A la espera del momento bisagra, el campo está a la expectativa de los anuncios que haga hoy el presidente Javier Milei, en el acto inaugural de la 137° Exposición Rural de Palermo.
Cambio: el giro estratégico que revoluciona la maquinaria para la ganadería y lo último en siembra
Tras la reunión de más de dos horas que el Presidente mantuvo con la Mesa de Enlace en la que los dirigentes rurales le expusieron los números de la actividad, la posibilidad de que finalmente el Gobierno adopte una posición más audaz en relación con el agro respecto de la que venía adoptando hasta ahora, parece más cercana.
Según anticipó LA NACION el miércoles pasado, la posible rebaja de los Derechos de Exportación (DEX) no solo alcanzaría a lo que queda de la carne, 6,75%, sino también a los granos. Apenas conocido el trascendido, las operaciones del mercado de granos se paralizaron a la espera del discurso presidencial de hoy.
Las fuentes oficiales, además, descartaron que se vaya a implementar un bono como mecanismo de compensación para el pago de los DEX tal como una versión que corrió con insistencia en la semana, originada en el mundo financiero. Son rumores que circulan en un campo fértil porque el agro espera que el presidente Milei comience a concretar su promesa de campaña respecto de la eliminación de los DEX.
El propio ministro de Economía, Luis Caputo, antes de ingresar en la reunión con la Mesa de Enlace en la Exposición Rural dijo que la cuestión de las retenciones era una “obsesión” del Gobierno y que era el tributo que tenía en “la mira” para eliminar apenas lo permita la condición fiscal.
En la semana, el ministro tuvo un traspié de comunicación en un mensaje por la red social X cuando dio cuenta de la proyección respecto del crecimiento de las exportaciones de petróleo, gas y minerales para los próximos años en relación con el sector agropecuario. “En seis años entre Energía y Minería vamos a tener un saldo exportador equivalente a dos veces el agro”, dijo, en referencia al superávit por US$47.000 millones de ambos sectores para 2031. El contraste del tratamiento oficial entre esas actividades y el agro es claro: mientras a los primeros se les diseñó un programa de incentivo a la atracción de inversiones como el RIGI, al otro se le mantuvo la presión tributaria. En un segundo mensaje, el ministro enumeró una serie de medidas que, en su visión, se tomaron en relación con el campo. Entre ellas, el tipo de cambio. Y también pidió “paciencia” para la baja de las retenciones.
“La paciencia no te da renta”, respondió Ignacio Kovarsky, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap). El escenario que presenta el ruralista bonaerense es el que reflejan los números de la próxima campaña de granos gruesos: en la mayor parte de las regiones, los márgenes dan en rojo, particularmente para los modelos de campo alquilado.
De allí que es clave la decisión que tome el Presidente. Una reducción consistente de los DEX significaría un momento bisagra para el agro. Y es lo que se está esperando porque fue el propio Milei quien, en campaña, colocó al campo como actor principal en un futuro de prosperidad para el país. Con el actual nivel de retenciones, el campo sólo crecerá si las condiciones climáticas son favorables. Es lo que está pasando con el área sembrada del trigo ahora.
Todas las proyecciones de los especialistas del agro dan cuenta que tanto la superficie como la producción podrían incrementarse en los próximos años si hubiera una baja o eliminación de los DEX. Eso se traduce en más inversión y gasto que generan ingresos a los lugares donde se originan y necesitan: el interior profundo del país.
Mientras la agricultura tiene esas vicisitudes, la ganadería enfrenta un panorama más promisorio. “Nunca como en los últimos años hubo condiciones tan favorables como ahora”, explicaba, entusiasmado, el consultor Fernando Canosa en la Exposición Rural. “Tuvimos casi 20 años de restricciones”, decía en referencia a la intervención en los mercados de la carne que promovió el kirchnerismo.
Claro que ahora hay nuevos desafíos para la actividad, como las cargas tributarias provinciales y municipales, la infraestructura y las diferencias de estatus sanitario en la industria. Pero la mejora del tipo de cambio de las últimas semanas y la recuperación de los precios internacionales de la carne parecen dar un nuevo empuje al negocio. El entusiasmo que se percibe en Palermo da cuenta de las perspectivas favorables que se abren para la ganadería.