Entre los asistentes a la primera rueda de prensa celebrada bajo el nuevo sistema de acreditaciones del Pentágono figuraron tanto figuras políticas como activistas nacionalistas, en un evento restringido tras la imposición de nuevas normas a los medios. En ese contexto, la portavoz Kingsley Wilson anunció que los expertos militares de Estados Unidos estiman que Irán requerirá al menos dos años para restablecer sus capacidades en materia nuclear, según consignó el medio original. La evaluación surge tras la ofensiva militar lanzada por Estados Unidos en junio contra las instalaciones iraníes de Fordo, Natanz e Isfahán, acción que el Pentágono describió como devastadora para la infraestructura atómica del país.
De acuerdo con lo informado por el medio original, la vocera Wilson subrayó que los ataques destruyeron completamente las capacidades nucleares de Irán. Esta ofensiva se enmarca en la respuesta de Estados Unidos a la escalada bélica protagonizada por Israel en territorio iraní en el mes de junio. Wilson señaló: “Las capacidades nucleares de Irán fueron totalmente destruidas y los expertos han estimado que se tardarían dos años en recuperarlas”. Además, destacó el papel del presidente Donald Trump y calificó la operación como “histórica”, atribuyéndole rapidez y eficacia en la decisión tomada.
El anuncio de la portavoz se produjo en la que fue su primera aparición ante el nuevo grupo de periodistas acreditados, quienes participaron bajo las restricciones implementadas en octubre por el secretario de Defensa, Pete Hegseth. Según detalló la fuente original, estas restricciones obligaron a los medios a aceptar un conjunto de políticas para mantener sus credenciales. La negativa por parte de las principales cadenas televisivas, agencias de noticias, diarios y radios nacionales —incluidas tanto corporaciones conservadoras como Fox News y Newsmax, así como medios generalistas como ABC News, NBC News, CBS News, CNN, Associated Press, Reuters, Bloomberg, el ‘New York Times’, el ‘Washington Post’, el ‘Wall Street Journal’, ‘The Guardian’, ‘The Atlantic’, ‘Financial Times’, Politico, NPR y The Hill— marcó el ingreso de un nuevo cuerpo de prensa al Pentágono, conformado tanto por comunicadores como por figuras políticas de relevancia, según especificó el medio original.
En ese contexto, la primera comparecencia incluyó la presencia de personalidades como la activista ultra nacionalista Laura Loomer, asociada a posturas extremas dentro del movimiento MAGA, y el excongresista Matt Gaetz. Gaetz renunció previamente a su banca y a su candidatura a fiscal general después de ser propuesto por Trump y antes de que la comisión de ética de la Cámara de Representantes finalizara una investigación sobre su conducta. Los resultados de ese proceso incluyeron la conclusión de que Gaetz había pagado decenas de miles de dólares a mujeres para actividades sexuales y consumo de drogas en al menos veinte oportunidades, incluyendo una menor de edad, según consignó la fuente.
La política de acreditación restringida impone a los periodistas la prohibición de realizar preguntas sobre información considerada sensible al personal del Departamento de Defensa, señalando que tales consultas pueden implicar riesgos para la seguridad nacional. Esta limitación responde, en parte, a la escasa frecuencia de las conferencias de prensa habituales, ya que en lo que va de 2025 solo se han registrado tres comparecencias públicas del Departamento de Defensa, según mencionó el medio.
El medio original explicó que la intervención militar estadounidense en Irán destruyó las instalaciones nucleares en Fordo, Natanz e Isfahán, localizadas en distintos puntos estratégicos del país. La operación se llevó a cabo en respuesta a la intensificación del conflicto entre Israel e Irán en junio, lo que motivó la acción estadounidense con el objetivo de impedir un avance en la capacidad atómica iraní. Según los análisis de expertos citados por el Pentágono y retransmitidos en la rueda de prensa, la reconstrucción de las instalaciones requerirá un periodo mínimo de dos años, durante el cual se estima que Irán no podrá restablecer completamente su programa nuclear.
La limitación informativa impuesta impidió a periodistas de medios tradicionales participar en la conferencia de prensa, en tanto las nuevas acreditaciones se entregaron mayormente a personas afines a las directrices impuestas por las autoridades del Departamento de Defensa. De esta manera, la gestión de la comunicación oficial sobre la destrucción de la infraestructura nuclear iraní y sus consecuencias ha quedado circunscrita al entorno autorizado bajo el nuevo régimen de acceso.
Desde la imposición del nuevo sistema de acreditaciones, el acceso de la prensa tradicional se ha visto restringido y el flujo informativo sobre operaciones militares del Pentágono se ha dirigido principalmente a través de voceros oficiales. El resultado ha sido una cobertura fuertemente condicionada por las exigencias de confidencialidad y por la advertencia expresa de que cualquier pregunta relacionada con asuntos sensibles podría suponer un riesgo para la seguridad nacional.
Los datos aportados por el Pentágono y reflejados en la rueda de prensa proyectan como inmediato efecto el estancamiento del desarrollo nuclear iraní, con la expectativa de que el país no podrá alcanzar las capacidades previas durante el plazo estimado por los técnicos estadounidenses. La reconstrucción de la infraestructura nuclear, según estos cálculos, demandará no menos de dos años de trabajo, en tanto la operación habría generado daños irreparables a las instalaciones destruidas durante el ataque. El seguimiento de la situación y de los trabajos de recuperación, así como de las consecuencias políticas y militares, queda sujeto a los informes suministrados por la vocería oficial del Departamento de Defensa ante la ausencia de un acceso abierto e independiente a la información sobre el terreno.
