Las investigaciones por presuntas irregularidades en la adjudicación de contratos públicos y la utilización de influencias por parte de Federica Mogherini han generado inquietud entre sectores diplomáticos europeos y estadounidenses, atentos al posible precedente que podría sentar este caso sobre el funcionamiento y la rendición de cuentas dentro de las instituciones comunitarias. Este contexto judicial ha adquirido mayor visibilidad tras las declaraciones realizadas desde Bruselas por Christopher Landau, vice secretario de Estado de Estados Unidos, quien responsabilizó a Mogherini de favorecer, mediante su gestión al frente de la diplomacia europea, los intereses del gobierno cubano, señalado internacionalmente por restricciones a los derechos humanos. Según informó Europa Press, Landau cuestionó de manera directa el papel desempeñado por la ex alta representante de la Unión Europea, en especial después de conocerse su imputación por supuestos delitos de corrupción.
Durante su estancia en Bruselas con motivo de la reciente cumbre ministerial de la OTAN, Landau difundió mensajes críticos en redes sociales, tanto respecto a la política comunitaria hacia Cuba en años recientes como al proceso penal que involucra a Mogherini en actuaciones durante su mandato en organismos europeos y en su función actual como directora del Colegio de Europa. De acuerdo con Europa Press, Landau subrayó que la función de Mogherini contribuyó a fortalecer las relaciones comerciales y turísticas entre países miembros de la UE y el gobierno cubano, permitiendo una mayor entrada de recursos económicos al régimen de la isla en una coyuntura de cuestionamientos globales por vulneraciones a las libertades fundamentales.
El vice secretario de Estado evidenció que, bajo el liderazgo de Mogherini como jefa de la diplomacia europea hasta 2019, la Comisión Europea impulsó la apertura y el intercambio con la isla, lo que a su criterio facilitó el sostenimiento tanto económico como político del ejecutivo cubano. Según consignó Europa Press, Landau recordó además que Mogherini llegó a definir el sistema cubano como una “democracia de partido único”, interpretando esas palabras como un apoyo a lo que, en opinión de Washington, constituye una gestión represiva y opuesta a los intereses estadounidenses.
El pronunciamiento de Landau tuvo lugar durante una cita de alto nivel que evidenció cambios inusuales en la representación estadounidense, dada la ausencia de Marco Rubio, secretario de Estado, por primera vez en más de dos décadas. De acuerdo con lo publicado por Europa Press, Landau acudió en calidad de sustituto de Rubio, quien no pudo desplazarse por motivos relacionados con negociaciones sobre Ucrania y su implicación en otros conflictos internacionales, como Sudán y Gaza. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, restó importancia a esta circunstancia y recalcó que la delegación estadounidense mantuvo el peso institucional habitual, evitando especulaciones sobre consecuencias diplomáticas.
La intervención de Landau, según recogió Europa Press, incluyó nuevamente demandas para que Europa asuma una responsabilidad central en su propia seguridad y defensa colectiva, insistiendo en que las sucesivas administraciones estadounidenses han transmitido ese mensaje a lo largo de los años. Esta posición refuerza la tendencia dentro de ciertos sectores del gobierno norteamericano de reclamar un aumento en la participación y las inversiones de los aliados europeos en su propio sistema de defensa, objetivo que se plantea en un escenario de tensiones relacionadas con la política internacional del bloque comunitario.
El proceso judicial en marcha contra Mogherini constituye otro elemento de tensión en la dinámica interna de la Unión Europea respecto a la transparencia institucional y la gestión de las relaciones con países terceros. Europa Press detalló que la investigación se centra tanto en el periodo en que Mogherini ejerció como Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores como en su etapa actual al frente del Colegio de Europa. El alcance del caso alcanza prácticas potencialmente irregulares en la adjudicación de contratos y sospechas sobre el uso de su influencia en órganos europeos, lo cual mantiene expectantes a actores diplomáticos y políticos europeos y estadounidenses.
Según la información de Europa Press, la controversia ha impactado en la valoración pública y política de la figura de Mogherini, reavivando antiguos debates acerca del acercamiento diplomático de la UE a Cuba. Tras el levantamiento de la denominada “posición común”, que supuso décadas de sanciones hacia el gobierno de la isla, el cambio de estrategia para promover vínculos institucionales generó opiniones divergentes. Mientras ciertas corrientes consideraban que la apertura podía influir favorablemente en la evolución interna del régimen, críticas como las de Landau insisten en que el resultado fue un refuerzo de estructuras estatales poco proclives a la ampliación de derechos y libertades.
El episodio evidenciado a raíz de las declaraciones del vicesecretario estadounidense y la evolución del caso judicial sobre Mogherini ha reabierto el análisis sobre los efectos de las decisiones diplomáticas de la Unión Europea en América Latina y el Caribe. Según consignó Europa Press, el señalamiento sobre la relación con Cuba cobra especial significado por las divisiones internas que persisten entre los países miembros acerca de la postura que conviene adoptar ante gobiernos sancionados o sometidos a restricciones por organismos internacionales.
En el trasfondo de este escenario, la prensa europea y estadounidense ha seguido atentamente tanto el desarrollo del proceso contra Mogherini como las posiciones de Washington respecto a la política hacia gobiernos catalogados como autoritarios en la región. Landau, identificado como ‘número dos’ de Rubio en la estructura diplomática estadounidense, refuerza así la postura tradicional de Estados Unidos de endurecer el enfoque hacia regímenes que percibe como adversarios en términos ideológicos y estratégicos.
La evolución del caso determinará el futuro público y político de Mogherini, quien desde su cargo anterior como jefa de la diplomacia europea y ahora al frente de un centro académico ha mantenido una alta exposición mediática. Según las observaciones recogidas por Europa Press, la decisión que adopten las autoridades judiciales belgas marcará el curso de futuras investigaciones sobre la gestión de otros responsables europeos que hayan intervenido en la definición de relaciones con países sujetos a monitoreo internacional.
El impacto del debate sobre la relación de la UE con Cuba y el papel de sus altos representantes se ha trasladado al seno de la administración comunitaria, donde el escrutinio público aumenta a medida que avanzan las investigaciones judiciales y se multiplican las apreciaciones desde la esfera internacional. A juicio de Landau y de sectores críticos, la necesidad de revisar y eventualmente reformular los fundamentos de la política exterior europea vuelve a suscitar controversias en el contexto de los actuales desafíos globales.
La cobertura de Europa Press resalta el carácter político y diplomático de la controversia, vinculando directamente las acusaciones contra Mogherini y la reacción de Washington con temas de gobernabilidad, derechos humanos y el equilibrio de poder en el hemisferio. El caso ocupa así un lugar destacado en la agenda de debates sobre el futuro de la diplomacia europea y el diseño de estrategias multilaterales frente a actores estatales con regímenes sometidos a sanciones o restricciones internacionales.