las expectativas de fieles y autoridades en la región.

Expectativas para el viaje papal
Consultado sobre la posibilidad de viajar a Perú y otros territorios vecinos, León XIV señaló que “el proyecto no está decidido”, según recogió el citado medio pero aclaró que se estudian alternativas con la mirada puesta en los años 2026 o 2027. La mención especial a Perú surgió durante el diálogo con la periodista Elisabetta Piqué, quien observó la coincidencia de colores entre la bandera peruana y la libanesa, un detalle que el Papa tomó con humor, aunque evitó atribuirle un significado profético.
El pontífice reconoció la expectativa existente en varios países sudamericanos. “Evidentemente, me gustaría mucho visitar América Latina. Argentina y Uruguay, que estaban esperando la visita del Papa. Perú, donde creo que me recibirán también, y si voy a Perú, también a otros países vecinos”, afirmó el líder de la iglesia Católica.

Agenda diplomática de la Santa Sede
En el mismo diálogo, León XIV abordó el papel de la Santa Sede en escenarios internacionales y expresó su preocupación por los conflictos armados actuales. Resaltó la actuación discreta del Vaticano en procesos de mediación y recordó la implicación activa de Europa, con énfasis en el rol mediador de Italia para el caso particular de Ucrania. Según La Nación, el pontífice remarcó la importancia de “trabajar entre bastidores para lograr caminos de paz” y sugirió que muchas de estas gestiones no son públicas.
El énfasis en la diplomacia vaticana se enmarca en el contexto de una presencia papal que busca influir tanto en procesos de reconciliación como en iniciativas humanitarias, una línea de acción que ha caracterizado el actual pontificado.
Frente a una pregunta sobre su experiencia tras el cónclave que lo llevó al trono de Pedro, el Papa compartió una reflexión acerca de su espiritualidad y su entrega al servicio religioso. “Pensaba jubilarme, pero me rendí a Dios”, comentó el Sumo Pontífice, en conversación con el citado medio. En esa línea, subrayó la importancia de “entregar la vida a Dios y dejar que Él sea el jefe en el camino de la fe”, una actitud que ha guiado su gestión como líder de la Iglesia católica y marcó el tono personal de su diálogo con la prensa.
