Ricardo Delgado: “Con estrategias cambiarias rígidas, crear empleo es complejo”

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Según Ricardo Delgado, detrás de la tensión financiera de las últimas semanas se combinan factores económicos y de gestión. A una dinámica negativa del BCRA, que perdió US$6000 millones desde comienzos de año, que refleja las dudas sobre la sostenibilidad del tipo de cambio actual, se suma la incertidumbre que existe por el futuro cambiario tras el acuerdo con el FMI. “El Gobierno está cometiendo errores no forzados en la comunicación, y ahí estamos pagando cosas que se podrían haber evitado”, concluye.

-¿Qué errores?

-Cuando uno no tiene un acuerdo cerrado no lo tiene que comunicar. Hay que tenerlo en una enorme cantidad de aspectos cerrados, sobre todo uno de los centrales como es la cuestión cambiaria que ha sido parte de rumores y de discusiones en estas últimas semanas que han generado incertidumbre en los mercados. Y tiene que ser bien comunicado porque los efectos sobre los mercados y luego sobre la economía real empiezan a ser cada vez más importantes.

-¿Qué se podría haber hecho distinto?

-El Banco Central perdió alrededor de US$6000 millones desde que arrancó el año hasta acá, el 3 de enero hasta abril, en términos de reservas brutas. Hay un problema claramente, y el FMI lo ve, porque es una de las metas. El Fondo es un acreedor y como tal quiere ver que su deudor tenga capacidad de repagar en algún momento como mínimo los intereses de su préstamo. Y como cualquier acreedor, quiere que se tomen medidas que vayan con eso, en este caso, la acumulación de reservas, algo que el Gobierno no está mostrando. Creo que los acuerdos de este tipo, insisto, se tienen que comunicar cuando están prácticamente cerrados, con el staff técnico y además conversado con los principales accionistas del FMI. Eso me parece que está sin definir.

-¿Hubo apuro en el anuncio?

-Creo que sí. También estos son anuncios de tipo políticos, además de económicos. El Gobierno venía complicado con el caso Libra, entonces tenía que sacar de agenda algunas cuestiones, que lo que irritaban desde el punto de vista político, y un acuerdo con el FMI es algo que quita de la agenda los otros temas que se venían discutiendo. Pero no tenerlo cerrado, implica zozobras en el mercado en un precio clave como es el dólar. Cuando el dólar está en la tapa de los medios, la situación se empieza a complicar.

-¿Qué gatilló este episodio?

-Los mercados empezaron a percibir que esta noticia que fue anunciada por el Presidente el 1° de marzo en la Asamblea legislativa no estaba cerrada y finalmente empezaron a tomar nota de que el FMI tiene en mente un cambio de régimen cambiario, cuando el Gobierno había arrancado un mes antes con este esquema de tipo de cambio cuasi fijo con el crawling peg al 1% y que evidentemente se iba a cambiar.

-El Gobierno ahora busca sumar nueva deuda con el FMI y de organismos como el BID, Banco Mundial y CAF. ¿Qué señal da esa estrategia hacia los agentes económicos? ¿Es apoyo o muestra debilidad del plan?

-Sobre los organismos multilaterales, el Gobierno hasta ahora no ha liberado ningún crédito vinculado a organismos. El año pasado fueron US$4000 millones, no ingresaron y podrían haber liberado obras de infraestructura muy significativas en varias provincias. Bienvenido ahora que esta necesidad de nuevo financiamiento de dólares suma a los organismos sobre todo en un sector que ha sido muy castigado en este largo año ya de gestión de Milei que es la infraestructura, que es uno de los puntos centrales que hay que discutir en lo que viene de agenda hacia adelante.

Ricardo Delgado:

-¿Y con respecto a sumar deuda con el FMI?

-Nosotros ya decíamos en la última parte del año pasado en medio del auge del ingreso de dólares al sistema financiero por el blanqueo, cuando entraron más de US$20.000 millones, que el Gobierno iba a necesitar un acuerdo con el Fondo, porque le iba a permitir llegar en condiciones más competitivas a las elecciones de octubre. Que son centrales, porque ahí juega buena parte de su capacidad de gestión parlamentaria en los últimos dos años que le quedan, y donde no tiene nada que perder y mucho por ganar, porque no tiene diputados prácticamente y no tiene senadores. Entonces, ya visualizábamos acá el acuerdo con el FMI, más allá del ingreso de dólares de la soja. Y también, parte de la discusión cambiaria tiene que ver con cuál va a ser el tipo de cambio que el productor o sojero va a percibir para liquidar. Parte del acuerdo con el FMI va a ser eliminar el dólar blend, sin dudas. Si es fortaleza o debilidad, es una mezcla de las dos cosas. El Fondo te ordena, te permite sentarte con los acreedores privados. Hay un vencimiento importante en julio, para eventualmente refinanciar el capital. Pero la foto, de US$6000 millones de reservas que se perdieron indican que hay una necesidad en términos de sostenibilidad de la estrategia cambiaria.

-¿Qué resuelve esa sostenibilidad?

