Desde la asunción de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, y con mayor intensidad en las últimas semanas, la única constante en los mercados internacionales ha sido la volatilidad.
Impacto: los exportadores dicen que la flotación cambiaria podría mejorar el precio de los granos
La política de imposición de aranceles comenzó formalmente a fines de marzo con un gravamen del 25% a todos los automóviles importados al país. Sin embargo, el punto de mayor inflexión se produjo el pasado 2 de abril, cuando el presidente exhibió públicamente la ya célebre tabla con el nuevo esquema arancelario: un arancel base del 10% para todas las importaciones, vigente desde el sábado 5 del corriente mes, al que se suman diferentes porcentajes adicionales según el país de origen a partir del miércoles 9 de abril. Los incrementos más significativos fueron del 20% para la Unión Europea y del 34% para China.
En respuesta, el gobierno chino anunció una contramedida elevando sus propios aranceles hasta un 84%. A su vez, el mismo 9 de abril, el presidente Trump comunicó a través de las redes sociales que, como respuesta a la medida china, los aranceles a ese país se incrementarían al 125%, lo que, sumado al 20% original, eleva el total efectivo al 145%. Por otro lado, a la mayoría de los países que han iniciado conversaciones con la Casa Blanca en busca de acuerdos bilaterales, se les ha concedido una prórroga de 90 días antes de la entrada en vigencia de los aranceles recíprocos.
Este contexto ha generado un alto nivel de incertidumbre en los mercados, reflejado en jornadas de extrema volatilidad. Cuenta de ello dan los principales los índices bursátiles, con el Dow Jones, el S&P500 y el Nasdaq operando en valores que no se veían desde mayo pasado. El petróleo rozando los 60 dólares, un precio del barril no se veía desde 2021. Por el lado de los ganadores tenemos a la bolsa Europea que se recupera casi un 4% luego de la tregua arancelaria, mientras que el gran ganador es el oro, que cotiza en un techo nunca visto en los últimos 20 años superando los 3000 dólares la onza.
Particularidad
En lo que respecta específicamente al mercado de granos, a pesar del panorama general descripto, las bajas observadas han sido moderadas. Incluso, en las últimas ruedas se registró una leve recuperación en los precios. Por el momento, los valores parecen resistirse a nuevas bajas, aunque la evolución seguirá atada a la dinámica global.
Mientras tanto, en el plano doméstico, a toda esta incertidumbre se suman las propias del plano monetario/cambiario. Mientras el gobierno negocia con el FMI y otros actores como el BID, el Banco Mundial y hasta el propio Tesoro de los Estados Unidos nuevos ingresos de divisas que le permitan recomponer las reservas del Banco Central, las pocas o más bien nulas certezas sobre lo que ocurrirá con el tipo de cambio completan el menú. En síntesis, pocas veces hemos sido testigos de semejante nivel de incertidumbre trasladada a la variación de precios. No obstante, todavía y en función de los importantes premios que aún mantienen los valores FOB del maíz y de la soja argentinos, respecto a un Chicago que pareciera no querer bajar, nos permite aún ya en plena cosecha capturar precios que, a priori nos otorgan niveles de rentabilidad aceptables. Y esa debiera ser la premisa en semejante contexto.
El autor es socio de Nóvitas SA.