La proyección del Banco de México anticipa que la reducción de los precios de los servicios se alargará más de lo previsto, lo que ha obligado a la entidad a revisar al alza sus expectativas tanto de inflación general como subyacente para el cuarto trimestre de 2025 y los dos periodos siguientes. Al presentar su decisión más reciente de política monetaria, el banco central comunicó que estima un retorno a la meta oficial de inflación hacia el tercer trimestre de 2026. Según informó el medio, la institución subrayó la importancia de mantener la atención sobre factores de riesgo tanto internacionales como nacionales. En esta coyuntura, la autoridad monetaria anunció una disminución de 25 puntos básicos en la tasa de interés de referencia, dejándola en un 7 %. Este ajuste ocurre en un contexto donde predominan la volatilidad global, movimientos cambiarios y presiones inflacionarias causadas en parte por posibles transformaciones en las reglas comerciales externas de países que tienen impacto en la economía mexicana.
De acuerdo con el medio, el Banco de México identificó la potencial modificación de las políticas económicas de Estados Unidos como un factor que introduce incertidumbre en el entorno macroeconómico nacional. La entidad detalló que eventuales cambios en el marco comercial internacional podrían repercutir tanto en la inflación local como en la estadounidense, sumando motivos para mantener una política monetaria prudente así como vigilancia sobre la estabilidad financiera.
Según consignó la fuente, la Junta de Gobierno del Banco de México aprobó unánimemente la continuación del ciclo de reducciones en la tasa de interés. Fundó su decisión en la persistente debilidad de la economía nacional y en la volatilidad observada en el tipo de cambio. Desde la última reunión, donde se había realizado un recorte similar en la tasa, el peso mexicano registró una apreciación ante el dólar. En paralelo, la inflación general aumentó del 3,63 % al 3,80 % entre la primera quincena de octubre y la de noviembre. Este incremento obedeció principalmente a la subida en los precios de las mercancías no alimenticias, según precisó tanto el Banco de México como el medio consultado.
Este comportamiento en los índices de precios llevó al banco central a recalibrar sus previsiones inflacionarias para los próximos trimestres, puntualizando que el ajuste en los servicios llevará más tiempo de lo ideado en un inicio. El informe más reciente de la entidad, citado por el medio, afirmó que la Junta de Gobierno evaluará cuidadosamente las condiciones para decidir el momento adecuado de realizar nuevos recortes en la tasa de interés. Esta política se adaptará a la evolución de factores inflacionarios tanto internos como procedentes del extranjero.
La institución financiera dejó expuesto que la búsqueda de un equilibrio guiará su estrategia, dada la volatilidad global y la exposición de la economía mexicana a eventuales cambios en las políticas comerciales, especialmente emanadas de Estados Unidos. Conforme señaló el medio, entre los principales riesgos identificados figura la implementación de nuevas estrategias comerciales estadounidenses, que podrían alterar considerablemente los balances inflacionarios a ambos lados de la frontera.
El Banco de México también recalcó, según reportó la fuente, el papel que desempeñan la inestabilidad internacional y la debilidad estructural de la economía local en el trazado de su política actual. En su diagnóstico, la autoridad advirtió una debilidad persistente en el desempeño económico nacional durante los meses anteriores, y prevé que esta tendencia se mantendrá al menos hasta finalizar 2025.
En este contexto, la institución reafirmó su disposición a ajustar sus decisiones conforme evolucionen tanto las condiciones internas como las externas, priorizando la estabilidad de los mercados financieros y la convergencia paulatina de la inflación hacia el rango objetivo. El medio indicó que la política monetaria del banco continuará atenta a la posible volatilidad de los mercados financieros globales, así como a los movimientos comerciales de las principales economías con las que México tiene interacción.
El banco central seguirá monitoreando de cerca los datos económicos y las variaciones de precios nacionales, con la perspectiva de responder oportunamente ante nuevos desafíos inflacionarios. La prioridad institucional, según insistió el organismo monetario en declaraciones citadas por el medio, es sustentar la economía y favorecer la sostenibilidad de largo plazo ante un escenario global incierto y sujeto a posibles cambios en las políticas económicas de países líderes.
