
Despertar va más allá de simplemente abrir los ojos. En ese instante en que el cuerpo se despereza, los músculos se estiran y un bostezo irrumpe, ocurre un fenómeno universal: la pandiculación.
Según Cleveland Clinic, este reflejo natural, presente tanto en humanos como en otros mamíferos, cumple una función esencial: liberar la tensión muscular acumulada y preparar el cuerpo para la actividad.
El Dr. Jeffrey Brown, médico de atención primaria de la institución, explica que la pandiculación está “programada en el cerebro” y que animales como los gatos la ejecutan de forma especialmente notoria, con estiramientos que preparan sus músculos para moverse con agilidad.
La pandiculación se manifiesta como un gran estiramiento acompañado, en muchas ocasiones, de un bostezo. Se trata de un movimiento automático, que ocurre sin intervención consciente, y suele aparecer en las transiciones entre el sueño y la vigilia, especialmente al despertar.

El objetivo principal de este reflejo es “reiniciar” los nervios que controlan la contracción muscular, aliviando la tensión acumulada durante los periodos de inactividad. De acuerdo con Cleveland Clinic, este fenómeno no solo es común en la mayoría de los mamíferos, sino que incluso puede observarse en fetos durante el embarazo.
El papel del cerebro y las hormonas
Aunque la ciencia aún no determinó con exactitud qué desencadena la pandiculación, el Dr. Brown señala que el proceso probablemente se origina en el hipotálamo, una región cerebral encargada de mantener el equilibrio corporal y regular funciones como el sueño, el estado de ánimo y la temperatura.
Durante la pandiculación, el hipotálamo libera hormonas, entre ellas el cortisol, conocido por su papel en la respuesta al estrés y en el reloj biológico interno. Además, se produce una liberación de dopamina, lo que podría explicar la sensación placentera que acompaña a este acto.

A simple vista, la pandiculación y el estiramiento convencional pueden parecer similares, pero existen diferencias fundamentales. El estiramiento puede adoptar varias formas: activo, dinámico, pasivo o estático, y siempre requiere una acción voluntaria.
En contraste, la pandiculación es un reflejo automático en el que los músculos se estiran y se contraen al mismo tiempo. “Cuando pandiculas, tus músculos tiran en una dirección mientras los empujas en la opuesta”, aclaró el Dr. Brown en declaraciones recogidas por Cleveland Clinic. Esta característica la distingue de cualquier tipo de estiramiento tradicional.
Beneficios y ejercicios de pandiculación
Los beneficios de la pandiculación van más allá de la simple sensación de bienestar. Según Cleveland Clinic, este reflejo ayuda a regular el reloj interno del cuerpo y estimula la liberación de dopamina, la llamada “hormona de la felicidad”.
Entre los posibles efectos positivos se incluyen la reducción de la tensión muscular, la activación de los tejidos conectivos (fascia), la promoción de una postura saludable y la mejora del equilibrio. Al resetear la actividad eléctrica de los músculos, la pandiculación contribuye a que el cuerpo se sienta más suelto y relajado, y puede favorecer una postura más erguida tras periodos de inactividad, como al levantarse del escritorio.

Además de su manifestación involuntaria, la pandiculación puede practicarse de forma intencionada mediante ejercicios específicos. Para liberar la tensión de un músculo, Cleveland Clinic recomienda contraerlo de manera firme pero suave, relajar la contracción de forma gradual y, finalmente, descansar el músculo antes de repetir el proceso.
Un ejemplo para la zona lumbar consiste en tumbarse de espaldas, flexionar las rodillas con los pies apoyados en el suelo, arquear la espalda presionando el coxis hacia abajo y luego dejar que la zona lumbar se apoye lentamente en el suelo.
El Dr. Brown sugirió buscar la orientación de un profesional capacitado, ya sea presencialmente o a través de recursos en línea, para aprender la técnica adecuada. Siempre que se realicen con precaución y dentro de los límites personales, estos ejercicios resultan seguros y pueden proporcionar alivio duradero.

En cuanto a la efectividad de los ejercicios de pandiculación, la evidencia científica disponible es limitada. Cleveland Clinic indicó que, aunque la teoría que los respalda es sólida, existen pocos estudios que avalen sus beneficios frente a otras terapias mente-cuerpo como el yoga o el tai chi.
Un estudio sobre dolor lumbar crónico mostró que tres sesiones de ejercicios de pandiculación redujeron el uso de analgésicos en un 75% y las visitas médicas en un 53%. No obstante, la institución subraya que se requieren más investigaciones para confirmar estos resultados.
Para quienes experimentan rigidez muscular persistente, Cleveland Clinic considera que la pandiculación representa una alternativa sencilla y potencialmente útil que merece ser explorada.
