Las armas halladas al sospechoso de Brown lo vinculan al tiroteo universitario y a la muerte de profesor del MIT

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La investigación realizada por el laboratorio de Ciencias Forenses de la CSP fue determinante al confirmar que las pistolas halladas junto al cuerpo de Claudio Neves Valente no se utilizaron en ambos hechos, lo cual llevó a los agentes a separar las responsabilidades individuales por cada episodio y descartar la participación de un tercero. Según informó el medio que cubrió el caso, los análisis balísticos y de huellas dactilares permitieron a los expertos asociar cada arma exclusivamente con uno de los escenarios criminales, lo que permitió a las autoridades fundamentar la autoría material de Valente tanto en el asesinato del profesor del MIT, Nuno Loureiro, como en el tiroteo ocurrido en la Universidad de Brown.

Tal como detalló el medio consultado, la relación previa entre Claudio Neves Valente y Nuno Loureiro en la Universidad de Brown, donde coincidieron entre 1995 y 2000, formó parte del contexto que orientó las primeras líneas de investigación policial en Rhode Island y Massachusetts. Las autoridades indagaron sobre la posibilidad de que existiera algún vínculo adicional fuera del ámbito académico, aunque hasta el momento no han encontrado pruebas que respalden esa hipótesis. La atención se centró en identificar si esa conexión podía aportar información relevante sobre la motivación detrás de los crímenes, pero el foco principal de la pesquisa quedó definido por el esclarecimiento de la participación individual de Valente, a partir de la evidencia balística y pericial.

De acuerdo con la publicación original, la intervención del Equipo de Respuesta de Evidencias (ERT) del FBI fue fundamental para asegurar dos pistolas calibre 9 mm y la cartera de Valente en el operativo desplegado en Salem, New Hampshire. Además, el FBI y la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) participaron en la recolección, resguardo y remisión de todo el material probatorio a los laboratorios especializados. El análisis forense permitió comparar los casquillos extraídos en la escena del tiroteo universitario con los recuperados en Brookline, Massachusetts, donde fue asesinado el docente del MIT.

El medio consultado citó un comunicado conjunto de FBI y ATF en el que ambas agencias confirmaron que los estudios técnicos respaldaron la diferenciación de escenarios: una de las armas corresponde al tiroteo en la Universidad de Brown y la otra al homicidio en Brookline. Esta precisión permitió asignar cada una de las pistolas a un hecho distinto, evitando confusión respecto a la implicación de Valente. El cotejo de casquillos se consolidó como el elemento clave para garantizar la identificación de la autoría y delimitar el uso concreto de cada arma de fuego.

Según publicó el medio original, los hechos se desarrollaron de la siguiente manera: aproximadamente una semana antes del hallazgo del cuerpo de Valente, se produjo el tiroteo en la Universidad de Brown, donde dos estudiantes perdieron la vida y otras diez personas resultaron con lesiones. Posteriormente, Claudio Neves Valente, tras abandonar Rhode Island, fue señalado como sospechoso del crimen cometido en Brookline, Massachusetts, donde resultó abatido Nuno Loureiro, quien se desempeñaba como profesor del MIT. La investigación apuntó a reconstruir el trayecto del sospechoso y los posibles vínculos entre ambos ataques.

El trabajo conjunto de las agencias federales y locales incluyó la revisión meticulosa de armas, casquillos y otras pertenencias halladas junto al cuerpo del agresor. Este material fue clave para la reconstrucción de los hechos y la exclusión de la participación de otros individuos, ya que las pruebas periciales descartaron la intervención de terceros tanto en el tiroteo como en el asesinato. Los funcionarios citados por el medio resaltaron la importancia del análisis balístico, que permitió aislar la evidencia correspondiente a cada caso y fortalecer la solidez de la imputación individual.

Reportó la publicación que, pese al avance significativo en el aspecto técnico, la investigación federal no considera cerrado el caso. Continúan abiertas las diligencias para intentar esclarecer el motivo específico de los ataques cometidos por Valente y definir las circunstancias precisas que los originaron. Ninguna autoridad consultada proporcionó información adicional respecto a posibles razones subyacentes o detalles personales sobre la relación entre Valente y Loureiro, fuera de la coincidencia en Brown años atrás.

La complejidad de la pesquisa llevó a conformar un equipo multidisciplinario integrado por la CSP, FBI y ATF, quienes destacaron que el rigor de los peritajes forenses resultó decisivo para establecer las diferencias entre los delitos y asignar la responsabilidad correspondiente. Mientras prosiguen los procedimientos judiciales, las autoridades mantienen abiertas distintas líneas de investigación, a la espera de reunir información nueva que permita acceder a más detalles sobre las motivaciones y el marco de los ataques.

Finalmente, según consignó el medio, el procedimiento técnico empleado para el examen de balística, junto con el análisis de huellas dactilares y la evaluación de pruebas materiales, constituyó el eje central del trabajo investigativo. Esta estrategia basada en la evidencia permitió esclarecer los hechos y avanzar en la delimitación precisa de responsabilidades en ambos escenarios, mientras el caso permanece bajo investigación.

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