Hay un termómetro para medir el miedo de los inversores, y en las últimas semanas no hay ningún antipirético que surta gran efecto. El indicador que se utiliza es el índice VIX, o “índice del miedo” y marca niveles similares a los de 2020, en plena pandemia.
“Si bien cada mercado bajista es distinto del anterior, siempre hay una constante que se mantiene: mientras más altas son las valuaciones, más alta es la caída. Es por eso que recomendamos prudencia y bajar el riesgo al mínimo en este contexto”, advierte Ignacio Murua, asesor de Quicktrade SBS. “Entendemos -avanza- que las valuaciones de las empresas estadounidenses siguen elevadas y, por sobre todo, la política y economía global altamente inciertas. Dentro de este mercado, elegimos sobreponderar los sectores de valor con compañías más defensivas y menos afectadas por todo el contexto actual como salud, consumo básico y servicios públicos principalmente”.
Swap con China: acuerdan renovar el tramo activado por un plazo adicional de 12 meses
Mariano Ricciardi, socio de BDI, aporta primero datos estadísticos. “En la crisis financiera de 2008 el S&P 500 perdió alrededor del 56% de su valor. La recuperación total tomó más de cuatro años. En la crisis del covid en solo un mes, el S&P 500 perdió más del 34%. Sorprendentemente, recuperó todo en cinco meses. En agosto ya estaba nuevamente en máximos históricos”
“Podemos ver que las crisis son cada vez más intensas y más cortas. Con lo cual, si esto se repite, la mejor alternativa es tratar de no vender y esperar. Es más, si hay liquidez, aprovechar para comprar más barato siempre que haya valor en esos activos”, razona Ricciardi.
En la Argentina la incertidumbre que gana a los mercados del mundo se conjugó con un clima expectante por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Ayelén Romero, responsable de mercado en Rava, es contundente en su primer sugerencia: “en este contexto, resulta fundamental contar con una cartera diversificada y con buena liquidez. Es esencial actuar con cautela al momento de armar la cartera y tener plena conciencia del riesgo asociado a cada activo”.
Sea para empresas o para inversores individuales que buscan refugio para sus pesos, Nicolás Max Director de Asset Management en Criteria, remarca la palabra prudencia para la gestión de caja y liquidez. “Es el principio fundamental -dice- de quien debe tomar decisiones de inversión. En esa dirección las Letras a tasa fija (lecaps) hasta 60 días con vencimientos escalonados a los flujos de pagos previstos son el instrumento más idóneo sin asumir descalce de plazos ni riesgos crediticios dado el compromiso fiscal del gobierno actual y su capacidad de renovar los vencimientos en el mercado local”.
Isabel Botta, Product Manager en Balanz, suma otra alternativa para los pesos de corto plazo. “Preferimos evitar posiciones atadas a una tasa fija. En su lugar, buscamos instrumentos que se ajusten mejor a este entorno volátil, como los bonos CER. Un ejemplo concreto es el TZXO5, que nos permite estar cubiertos en caso de una aceleración inflacionaria, sin perder exposición al tramo más corto de la curva”, detalla.
Todos los bolsillos
Para los que buscan simplicidad, los fondos comunes de inversión de money market, las billeteras virtuales o las cuentas remuneradas son una opción mucho más flexible que un plazo fijo con rendimientos que le compiten muy bien a esta opción.
Banco Supervielle, por ejemplo, lanzó la semana pasada su cuenta sueldo remunerada con una tasa de 32% anual en pesos -hasta $1 millón- y 2% anual en dólares. “En un contexto en el que los usuarios demandan cada vez más soluciones ágiles y rentables para gestionar su dinero, Supervielle se convierte en el primer banco en remunerar de forma diaria y automática el saldo de quienes acreditan haberes en la entidad”, explicó Gustavo “Paco” Manriquez, CEO de la entidad, y agregó que también potencian las opciones de inversión integrándose con IOL Inversiones, el broker del grupo Supervielle.
Entender el contexto también permite reconocer riesgos y oportunidades. “El mercado local, al igual que el resto del mundo, se alineó con las caídas de Estados Unidos. Si bien la atención del mercado argentino está puesta en el desembolso por parte del Fondo y en cómo se administra ese monto, la fuerte baja del mercado estadounidense impide cualquier desacople. Por esta vez, las cuestiones locales quedan en un segundo plano frente a la presión global”, describe Romero de Rava”.
Desde Balanz, Botta, anota algunas sugerencias “para quienes buscan construir una cartera en dólares con enfoque de largo plazo”. “Priorizamos activos con alta calidad crediticia. Dentro de este universo, vemos oportunidades atractivas en bonos corporativos de emisores como Pan American Energy (PAE), Pampa, Telecom o YPF, que combinan buen rendimiento con fundamentos sólidos”.
Murua, de Quicktrade SBS, resalta las oportunidades que puede ofrecer el mercado local una vez que baje la espuma. “Creemos que la realidad argentina, en términos macro y fiscales, es muy parecida (y quizás mejor si consideramos que hay un acuerdo con el FMI en la mesa) a la de hace tres meses atrás, pero los precios de los activos están entre un 30% y 40% más baratos. Dentro de la renta variable nuestra preferencia se mantiene en Vaca Muerta con YPF, Vista, Pampa y TGS a la cabeza”.
Como recomendación final y clave en esto momentos Ricciardi marca tres puntos a tener en cuenta:
* Evitar decisiones impulsivas: vender activos durante una caída del mercado puede cristalizar pérdidas que podrían haberse recuperado con el tiempo.
* Diversificar la cartera: mantener una variedad de activos puede mitigar el riesgo.
* Enfocarse en el largo plazo: los mercados han demostrado una tendencia histórica a recuperarse de las caídas. Inversores con horizontes a largo plazo pueden beneficiarse al mantener sus posiciones durante períodos de volatilidad.
La última sugerencia de Murua va para los inversores más conservadores. “Podemos conseguir Obligaciones Negociables de emisoras de primera línea con tasas entre 7% y 8% si miramos horizontes de inversión hasta 2029 y por encima del 8% si miramos plazos por encima del 2030. En el plano soberano, entendemos que los bopreales ofrecen garantías para el inversor que lo hacen mucho más seguros que la curva soberana”, concluye.ß