La luna más grande de Saturno podría no tener océano, pese a las teorías iniciales

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Una interpretación reciente de los datos obtenidos por la misión Cassini sugiere que algunos depósitos de agua poco profundos en Titán, la principal luna de Saturno, pueden alcanzar los 20°C. De acuerdo con un artículo publicado por Nature y liderado por la NASA, este hallazgo desplaza el enfoque en la posible vida en ese satélite exterior: en vez de grandes océanos subterráneos, existirían bolsas localizadas de agua templada en el fondo de túneles fangosos, lo que alteraría la perspectiva sobre el tipo de hábitat y condiciones biológicas potenciales en Titán.

Según detalló el medio Nature, el estudio consistió en un minucioso reanálisis de los registros recopilados hace más de una década, que ahora pone en duda la existencia de un océano extenso bajo la superficie helada que recubre Titán, versión que había sido propuesta con fuerza por investigaciones previas. El trabajo estuvo dirigido desde la NASA, con la participación de la Universidad de Washington de Estados Unidos, especialmente por el profesor Baptiste Journaux y su equipo, quienes sostienen que bajo la corteza de hielo no habría un océano global, sino una combinación de capas sólidas, túneles de fango y pequeñas reservas de agua de deshielo cercanas al núcleo rocoso.

El artículo científico reportó que estas conclusiones surgen tras comparar el comportamiento físico de la luna bajo la atracción gravitacional del planeta Saturno. Según consignó Nature, en el pasado se pensó en un océano subterráneo debido a la manera en que Titán se estiraba y comprimía siguiendo su órbita elíptica, ya que una estructura interna compuesta por agua líquida permitiría una flexión notable de la corteza bajo el influjo gravitacional. Sin embargo, los modelos desarrollados por el equipo de Journaux evidenciaron que esa teoría no explicaba perfectamente los resultados reales extraídos por Cassini, en especial al incorporar el concepto de sincronización temporal.

El medio Nature explicó que la investigación introdujo una variable fundamental: el desfase entre el momento de máxima atracción gravitacional y el cambio físico real en la forma de Titán. La luna muestra un retraso de aproximadamente 15 horas en responder mecánicamente al tirón de Saturno, lo que implicaría la presencia de un material mucho más viscoso que el agua líquida en su interior. Esta viscosidad adicional corresponde a una mezcla de hielo y agua, similar a la aguanieve.

Flavio Petricca, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA y principal autor del estudio, señaló que la cantidad de energía perdida por Titán, deducida a partir de la frecuencia de las ondas de radio de la sonda Cassini, es incompatible con la existencia de un océano global y apunta a la presencia de un interior más complejo y espeso. Según información recogida en Nature, el modelo propuesto justifica el desfase en la deformación a partir de la existencia de esta aguanieve, que conserva capacidad de transformación bajo presión, pero implica menos agua líquida que un mar subterráneo.

La colaboración de Baptiste Journaux y su laboratorio en la Universidad de Washington resultó determinante para caracterizar las propiedades físicas que tendría el hielo y el agua bajo las extremo presiones de Titán. Nature señaló que el equipo desarrolló simulaciones experimentales en condiciones de laboratorio para determinar cómo podría cambiar el comportamiento del agua en la profunda corteza del satélite. Journaux destacó que esa información sirvió para ajustar los modelos teóricos y predecir la respuesta gravitacional esperada de Titán si en su interior predominan capas de aguas densas y túneles de fango, y no vasos de agua líquida extensos.

Durante la misión Cassini, que abarcó casi dos décadas tras su lanzamiento en 1997, los científicos analizaron tanto la atmósfera densa y anaranjada de Titán como los fenómenos líquidos presentes en su superficie, formados no por agua, sino por metano que se acumula en lagos y se precipita en forma de lluvia. Según la investigación detallada en Nature, la superficie de Titán puede alcanzar temperaturas de aproximadamente -183°C (-297°F), lo que explicaría la presencia de estos hidrocarburos líquidos en vez de agua. Este comportamiento atmosférico único también contribuyó a la teoría inicial del océano oculto y la búsqueda de vida.

El nuevo estudio, según Nature, no descarta la presencia de vida, pues sostiene que las bolsas concentradas de agua y nutrientes podrían en realidad ser más convenientes para el surgimiento de seres simples que un océano global. Al estar los recursos limitados a pequeños volúmenes acuosos, la densidad de nutrientes sería mayor, lo que propicia la generación de ecosistemas similares a los que existen en las regiones polares terrestres. Journaux, miembro del equipo de la misión Dragonfly programada para lanzarse en 2028, anticipó que estos datos serán fundamentales para orientar la búsqueda de vida y los experimentos que realizará la sonda en su llegada a Titán.

De acuerdo con lo publicado por Nature, el descubrimiento de esta estructura interna compuesta de aguanieve y fango implica que futuras exploraciones deban ajustar sus hipótesis respecto al potencial biológico y a las condiciones ambientales necesarias para la vida en planetas o lunas de características análogas dentro del sistema solar. Los autores del estudio estiman que estos modelos podrían orientar el diseño de investigaciones en otros objetos planetarios y acotar la búsqueda de vida en regiones donde el agua no se encuentre en forma de grandes océanos, sino atrapada bajo permafrost o mezclada en depósitos de aguanieve densa.

A lo largo del nuevo análisis, Nature citó las palabras de Journaux: «En lugar de un océano abierto como el que tenemos aquí en la Tierra, probablemente estemos viendo algo más parecido al hielo marino o acuíferos del Ártico, lo que tiene implicaciones para el tipo de vida que podríamos encontrar, pero también la disponibilidad de nutrientes, energía, etc.» Esta descripción refuerza la idea de una Titán más compleja y menos uniforme de lo que se asumía, con entornos subterráneos potencialmente favorables al desarrollo de nichos de vida ocultos dentro de su gruesa capa de hielo.

Nature también informó que, a pesar de que resulta poco probable hallar organismos complejos o peces en estos canales subterráneos, un descubrimiento de vida, de existir, podría recordar a los ecosistemas localizados en las zonas más frías del planeta Tierra, donde la combinación de agua, minerales y bajas temperaturas permite la evolución de comunidades microbianas. Los avances logrados por el equipo de NASA y la Universidad de Washington, con apoyo de la recopilación de datos por Cassini, ofrecen así un nuevo marco explicativo sobre la composición y dinámica del subsuelo de Titán y plantean interrogantes para próximas misiones que exploren otros mundos helados.

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