¿La ansiedad por probar si lo anunciado era real, la necesidad de contar con dólares para atender compromisos próximos, o la tentación que se despertó al ver que el billete abrió el lunes —día de la apertura del cepo— ofrecido a un precio hasta 12,1% menor al que habían cerrado el viernes los dólares MEP o Blue, es decir, los hasta allí accesibles para el público?
La respuesta probablemente sea un combo de todas esas posibilidades. Por lo pronto, lo cierto —y ya confirmado por los números oficiales— es que los ahorristas compraron unos US$550 millones en el primer día de libre acceso al mercado oficial para personas.
La suba de depósitos 1er día con «compra libre» de 💵 para minorista
+455 millones pic.twitter.com/LMVbcImWaN— Amilcar Collante (@AmilcarCollante) April 17, 2025
El 83% de las divisas adquiridas quedó en cajas de ahorro bancarias, lo que hizo que el stock de depósitos privados en moneda extranjera trepara de US$29.048 a US$29.503 millones de un día para el otro. El resto fue retirado o utilizado para pagos y luego reconvertido a pesos.
“La suba de depósitos 1er día con “compra libre” para minoristas fue de +455 millones», hizo notar el economista Amílcar Collante, director de Centro de Estudios del Sur (CeSur) mediante un posteo en X.
Las cifras confirman lo que se preveía, ya que aquel día fueron muchos y públicos los reportes de problemas para adquirir dólares por homebanking. Ante el aluvión de consultas y operaciones, muchas páginas colapsaron en las primeras horas de actividad. “Fue un boom, esperable pero inmanejable a la vez… con el correr de las horas todo se normalizó”, reconocieron en una entidad privada líder.
Incluso hubo un detalle llamativo: una cantidad no menor de las transacciones fue casi simbólica, con personas que compraron desde US$1 a menos de US$50, en muchos casos solo para comprobar si realmente el esquema funcionaba.
Con el correr de los días, la demanda amainó notablemente, aunque el precio al que el dólar se ofrecía se movió marcadamente a la baja el miércoles. “Los números que manejamos dicen que las compras ya bajaron casi 70% el martes y directamente se pincharon ayer”, coincidieron en señalar desde distintos bancos y billeteras consultadas por La Nación.
En este último segmento —especialmente entre los más jóvenes— se disparó la apertura de cuentas en dólares para poder operar en el mercado.
El cambio en el esquema cambiario parece haber llegado en un momento “oportuno”: cuando la incertidumbre que estalló un mes antes sobre la continuidad del crawling-peg al 1% ya había comenzado a provocar un desarme de plazos fijos en pesos. Esto se sumó a la ola de liquidación de bonos en pesos y colocaciones en fondos de dinero. La liquidez hizo su irrupción en ese marco de dudas y obligó al Banco Central (BCRA) a vender US$2500 millones de sus reservas entre el 14 de marzo y el pasado viernes.
Las cifras oficiales muestran que en las siete jornadas hábiles de abril previas al cambio de esquema, cuando se concentran la mayoría de los vencimientos (casi el 70% dispuestos al plazo mínimo de 30 días), los ahorristas desarmaron $1,24 billones en este tipo de inversiones. Así, el stock de colocaciones pasó de $42,67 billones a $41,43 billones al último viernes.
Ese goteo fue el que provocó que las entidades financieras respondieran con una agresiva suba de la tasa del plazo fijo minorista —de hasta siete puntos porcentuales— para intentar frenarlo. La reacción llegó en un contexto donde la demanda de crédito sigue activa (aunque con menor fuerza) y las posiciones de liquidez de los bancos dejaron de ser holgadas desde hace un par de meses.
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