Uno de los gustos cotidianos más placenteros que hay es, después de un duro día de invierno, tumbarse en la cama bajo la manta y arroparse para calentarse hasta quedarse dormido. Pero a veces pasa que llegas a casa después de muchas horas de trabajo y el ambiente es helado. Y… ¿Cómo se puede calentar la cama de forma sencilla y barata?
Contra esto existen diversos trucos para, en cuestión de minutos o una hora, dejar la cama a la temperatura perfecta para irse a dormir. No se necesitan de mantas eléctricas ni de la calefacción puesta para lograrlo, consiguiendo así formas eficientes y de bajo coste.
A diferencia de ese método basado en la temperatura ambiental, la bolsa de agua caliente es la mejor forma de calentarlo. Este nuevo consejo se aplica directamente sobre la superficie. Tampoco requiere de nada complicado en casa ni de ningún electrodoméstico o artilugio especializado.
Una bolsa de agua caliente es la clave para dormir cómodo
Para conseguir calentar la cama sólo se necesita un microondas, vitrocerámica, el grifo o cualquier aparato que consiga calentar el agua a más de 60º C. Esta manera funciona de forma directa sobre la superficie, a diferencia de los métodos que se enfocan en lo ambiental. Las bolsas que se pueden utilizar son de látex, goma u otros materiales flexibles. Una vez calentada el agua, se rellena sobre una bolsa y se coloca bajo las mantas unos minutos antes de acostarse.
Es un método eficiente por la facilidad que requiere, tanto en tiempo como en recursos, pero también por la duración del efecto: entre dos y tres horas. Para la gente friolera que necesita aumentarlo: si se cubre con una manta, los efectos consiguen durar más. En este sentido, los termoplásticos y el PVC para la bolsa ofrecen una mayor durabilidad.
Entre los beneficios que encuentra esta práctica son el alivio de dolores menstruales, de artritis o de espalda. También ayuda a la relajación de los músculos y a superar estados gripales a la vez que ofrece seguridad y calma, favorece la digestión y, sobre todo, ayuda al buen descanso.
Pero también se deben tomar ciertas precauciones para evitar accidentes. El agua no tiene que llegar a hervir y se debe recubrir sobre alguna funda o sábana para evitar quemaduras. Tampoco hay que hacer demasiada presión para evitar que se reviente y pierda agua.
Una forma de ahorrar siendo beneficioso para el medio ambiente
En un contexto económico actual donde a las familias cada vez les cuesta más llegar a fin de mes, encontrar maneras económicas de combatir el frío reduciendo costes es fundamental para ahorrar dinero. Las bolsas de agua caliente ofrecen un gran rendimiento en la relación calidad-precio en comparación a mantener la calefacción puesta.
Su funcionamiento se basa en la inercia térmica del líquido, eliminando cualquier riesgo eléctrico. El método de la bolsa de agua caliente se caracteriza por su sencillez y por su bajo coste frente a mantas térmicas, acumuladores compactos o sacos de semillas. Otro punto positivo es que se convierte en una opción más favorable para el cuidado del medio ambiente.
Su invención data del 1903 por el ingeniero croata Slavoljub Eduard Penkala. Se utilizaba tradicionalmente para aliviar dolores musculares. El calor sirve para aliviar sintomatología de enfermedades y dolencias. Hoy, su uso ha quedado restringido por el uso de la calefacción, pero los remedios tradicionales se vuelven a imponer.
