Las grandes catedrales góticas se construían buscando el cielo; las ciudades sagradas se erigían en las alturas, tanto como se hacía con infinidad de templos y monasterios. Hoy, aviones y drones surcan el firmamento en nombre de una humanidad que no parece creer ni siquiera en sí misma. Mientras, allí siguen los viejos retiros, espacios ganados a la piedra, al monte, a la montaña. Lugares donde el silencio es una presencia compacta y la noche, un manto inapresable. El Monasterio de la Santísima Trinidad, uno de los seis “monasterios en el cielo” de Meteora, en Grecia, fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y no cuesta sospechar por qué. Están los frescos del siglo XVII, el aroma al tiempo que emana de cada uno de esos rincones y la búsqueda de algo más, algo más grande que una simple vida humana: el hálito de la trascendencia.
Bombazo en el automovilismo: renunció el vicepresidente de la FIA y largó acusaciones contra Mohammed Ben Sulayem
Vie Abr 11 , 2025
En medio de tensiones en la Federación Internacional del Automóvil (FIA), renunció Robert Reid, el vicepresidente del organismo rector de series de carreras de autos como la Fórmula 1. La decisión, que fue comunicada a través de un comunicado compartido en redes sociales, se da en un contexto de críticas […]
