La musa de la arquitecta Sabrina Nerguizian es Clara, una neuquina de 33 años que decidió lanzarse a la aventura de expandir en Buenos Aires su marca de tejidos para bebés. Entre los deseos y las necesidades que debía cumplir, dos marcaron el diseño global: tener un rincón para tejer y traer algo del bosque patagónico al interior.
Así, tomó forma este departamento que forma parte de Experiencia Living, en el que reinan las texturas y los colores cálidos que nos transportan al inigualable lago Lolog (paisaje en el que Clara se crió), y donde los rituales se celebran: desde una copa de vino al final del día hasta el uso de cremas antes de dormir y el silencio necesario para crear.
Con alma sureña
Como lo primero que se ve al entrar es la cocina, se buscó resolverla de una forma elegante, con soluciones funcionales que permiten disimular los electrodomésticos desde la esquina con un sistema de apertura y una bandeja de extracción. Esto hace que el posible desorden no quede en primer plano.
Buscamos generar un hogar íntimo, con alma sureña, donde conviven la simpleza y la sofisticación.
Arq. Sabrina Nerguizian, creadora del espacio.
El punto de partida inspirador para Sabrina fue la necesidad de traer el Sur y sus bosques al departamento. “Ese fue el punto de partida de cada decisión, de la elección de los materiales. Todos se conectan muy bien con la idea de naturaleza: la grifería con acabados mate, las piedras con texturas o apomazado (que generan una sensación especial al tocarlas) o las melaminas símil madera de Faplac, que remiten a la calidez del ecosistema patagónico”.
Buscando darle prolijidad máxima al sector, se ocultaron los especieros tras paneles deslizantes en la alzada.
Fluir en armonía
“Quisimos que los muebles, en lugar de ponerle fin a los espacios, los integren y generen proyección con una iluminación estratégicamente ubicada para dar profundidad visual”.
Una de las prioridades para Sabrina fue que su habitante llegara y se sentiera a gusto y en armonía inmediatamente.
“El lugar que habitamos nos predispone y queremos que sea de una forma positiva. Por eso, le dimos a este departamento fluidez espacial y visual, usamos una paleta que juega con los tonos neutros y aportamos calidez. Esa fue la estrategia para terminar de vincular todos los espacios”.
La biblioteca tiene estantes que se vuelven macetas llenas de verde. “Por detrás, el trabajo de Lucía Molina en la pared con revestimiento de Colorín, genera un efecto de profundidad, luces y sombras que remiten a la naturaleza e invitan a la contemplación”, detalla Sabrina.
A la luz de la Luna
La integración de los sectores se replica con la unificación del vestidor y el dormitorio, donde emerge la luna personal que Sabrina ideó para Clara.
“De forma metafórica, la luna sobre el respaldo de cama está inspirada en las noches estrelladas del sur”.
Lucía Molina aplicó revestimiento Travertino ‘Rulato’ de grano medio (Colorín) para representar la Luna, el mismo recurso que vimos detrás de la biblioteca del living para imitar la piedra. Luego, Sabrina jugó con distintos planos. Por delante de la figura, generó el vacío con melamina Faplac ‘Lino Chiaro’. Entre este y la pared, colocó la iluminación.
“Siempre es importante considerar el efecto que generás en la persona que habita un hogar. La forma más fuerte de lograr la buena energía es propiciando la armonía”, reflexiona la arquitecta.
El dormitorio en suite tiene salida directa al balcón, donde las plantas vuelven a dar color.
Creación artesanal
El rincón de inspiración y trabajo de Clara se ubicó en el espacio que originalmente estaba destinado al lavadero.
“Sin importar los metros cuadrados, desde el diseño se puede lograr que el espacio de cada uno sea realmente propio, que lo identifique y responda a sus necesidades y gustos. Nuestro hogar tiene que ser un lugar que nos llene de energía positiva, que nos predisponga de buena manera”.
Texturas y formas presentes en el toilette, que combina un espejo de forma orgánica (Glassanex) con el brillo de la piedra en el vanitory.