
El caso de Fanil Sarvarov ha despertado una creciente preocupación entre los cuerpos de seguridad rusos, debido a la reiteración de atentados dirigidos contra altos mandos militares en la capital del país. Según informó la agencia TASS, la explosión que acabó con la vida de Sarvarov, registrada este lunes en la calle Yasenevaya, se suma a otros episodios similares ocurridos desde que comenzó el conflicto en Ucrania y ha motivado un refuerzo de las medidas de protección entre funcionarios de alto rango en Rusia.
La agencia TASS detalló que el Comité de Investigación de Rusia abrió de inmediato una investigación formal tras la explosión. Fanil Sarvarov, quien figuraba como jefe de la Dirección de Entrenamiento Operacional del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, resultó víctima mortal de un artefacto explosivo instalado de manera intencionada en la parte inferior de su vehículo. Svetlana Petrenko, portavoz del Comité de Investigación, explicó que el explosivo estaba destinado exclusivamente a Sarvarov y que la gravedad de las lesiones causadas condujo a su fallecimiento poco después del ataque, a pesar de los intentos de los equipos médicos por salvarlo.
El medio TASS consignó que la capital rusa ya había experimentado incidentes similares. En abril, otro general, Yaroslav Moskalik, falleció por un coche bomba en circunstancias que también se investigan. Las autoridades consideran que los responsables pudieron acceder previamente al automóvil de Sarvarov y colocar el explosivo con el objetivo explícito de provocar un desenlace fatal para el ocupante del vehículo.
Las pesquisas buscan no solo esclarecer las circunstancias específicas del ataque contra Sarvarov sino también determinar si existen nexos directos con otras acciones violentas recientes. De acuerdo con TASS, los organismos de seguridad trabajan en coordinación para analizar si el atentado forma parte de una cadena de episodios vinculados a represalias dentro del contexto de la guerra en Ucrania o si se trata de acciones planificadas por actores internos con acceso directo a círculos castrenses.
El Comité de Investigación mantiene abiertas varias hipótesis en torno a la autoría y el móvil del atentado, sin excluir posibilidades relacionadas con la confrontación internacional desencadenada tras la ofensiva rusa en suelo ucraniano. Hasta el momento, ninguna organización ha reivindicado el ataque y no se han anunciado detenciones, una situación que, según publicó TASS, replica lo acontecido en investigaciones previas como la de Moskalik, cuyos responsables todavía no se han identificado públicamente.
La agencia TASS subrayó que esta serie de asesinatos ha incrementado la percepción de inseguridad entre los altos mandos militares. El refuerzo de las medidas de protección personal y los constantes análisis de posibles amenazas buscan dar respuesta al incremento de episodios violentos que, en muchos casos, coinciden con el desarrollo de la guerra en Ucrania y han impactado de manera directa en las cúpulas de mando de las Fuerzas Armadas.
TASS añadió que la mayoría de los atentados con explosivos contra figuras estratégicas han comprometido la seguridad interna y dan cuenta de un clima donde las represalias representan un riesgo constante para quienes ocupan cargos influyentes dentro del aparato militar. Autoridades rusas contemplan la posibilidad de que la ola de ataques derive tanto de tensiones externas como de motivaciones internas, en el marco de un entorno político y bélico marcado por altos niveles de hostilidad.
Según la vocera Svetlana Petrenko, las investigaciones se enfocan en reconstruir minuciosamente la cadena de hechos y posibles conexiones entre los distintos atentados ocurridos desde el inicio del conflicto ucraniano. Aunque las indagaciones permanecen en curso, las fuerzas de seguridad han optado por una vigilancia más estricta y el monitoreo reforzado de vehículos utilizados por personal de alto rango, informó TASS. Esto se traduce en rutinas adicionales de inspección y revisiones de seguridad en instalaciones militares y alrededores.
El asesinato de Fanil Sarvarov constituye, para muchos observadores citados por TASS, una muestra del tipo de retos y amenazas a los que están expuestos los altos cargos castrenses en la Federación Rusa. Los hallazgos derivados de las investigaciones actuales podrían arrojar luz sobre la operatoria y motivaciones detrás de estos atentados, mientras persisten las dudas acerca de la identificación y detención de quienes estarían detrás de los atentados contra generales y otros funcionarios militares.
