A 34 años del Hudson: el pueblo que se quedó sin amanecer por el volcán cumplió un sueño para la cereza más austral del mundo

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EL CALAFATE.- Los productores de cerezas de la localidad de Los Antiguos, 34 años después de haber sufrido las cenizas del volcán Hudson, lograron un hito histórico: la Denominación de Origen, DO “Cereza del Valle de Los Antiguos-Patagonia”, que les permitirá seguir posicionando su destacado producto en el exterior por su calidad premium y por ser la cosecha más austral del mundo.

Ahora los productores de cerezas de la localidad ubicada sobre el Lago Buenos Aires, junto al límite fronterizo con Chile, cumplieron un sueño que empezó a gestarse hace más de cinco años: lograr que el producto cosechado y empaquetado en origen se encuentre entre los selectos del país que llevan la DO, una carta de presentación de calidad y prestigio mundial.

“El que está en el rubro, valora este sello, sabe que detrás de eso hay un proceso de control de calidad y es una garantía para el producto”, aseguró el ingeniero Federico Guerendiain uno de los impulsores de que la cereza ahora cuente con el reconocimiento de marca.

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Es imposible separar la historia de Los Antiguos del estallido del volcán Hudson. Muchos de quienes hoy celebran la DO para su producto estaban en la localidad la mañana del 13 de agosto de 1991, cuando el pueblo no tuvo amanecer. Una tormenta de cenizas lo tapó todo y durante varios días reinó la noche. Familias enteras se fueron; otras resistieron. Más de tres décadas después, este verano lograron una zafra de 2000 toneladas de cerezas, buena parte la exportan, explotan el turismo rural y se han convertido en un valle fértil en medio de la estepa patagónica.

En 1991 los restos volcánicos del Hudson alcanzaron los 18.000 metros de altura y por efecto del viento sepultaron 10 millones de hectáreas patagónicas, cerca de 600.000 ovejas de la región murieron por la falta de pasturas y agua, y un tendal de chacras y estancias quedaron arruinadas. Nada volvió a florecer durante años y pocos apostaban a la recuperación del lugar.

Una de las chacras en Los Antiguos que exporta cerezas al mundo

El clima frío, los suelos arenosos y la abundancia de agua le dieron al lugar un microclima para sembrar cerezas tardías, cultivo que empezó a experimentarse a principio de los ‘80. Pero después del Hudson parecía imposible que volviera a florecer. Sin embargo, con cenizas y todo hubo quienes se animaron a migrar a Los Antiguos.

“El volcán nos puso en el mapa, durante meses guardé el diario con la historia de Los Antiguos hasta que me salió trabajo aquí”, cuenta hoy Federico Guerendain, que a poco de recibirse de ingeniero agrónomo migró al sur desde Buenos Aires. Llegó en 1993, fue gerente de la Cooperativa El Oasis, que nuclea a un grupo importante de productores, después se convirtió en productor, ahora es tesorero y también integra la Asociación Civil que promovió la DO.

Asociación Civil Consejo de la Denominación de Origen Cereza del Valle de Los Antiguos – Patagonia, los productores y técnicos de Los Antiguos que impulsaron el logro

El miércoles se publicó en el Boletín Oficial la resolución de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca del Ministerio de Economía que reconoce oficialmente la Denominación de Origen (DO) “Cereza del Valle de Los Antiguos – Patagonia”. Es el resultado que por mas de cinco años llevaron adelante un grupo de productores tanto de la Cooperativa El Oasis como de la firma Río Alara que conformaron la Asociación Civil Consejo de la Denominación de Origen Cereza del Valle de Los Antiguos – Patagonia.

“Quienes quieran producir bajo la DO deberán ser parte de la Asociación Civil, y cumplir con todos los detalles técnicos previstos por la normativa para ser considerado una fruta de calidad. Como nos toca supervisar todo el proceso ahora es el turno que nos capacitemos con un asesor externo para llevar adelante todo lo que se viene”, explicó Guerendain a LA NACION. No toda la cereza llevará el logo de DO, solo aquella que cumpla con los parámetros de calidad.

El ingeniero agrónomo aseguró que es común que en muchos lugares del país se comercialice “cereza de Los Antiguos cuando en realidad no lo es, el respaldo del DO debe frenar esto, la marca estará protegida y además por tener el sello del DO los productores recibirán un reintegro a las exportaciones del 0,5%”.

El INTA de Los Antiguos jugó un papel clave en este proceso: aportó determinaciones sobre la calidad del fruto que permitieron caracterizar a la cereza local y diferenciarla del resto del país y el mundo. Asimismo promovió la articulación institucional que permitió consolidar el formulario de registro de la DO, contemplando aspectos del entorno geográfico-natural, histórico, social y las prácticas de manejo que emplean los productores para obtener una fruta con identidad única.

Cerezas listas para la cosecha

Una de las responsables de la actividad, la doctora Liliana San Martino, de la Agencia de Extensión Rural de Los Antiguos, destacó que la DO “es importante porque la cereza de Los Antiguos tiene una reputación establecida a nivel mundial por su calidad y características particulares. Que esto se reconozca con una DO, refuerza esto y protege al producto cereza de Los Antiguos”, aseguró

Destacó que para el INTA es un logro muy importante. “Cuenta con un grupo de trabajo a nivel nacional especializado en este tema (vinculado a la plataforma de agregado de valor) que acompañó desde su experiencia en los talleres que se realizaron”, subrayó San Martino en un comunicado de prensa difundido por el INTA.

Guerendain detalló que fue necesario que la cereza sea un producto identificable y con características propias. Como parte del proceso organizaron tres degustaciones a ciegas, durante tres temporadas seguidas donde les hicieron probar a personas, con paladar calificado, cerezas de Mendoza, de Trelew y de Los Antiguos.

Caja lista para la exportación

“La cereza debe tener una firmeza determinada por parámetros, al igual que el grado de dulzura medida en grados de azúcar y una carta de colores específico, nuestra cereza es muy dulce, tiene más azúcar porque la amplitud térmica de enero con noches frías que rondan los 3 o 4 grados y días cálidos que permite que el frío transforme más ácidos en azúcares que las cerezas de otras latitudes”, detalló el productor.

Se la conoce como cosecha tardía porque la zafra recién es en enero, la última del continente, al haber menos temperatura, – acelerador natural de maduración- el proceso es más lento, de 80 días como mínimo.

Mientras en Mendoza la floración se da a mediados de septiembre, en Los Antiguos recién ocurre a partir del 10 de octubre y la cosecha se da tres meses después. La producción de todo el valle rondó las 2000 toneladas en la última temporada, a nivel volumen fue de las mejores temporadas, y la exportación llegó a Estados Unidos, España países de Medio Oriente y este año se incluyó Estonia.

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