En la primera semana de enero, el Estado deberá afrontar un vencimiento de deuda de US$4300 millones por el pago de Bonares y Globales. El ministro de Economía, Luis Caputo, señaló la semana pasada que, si bien “es una prioridad acumular reservas”, no necesariamente se utilizarán para pagar ese compromiso.
A la fecha, el Tesoro tendría alrededor de US$270 millones depositados en el Banco Central (BCRA), según estimaciones de la consultora Outlier. “Después de las elecciones y del acuerdo con Estados Unidos, logramos separar lo financiero de lo monetario. Vemos la acumulación de reservas como una herramienta para fortalecer el balance del BCRA; no es que tengamos que comprar reservas para pagar el cupón de enero. Eso lo estamos resolviendo financieramente”, dijo Caputo durante la conferencia de FIEL de la semana pasada.
“Se ha abierto un menú de varias alternativas”, agregó el ministro al mencionar el swap chino, “que todavía está”, la asistencia del gobierno estadounidense y las ofertas de financiamiento de otros actores, “como bancos e incluso el propio mercado”.
“El bono de corto plazo está tradeando [cotizando] en un poco más de 8%; por lo tanto, aparece una oportunidad de mercado. Incluso hemos recibido reverse inquiry [solicitudes inversas], lo que significa que fondos y empresarios locales nos contactaron para plantear una colocación o un manejo de pasivos. Se abrió un abanico de opciones financieras que nos permite afrontar cómodamente los vencimientos, más allá de que todos están garantizados por el acuerdo de los swap, que firmamos en su momento, pensando que no tendríamos las alternativas que hoy se nos presentan”, explicó Caputo.
El ministro adelantó que se comunicará prontamente lo que se termine definiendo.

La contundente victoria del Gobierno en las últimas elecciones legislativas provocó una fuerte baja del riesgo país, que cayó de más de 1000 puntos básicos a 600. Sin embargo, el costo del financiamiento en dólares para el Estado sigue ubicado en torno al 10%.
En el mercado esperan que el riesgo país descienda por debajo de los 500 puntos, algo que podría concretarse con la aprobación del proyecto de Presupuesto 2026 y de las reformas tributaria y laboral.
Entre los inversores no hay dudas de que el Gobierno cumplirá con sus pagos, como lo hizo desde el inicio de la gestión. Hasta ahora, todos los vencimientos de deuda se abonaron al contado con dólares que el Tesoro compró y acumuló en su cuenta en el Banco Central.
El Gobierno habría activado alrededor de US$2700 millones del swap con Estados Unidos, según estimaciones del mercado, ya que el BCRA no difundió esta información. Una posibilidad es solicitar nuevamente al Tesoro estadounidense la activación de otro tramo.

Otra alternativa, mencionada por Caputo, es gestionar un nuevo préstamo con un grupo de bancos mediante una operación de pase pasivo (REPO), que implica entregar un activo como garantía.
Durante el año, el Gobierno realizó dos operaciones de este tipo, en enero y en junio, a través de las cuales obtuvo un financiamiento total de US$3000 millones, con tasas anuales promedio del 8,8% y 8,25%, respectivamente. En esas operaciones, el BCRA entregó activos como colateral para acceder a un costo menor que el del mercado.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, había adelantado semanas atrás que su gobierno trabaja con bancos y fondos de inversión para estructurar un préstamo de US$20.000 millones destinado a invertir en la deuda soberana argentina.
Sin embargo, el CEO global de JP Morgan, Jamie Dimon —que visitó Buenos Aires días antes de las elecciones legislativas— relativizó esa alternativa. “Puede no ser necesario; aunque, si lo necesitan, estamos dispuestos a escucharlos”, dijo.
El JP Morgan fue uno de los cinco bancos internacionales que participaron del préstamo, junto con el BBVA, Santander, ICBC y Citi.