WASHINGTON.- Elon Musk, uno de los principales asesores y aliados empresariales del presidente Donald Trump, ha comenzado a deslizar críticas públicas contra las políticas comerciales de la administración, defendiendo una mayor apertura económica que contrasta con la estrategia proteccionista impulsada desde la Casa Blanca.
Durante una videollamada en un congreso del derechista Partido de la Liga en Italia, el director ejecutivo de Tesla abogó por establecer un régimen de “aranceles cero” entre Estados Unidos y Europa. Su planteamiento se produjo en un momento especialmente sensible: Trump acababa de endurecer su postura comercial con la imposición de nuevos gravámenes sobre productos de cerca de 60 países.
Peter Navarro explaining the tariffs.
This guy has a PhD in Economics from Harvard.pic.twitter.com/UHjqFLu2vD
— Department of Government Efficiency News (@DOGE__news) April 6, 2025
La respuesta desde Washington no se hizo esperar. Peter Navarro, principal asesor comercial de Trump y arquitecto de su política arancelaria, desestimó las declaraciones de Musk, calificándolo de “ensamblador de autos” que depende de piezas extranjeras.
En una entrevista con CNBC, Navarro reconoció el aporte de Musk en la racionalización del gasto público, pero minimizó su autoridad para opinar sobre comercio internacional. “Cuando se trata de aranceles, todos en la Casa Blanca —y el pueblo estadounidense— entendemos que Elon no es realmente un fabricante de automóviles; es un ensamblador de autos”, afirmó, señalando que muchos componentes de Tesla provienen de Japón, China y Taiwán.
La propuesta de Musk de avanzar hacia una zona de libre comercio chocaba frontalmente con los planes de Trump, que contemplan imponer un arancel general del 20% a los productos provenientes de la Unión Europea (UE). En paralelo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció que Europa estaba dispuesta a negociar con Estados Unidos, ofreciendo una propuesta de “cero por cero” en aranceles a los bienes industriales. Aunque Navarro calificó esta oferta como “un buen comienzo”, advirtió que también era necesario abordar el “engaño mediante barreras no arancelarias”.
La intervención de Musk se produce en un contexto de creciente nerviosismo en Wall Street ante las consecuencias de la guerra comercial. Jamie Dimon, presidente ejecutivo de JPMorgan Chase, advirtió sobre posibles daños económicos de largo plazo, mientras que Bill Ackman, gestor de fondos y también partidario de Trump, alertó que los aranceles podrían desencadenar un “invierno nuclear económico” si no se corrige el rumbo.
Simultáneamente, Tesla enfrenta sus propios desafíos: la compañía ha registrado una fuerte caída en sus ventas trimestrales y sus acciones cotizan a 227,32 dólares, cerca de la mitad de su máximo de 52 semanas. A esto se suma la polémica en torno al papel de Musk al frente del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental, cuyas controversias también han tenido eco en el mercado.
En el plano internacional, Pekín ha aprovechado la coyuntura para cortejar a las empresas estadounidenses que operan en China, buscando reafirmar su compromiso con la protección de sus intereses frente al proteccionismo de Washington. En un encuentro celebrado el domingo con representantes de una veintena de compañías norteamericanas —entre ellas Tesla, GE Healthcare y Medtronic—, el viceministro de Comercio, Ling Ji, afirmó que las tarifas de represalia chinas buscan “devolver a Estados Unidos al camino correcto” y “proteger firmemente los derechos e intereses legítimos de las empresas, incluidas las estadounidenses”.
Por su parte, Navarro defendió la estrategia de la administración Trump subrayando la apuesta por la producción nacional. “La diferencia entre nuestro pensamiento y el de Elon es clara. Queremos neumáticos hechos en Akron, transmisiones fabricadas en Indianápolis, motores producidos en Flint y Saginaw, y queremos que los autos se construyan aquí, en Estados Unidos”, aseguró.
— Elon Musk (@elonmusk) April 7, 2025
Musk, lejos de retroceder, reforzó su postura publicando en X un conocido video del economista Milton Friedman en defensa del libre comercio, donde se ilustra cómo la fabricación de un simple lápiz depende de complejas cadenas de suministro globales. Además, en respuesta a un usuario que elogiaba la formación académica de Navarro, Musk disparó: “Un doctorado en Economía de Harvard es algo malo, no bueno”, e insinuó que el asesor carece de experiencia práctica en el mundo económico: “No vale nada”, escribió.
El distanciamiento de Musk marca un quiebre simbólico dentro de las filas empresariales que hasta ahora respaldaban a Trump y evidencia la creciente tensión entre el impulso proteccionista de la Casa Blanca y los sectores que apuestan por un comercio global más abierto.
Agencias AFP y Reuters