Lorena Villaverde confirmó hoy que desistirá de asumir su banca como senadora nacional por La Libertad Avanza (LLA) después de que la oposición en la Cámara alta frenara su incorporación al cuerpo por sus supuestos vínculos con el narcotráfico.
Luego de que los habitantes más poderosos de la Casa Rosada optaran por soltarle la mano para encapsular el escándalo, la legisladora por Río Negro, quien fue electa como senadora en los comicios del 26 de octubre pasado, le presentó su renuncia al presidente Javier Milei a través de una carta que publicó en la red social “X”.
“Lo hago con la serenidad de quién sabe quién es, y con la certeza de que ningún cargo vale más que la oportunidad histórica de que la Argentina rompa definitivamente con el fracaso estructural”, señaló Villaverde.
Según fuentes oficiales, la jefa del bloque de LLA en el Senado, Patricia Bullrich, exministra de Seguridad, se ocupó personalmente del tema. Y en la última semana habló con Villaverde en reiteradas ocasiones para que renunciara a su banca y se ocupara de defenderse públicamente de las acusaciones por sus presuntos lazos con el narcotráfico y esclarecer su situación. El asunto ya había activado las alarmas en la mesa política de LLA.
Finalmente, Karina Milei también reforzó el pedido para que Villaverde desistiera de asumir. “Tiene que aclarar las cosas que faltan. Es un tema de caracter ético y constitucional”, indicaron desde las filas del oficialismo.
Señor Presidente:
Me dirijo a usted con el respeto y la convicción profunda que me trajeron a la vida pública: la defensa irrestricta de la libertad, el apego absoluto a nuestra Constitución Nacional y el compromiso inquebrantable con el proyecto de transformación que usted… pic.twitter.com/CfdDmIQNNv
— Lore Villaverde (@LoreVillaverde1) December 3, 2025
En la misiva que difundió en las redes sociales, argumentó que no quiere ser usada como “herramienta para dañar al gobierno, a las reformas y al futuro de los argentinos”.
En los últimos días, Villaverde se había quedado sin el respaldo de la plana mayor de LLA. Ayer, cuando su futuro en el Senado era incierto, retiró la renuncia que semanas atrás había presentado a su banca de diputada nacional, cargo que ocupa desde 2023.
Villaverde fue detenida y condenada por narcotráfico en Estados Unidos, fue enviada a una prisión federal, logró que se anulara su condena y se fijara un nuevo juicio oral en su contra, y también consiguió que la excarcelaran, momento en que se marchó a la Argentina, donde permanece desde entonces, según surge de las probanzas judiciales oficiales que cotejó y publicó ayer LA NACION.
Las repercusiones en torno a sus presuntos lazos con el narcotráfico provocaron incomodidad en la Casa Rosada y, sobre todo, en la bancada de senadores de LLA, que ahora conduce Bullrich. Uno de los pocos socios de Milei que se animó a defenderla públicamente fue Luis Juez, del frente Pro.
El viernes último, Villaverde no pudo jurar como senadora, pese a que se había hecho presente en el recinto. La oposición más dura al Gobierno presionó para que el título de Villaverde fuera devuelto a la Comisión de Asuntos Constitucionales. Para destrabar su caso, los libertarios iban a requerir del apoyo de otros bloques aliados. La mayoría de esos espacios no querían inmolarse por la rionegrina. “No podemos pedir el voto por algo que nadie quiere”, retratan en LLA. En rigor, la Casa Rosada apuesta a reconstruir los puentes con los sectores que supieron ser sus aliados en el Senado para aprobar las reformas estructurales que prometió Milei para la segunda etapa de su mandato.
Hasta el viernes pasado, Villaverde lucía convencida de que la Casa Rosada no le soltaría la mano y redoblaría los esfuerzos para destrabar su situación en el Senado.
Debido a que Villaverde desistió de asumir su escaño en el Senado, asumiría en su lugar Enzo Fullone, segundo en la lista libertaria y exfuncionario de la Dirección Nacional de Vialidad de Río Negro. Fullone supo acercarse a Eduardo “Lule” Menem, mano derecha de Karina Milei.
Después de que la presionaran para que renunciara a su banca en el cuerpo, la diputada reiteró que “en estos meses” se sintió “víctima de operaciones mediáticas obscenas, maliciosas y profundas, diseñadas para destruir, desgastar y humillar”. En ese sentido, afirmó que sus hijos “están antes que cualquier cargo, porque ninguna ambición política vale más que su bienestar”.
En ese contexto, Villaverde arguyó que optó por dimitir porque “sectores del viejo régimen” intentaron convertir su “situación personal” en “una herramienta para frenar las reformas, obstaculizar la conformación del bloque oficialista en el Senado y desgastar al proyecto de cambio”.
Después de que se complicara su futuro en el Senado, Villaverde salió en las últimas horas a defenderse. En un raid mediático, negó cualquier delito y denunció “causas armadas”.
“No soy narcotraficante, no soy estafadora, no tengo causas penales vigentes ni en la Argentina ni en Estados Unidos”, enfatizó hoy antes de presentar su renuncia.
Los problemas de Villaverde con la Justicia de Estados Unidos comenzaron el 15 de julio de 2002, cuando fue detenida en Sarasota. La acusaron de traficar más de 400 gramos de cocaína junto al colombiano Fabio Restrepo (por entonces de 43 años) y el cubano Jesús Ferrer (de 33 años en aquel momento), de acuerdo a documentación del Departamento de Aplicación de la Ley del Estado de Florida (FDLE).

En el momento de ser detenida, Villaverde tenía 28 años y vivía en el condado de Miami desde 1999. Trabajaba en una “boutique” llamada “Blueberry Fashion” en Miami Beach, había gestionado un número de la Seguridad Social –terminado en 9346- y se movía con una licencia de conducir emitida en el estado de Florida.
En diálogo con Radio Rivadavia, la senadora electa admitió que fue condenada en Estados Unidos, pero luego “sobreseída y absuelta”. “Nunca encontraron ningún proceder ilegal en mi vida. Yo fui investigada, hubo allanamientos, todo tipo de investigación y nunca encontraron alguna acción ilegal en mi vida. No cometí ningún delito”, puntualizó.
A su vez, Villaverde negó un vínculo con el empresario Federico ‘Fred’ Machado, acusado de narcotráfico, lavado de dinero y estafa que fue extraditado a Estados Unidos. En Río Negro, su provincia natal, forjó vínculos estrechos con Claudio Ciccarelli, primo y presunto testaferro de Machado.
“Tampoco es un delito tener un amigo cuyo primo es investigado. Defienden la moral violando la Constitución por negarme jurar sin tener causas y habiendo tenido otros periodos previamente, en 2023 y 2025, para impugnar la lista”, sostuvo.