-Creo que hemos aprendido bastante que una devaluación en sí misma no resuelve nada en Argentina, pero que las estrategias del enamoramiento cambiario tampoco. Claramente el tipo de cambio fue utilizado como ancla para bajar la inflación, la fiscal y la cambiaria fueron las anclas que permitieron una fuerte desinflación. Ahora la pregunta es el costo de esto, un déficit de cuenta corriente que se va a ampliando. Los pagos por importaciones superan a la liquidación de exportaciones, tenés el tema turismo, los pagos de deuda. Todo eso hace que el déficit de cuenta corriente empiece a encender algunas no te digo alertas pero luces amarillas. Ahora, el Fondo te va a pedir a mi juicio en algún momento una unificación cambiaria, algún esquema de flotación, porque no es muy afecto a los tipos de cambio fijos o cuasi fijos. Todos son detalles que en estas últimas horas no hemos podido develar y que son centrales. Y por eso la primera respuesta que estamos viendo de los mercados ha sido, te diría, muy neutra.

Ricardo Delgado:

-¿Hay atraso cambiario? ¿Es sostenible el crawl al 1%?

-Hablar de atraso en Argentina es complejo. Vas a tener siempre opiniones divergentes en función del economista o la persona que le consultes. Ahora lo que uno observa es que por el lado de la actividad económica real y productiva, cada vez hay más sectores y empresas que te dicen: ‘Los costos laborales en dólares se me están complicando’. Eso genera pérdidas de competitividad que hacen que sectores transables de la economía que o compiten con las importaciones o producen para exportar empiecen a sentir al costo laboral como un problema. Y eso genera un problema hacia adelante en términos de creación de empleo, que es uno de los temas centrales que el país tiene que empezar a fortalecer en los próximos años. Después cuando ves el dato de turistas argentinos que viajan al exterior, de extranjeros que ingresan a la Argentina, y que la diferencia se vuelve cada vez más significativa, evidentemente ahí también tenés un problema. Este Gobierno no es el único que se ha enamorado de esta estrategia de dólar barato.

-¿En qué sentido?

-Todos, de Cristina a esta parte, han más o menos abusado del dólar barato como parte de generar esta sensación de bienestar de corto plazo, en donde los argentinos hacemos la cuenta, dividimos nuestro ingreso por el dólar planchado y eso nos da cada vez mejor. Ahí hay que discutir cuál es el tipo de cambio de la Argentina que hace que la sociedad perciba que está mejor pero también esté en condiciones de producir y exportar.

-Esos episodios terminan en devaluación, caída en el nivel de actividad. ¿Por qué esta vez sería diferente?

-Esta vez es diferente porque hay superávit fiscal. Es parte de eso. Lo que hace es ordenarte el mundo de los pesos, te seca de alguna manera el exceso de pesos que podría correr contra el dólar y permite sostener mejor las cotizaciones. Ese es un punto. También en mayo del año pasado nosotros decíamos que el cepo es muy funcional.

Ricardo Delgado:

-¿Por qué?

-Porque al tener cepo, los pesos que no pueden libremente dolarizarse evitan una mayor demanda. Pero en el mundo de los dólares hay que trabajar. El Gobierno tiene que crear las señales adecuadas para que no solamente ingresen dólares, sino que se produzcan y se generen actividades que desarrollen nuevos dólares por el lado del comercio, más exportaciones. La Argentina sigue dependiendo todavía hoy del complejo sojero como el único proveedor neto de divisas de la economía argentina. El sector de gas y petróleo es un muy dinámico, pero este año producirá apenas unos US$3000 más de saldo comercial respecto del año pasado, que es equivalente a medio mes de importaciones. Hay que trabajar, por ejemplo, las inversiones extranjeras. Dentro del cepo están las empresas multinacionales que no pueden girar dividendos al exterior. Siempre fui partidario de que el cepo no se debía levantar de una, y el Gobierno fue muy pragmático en eso y fue liberando algunas cuestiones, pero sí me parece que se podría haber avanzado y se debería avanzar, por ejemplo, en permitir que las multinacionales empiecen a girar el flujo de utilidades. El stock lo discutimos, con un cronograma, Bopreal o algún esquema para documentar esa deuda, pero el flujo es importante, porque cuando los directores argentinos de esas empresas discuten en Nueva York, Paris o Berlín inversiones en la Argentina, el accionista dice: ‘Pero no podemos sacar los dividendos’. Entonces la inversión no va a venir.

-En ese escenario, ¿qué perspectivas hay para el consumo y la actividad?

-En el consumo hay como dos realidades. El consumo masivo, de alimentos en particular, está planchado, y eso está muy ligado a que el salario, si bien recuperó, no está en niveles que te permiten aumentar los niveles de compras. Pero por otro lado el crédito está permitiendo que los bienes durables crezcan violentamente. Y es un dato que explica por qué crece el consumo global.

-Si con este dólar, las empresas tienen problemas con el costo laboral, ¿qué margen hay para recuperación de los salarios?

-Vos tenés costos en dólares que se miden al tipo de cambio oficial para aquellos que compiten con importaciones o que producen para exportar, por un lado, y ese trabajador no tiene la capacidad de compra que tenía hace cuatro, cinco o seis años. Y esto va a ser así. La recuperación salarial va a ser muy lenta. El problema es que cuando te enamorás de estrategias cambiarias tan rígidas, la capacidad de crear empleo se vuelve cada vez más compleja. Hay una enorme cantidad de sectores donde el costo laboral empieza a ser una variable a considerar y en consecuencia la situación en términos de creación de empleo se vuelve imposible y empiezan a aparecer señales amarillas.

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