Al confirmar un operativo reciente en el que las fuerzas estadounidenses ejecutaron un segundo ataque dirigido a supervivientes de un bombardeo inicial contra una embarcación sospechosa de transportar drogas —operación que resultó en la muerte de los once tripulantes— el Pentágono hizo explícita su estrategia de garantizar la destrucción total de barcos y neutralización de amenazas en la región, de acuerdo con declaraciones recogidas por el medio, según reportó la portavoz del Departamento de Defensa, Kingsley Wilson. Este operativo respondió a una decisión del almirante Frank Bradley, respaldada “al cien por cien” por el jefe del Pentágono, Pete Hegseth, y obedece a la directriz de desarticulación de organizaciones vinculadas al narcotráfico en el Caribe y el Pacífico.
Según detalló el medio, el Departamento de Defensa de Estados Unidos ha confirmado la existencia de un plan de contingencia en caso de que Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, abandone el país en el contexto de las actuales tensiones entre Washington y Caracas. La portavoz del Pentágono subrayó en rueda de prensa que “siempre estamos listos. Tenemos planes para cada contingencia y nos aseguraremos de que, en lo que respecta al narcotráfico, lo desmantelemos”, señalando que cuentan con una respuesta específica y lista para emplearse si la situación lo requiere. Wilson manifestó también la total disposición del Departamento para actuar bajo la decisión del presidente de Estados Unidos, en ese momento Donald Trump, y afirmó que están preparados “para hacer lo que sea necesario”.
En palabras de la portavoz del Departamento de Defensa, la misión militar estadounidense en el Caribe y el Pacífico responde a la urgencia de frenar el tráfico de drogas hacia Estados Unidos. Wilson declaró que el propósito central es “eliminar a los narcoterroristas y erradicar esa amenaza, que está envenenando al pueblo estadounidense”. Añadió que se trata de una misión que el Pentágono califica como “crucial” para la protección del país.
Desde el inicio de la campaña militar en septiembre, enfocada en neutralizar embarcaciones con cargamentos de drogas, las fuerzas estadounidenses han efectuado 21 ataques contra estos barcos. El saldo reportado por el Pentágono incluye 82 personas muertas, identificadas como integrantes de redes narcoterroristas. Wilson argumentó ante la prensa que cada golpe de la operación se orienta por el compromiso de velar por la seguridad de Estados Unidos y la defensa de su población ante la amenaza que representan estas organizaciones criminales.
En relación con los criterios para los operativos, la funcionaria del Pentágono resaltó que la información de inteligencia permite identificar a los individuos que transportan los estupefacientes. “Cada persona que hemos atacado hasta ahora, que se encuentra en un barco con narcóticos, es un narcoterrorista (…) Nuestra inteligencia confirma con certeza quiénes son estas personas. Sin lugar a dudas, todos nuestros abogados militares y civiles saben que estos individuos son narcoterroristas”, declaró, según detalló el medio. Añadió que existe claridad sobre la procedencia y el destino de las embarcaciones interceptadas y subrayó que el objetivo es interceptar las drogas antes de su ingreso a territorio estadounidense, con el fin de evitar muertes y daños a su ciudadanía.
Al abordar las directrices de actuación en caso de una salida intempestiva de Nicolás Maduro de Venezuela, la portavoz insistió en que el Departamento de Defensa tiene preparada una respuesta adecuada a “cada escenario posible”. Según consignó el medio, estos planes de contingencia surgen en un contexto de incremento de la presencia militar estadounidense en aguas cercanas a Venezuela, bajo el argumento de perseguir y desmantelar redes de tráfico de drogas.
El despliegue de fuerzas estadounidenses en el Caribe y el Pacífico, según informó el medio, se sostiene en la urgencia declarada por el Pentágono de erradicar actividades consideradas como una amenaza directa a la seguridad nacional. Las operaciones militares recientes y la pública disposición a actuar ante eventuales cambios políticos en Venezuela refuerzan la postura de Washington en la región y su estrategia articulada para responder a amenazas transfronterizas, de acuerdo con lo comunicado por el Departamento de Defensa.
